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Implementación de la Bimodalidad: un desafío de la formación docente universitaria de la Universidad Nacional de Quilmes

Clarisa del Huerto Marzioni

El presente escrito profundiza el análisis sobre el desafío de articular las modalidades virtual y presencial en las carreras de Profesorado de la Universidad Nacional de Quilmes. De manera que se reconstruyen, reflexivamente, algunas experiencias de trabajo con la intención de sistematizar el procedimiento de elaboración y puesta en marcha de las siguientes prácticas: estudiantes de carreras presenciales cursando materias en el entorno virtual, y prácticas docentes –de nivel superior– en el marco de carreras organizadas, también, en el Campus Virtual de la misma universidad. Con ese propósito interesa contribuir al intercambio de ideas, experiencias y propuestas sobre las perspectivas que presenta la Bimodalidad en la formación docente inicial. Ambas situaciones pueden leerse también en clave de dificultades y desafíos asociados a la complejidad de articulación de las modalidades. En este sentido, se brindan elementos para futuras exploraciones investigativas sobre diseños tecnopedagógicos, en general, y en el aspecto puntual de la formulación de acciones para la articulación entre propuestas de enseñanza presencial y propuestas de enseñanza en entorno virtual en relación a la formación de profesores de nivel secundario y superior.

Palabras clave: formación docente – práctica docente – Bimodalidad – profesorado.


Antes de comenzar a describir las experiencias es preciso mencionar que, en el marco de este artículo, se comprende por propuestas de enseñanza Bimodal a aquellas en las que:

comienzo de cita

“(…) conviven en una misma institución, unidad académica o incluso trayecto formativo, estrategias de educación plenamente presencial con otras desarrolladas plenamente a través de plataformas; a su vez, estas modalidades clásicas (presencial y a distancia) se observan coexistiendo con una amplia gama de diseños intermedios que permiten la extensión del aula tradicional a través de diversas mediaciones, pedagógicas y tecnológicas (…)” (Schneider, 2012).


Marco institucional de la propuesta

La Bimodalidad está presente en la propuesta de gestión que se plantea la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y es uno de sus propósitos profundizar y mejorar su diseño tecnopedagógico. Como otras instituciones educativas y universidades argentinas, en las últimas décadas, la UNQ, inserta en el conurbano bonaerense, ha decidido llevar adelante acciones educativas necesarias para generar condiciones efectivas en el marco de la implementación de políticas de inclusión en sentido amplio. La Bimodalidad se presenta como una de las herramientas que la facilita.

En concordancia con ello, el Departamento de Ciencias Sociales, mediante los lineamientos estratégicos y acciones para la gestión departamental del período 2011-2016, llama a las carreras de su dependencia a articular las ofertas formativas de educación virtual y de educación presencial. Las direcciones de carreras y la dirección del diploma en Ciencias Sociales, toman la iniciativa y comienzan a generar algunas alternativas para ampliar la posibilidad de cursado, a los y las estudiantes, de las carreras de nivel de grado (modalidad presencial), incluyendo materias correspondientes a la oferta académica de trayectos académicos de modalidad virtual.

Reconociendo que en los últimos veinte años se produjeron en la región numerosos estudios en el ámbito de la educación en entornos virtuales para los diferentes niveles del sistema educativo, y teniendo en cuenta que la utilización de Campus Virtuales en la enseñanza de Educación Superior ha proliferado, sobre todo en las universidades, el campo de las prácticas de enseñanza y residencia docente durante la formación inicial vinculadas a la educación bimodal y la educación mediada por tecnologías, en la formación docente, sigue siendo un aspecto poco explorado.

A continuación se postulan algunos interrogantes, con la intención de problematizar las prácticas que combinan acciones en las que intervienen, en los escenarios educativos, las modalidades de enseñanza presencial y virtual.

Interrogantes que organizan al artículo

En términos generales, el relato sobre las experiencias que aquí se presentan gira en torno a las siguientes cuestiones: ¿Cómo se articulan los espacios curriculares de la oferta presencial con la oferta virtual UNQ? ¿Cómo se coordina el trabajo de las distintas unidades académicas? ¿Cómo se ensamblan los procedimientos de la administración curricular del sistema con los componentes de las prácticas docente innovadoras en el Campus Virtual UNQ?

Antes de profundizar sobre estos interrogantes, es necesario explicitar que la textura de este escrito está condicionada a cierta reconstrucción y análisis de los eventos que responde, en gran medida, a la pertenencia institucional y las funciones que desarrolla la autora dentro de la universidad. Las distintas funciones provocan y condicionan cierta reconstrucción y análisis de los hechos que sin ajustarse a una secuencia lineal de los acontecimientos, hará foco a determinadas instancias de las experiencias de Bimodalidad para detenerse en algunas situaciones que desde dicha perspectiva resultan significativas.

En la sección siguiente se hará una sintética descripción de la propuesta de enseñanza virtual de la UNQ sabiendo, a priori, que serán mencionadas cuestiones que merecerían mayor detalle y profundización pero que en esta oportunidad no se trabajarán de manera acabada.

Caracterización del Campus Virtual UNQ

La propuesta de enseñanza no presencial de la Universidad Nacional de Quilmes, se organiza, en la actualidad, desde la plataforma Campus Virtual UNQ. Si bien en sus inicios el Campus de la universidad administraba y ofrecía ciclos de complementación de grado, luego de posgrado, más adelante de pregrado; desde hace aproximadamente seis años, podemos mencionar, también la existencia de carreras de pregrado y diversas prácticas que crean y recrean diferentes tipos de Bimodalidad en la institución. Débora Schneider (2012) señala que en la última década se observa una tendencia que incluye otro(s) tipo de Bimodalidad “(…) Blended learning (aprendizaje mezclado) en el cual las Universidades prevén la posibilidad de que (…) los estudiantes construyan sus trayectos académicos integrando experiencias de ambas modalidades (…)”, y también existen y coexisten prácticas docentes que utilizan, complementariamente, herramientas propias de la modalidad virtual para el desarrollo de sus clases presenciales, “lo que se conoce
como extended learning (aula extendida)”.

En el marco de este artículo no se tomarán como parte del análisis las posibilidades y limitaciones del Campus Virtual UNQ. Interesa, destacar cuestiones sobresalientes de la plataforma para comprender algunas singularidades del contexto donde se desarrollaron las dos experiencias de Bimodalidad en los años 2014 y 2015.

Escenarios implicados en las experiencias

El espacio del aula virtual es uno de esos espacios que requiere ser definido y caracterizado. La interacción entre los distintos miembros de la comunidad (estudiantes, profesores, tutores, personal de gestión, autoridades) se basa en un sistema de comunicación multimedia asíncrono (fundamentalmente) y sincrónico sostenido por la plataforma virtual y posibilitado por la presencia de una propuesta didáctica innovadora de enseñanza en los términos que Edith Litwin, ya a mediados de los años noventa definía como uno de los componentes valiosos de la modalidad a distancia. Es a través de la plataforma (Campus Virtual UNQ) que los y las estudiantes interactúan entre sí, con los profesores y tutores. Organizados en aulas virtuales acceden a materiales didácticos multimedia. A excepción del examen final de cada una de las materias, las actividades de formación se desarrollan en la modalidad a distancia y dentro del entorno virtual.

El aula virtual es un espacio privilegiado de concurrencia, encuentro y desencuentro, en tanto instancia de intercambio, producción de sentido y construcción de lazos sociales. Cada clase, en el entorno virtual, está organizada en formato hipertextual; el/la docente realiza una presentación del tema que postula el plan de trabajo de la materia, una aproximación conceptual con categorías que posibilite mejor comprensión de la bibliografía específica y propuestas de actividades didáctico pedagógicas que se busca sean analizadas y debatidas por parte de los/las estudiantes. La bibliografía de cada materia está disponible en formato digital y los estudiantes pueden desde cualquier dispositivo electrónico acceder a la misma, leerla directamente desde la pantalla, descargarla y/o imprimirla. En este contexto, el aula virtual se propone a los sujetos pedagógicos, como espacio de enseñanza y aprendizaje desde la experimentación, entendiendo por ello a las alternativas de interacción que brinda el aula inserta en la red telemática. Los/las estudiantes, de acuerdo a las posibilidades concretas de tiempo, tomarán la decisión de estudiar los contenidos propuestos por la distintas asignaturas en el momento que ellos mismos determinen. Esta situación de flexibilidad sobre los tiempos de estudio tiene relación con las diversas alternativas que pueden utilizar los profesores/as y estudiantes durante el trayecto por el Campus Virtual UNQ. Las estrategias de enseñanza pueden incluir, entre otras propuestas, trabajos individuales y/o colaborativos vinculantes al programa de cada materia.

La propuesta de enseñanza de la modalidad virtual, presta especial atención tanto a la planificación de la enseñanza como a la explicitación de las actividades didácticas y los procesos de evaluación de formación y acreditación de los cursos. Los componentes de la propuesta pedagógica se organizan en un Plan de Trabajo que establece una secuencia y distribución de actividades que, dispuesto desde el inicio del período de clases, permite a los/las estudiantes ir planificando y tomando decisiones sobre sus trayectos académicos.

Enfatizando en la historia institucional, Pablo Baumann (2009), quién como otros especialistas de la UNQ desarrolla y analiza la enseñanza en el entorno virtual, sostiene que uno de los componentes ventajosos de la propuesta virtual de la UNQ tiene que ver con la temprana incorporación y desarrollo de un equipo de gestión, académica y administrativa que contribuyó al desarrollo de las áreas pedagógica y organizacional.

Sujetos que participan en la propuesta de formación en el entorno virtual

Quienes cursan la formación de grado mediante el Campus Virtual UNQ, en general, son jóvenes y adultos que han demorado o han interrumpido su formación de nivel superior. Esta población, que puede estar radicada en diferentes jurisdicciones del país tiene, en general, la intención de obtener una carrera de nivel de grado de formación científica diversificada y que les brinde conocimientos para desempeñarse en el campo disciplinar elegido tanto como investigadores, como docentes, entre otras elecciones profesionales; en ámbitos institucionales públicos de gestión estatal, privada y/o de la sociedad civil, comunitaria.

Estudiantes de carreras presenciales cursando materias en el entorno virtual

Haciendo eco sobre el primero de los interrogantes que se plantea al inicio de este artículo, se describe el proceso de articulación entre áreas específicas de la universidad que fue necesario concretar para que, las prácticas de enseñanza bimodal del tipo blended learning de las carreras de Profesorado, tuvieran lugar.

El proceso de articulación de las carreras presenciales y la propuesta de formación superior en modalidad a distancia en entorno virtual de la Universidad Nacional de Quilmes, materializa la impronta e intencionalidad política pedagógica de ampliación de derechos que viene llevando adelante esta universidad desde hace más de dos décadas. En un informe institucional publicado en 2014, se puntualiza sobre esta temática y se hace alusión al desarrollo e implementación del nuevo Campus Virtual UNQ, con el propósito de que el mismo contribuya a la solución de las problemáticas de identidad única, múltiples plataformas virtuales y acceso unificado para acceder a todos los sistemas. Este cambio se plantea como una respuesta a los nuevos desafíos puestos de manifiesto por la Bimodalidad.

Se pretende transparentar el proceso mediante el cual se fueron formulando las acciones implementadas, fundamentalmente, por la dirección de las carreras de Profesorado del período 2013-2015. De modo que se presentan las definiciones que, en sucesivas reuniones entre directores/as de las carreras de ambas modalidades, fueron discutidas y analizadas, sobre las propuestas y prácticas para ofrecer a los/las estudiantes trayectos académicos enmarcados en la Bimodalidad. Algunas de las definiciones (más o menos provisorias) fueron extendidas a otras carreras participantes que no forman parte del foco de atención de este trabajo, por ejemplo, las Licenciaturas en Ciencias Sociales, en Comunicación Social, en Historia de la modalidad presencial.

Aprendizaje mezclado

Se abrió la posibilidad a los/las estudiantes de modalidad presencial de realizar materias en modalidad a distancia, en el entorno virtual. En la puesta en marcha de esta experiencia surgieron imbricadas dimensiones asociadas a la gestión y otras dimensiones didáctico pedagógicas por lo que los intercambios iniciales entre los equipos de trabajo de la dirección de Planificación y Desarrollo Tecnológico de la Secretaría de Educación Virtual, y los directores de carreras presenciales, se dirigieron a coordinar acciones en pos del objetivo común: la implementación operativa de la propuesta de Bimodalidad, teniendo en cuenta las potencialidades de la enseñanza en la modalidad presencial y no presencial, posibilitando una formación inicial sustantiva y de calidad.

Durante las discusiones en pos de concretar los criterios y acuerdos que podrían configurar la alternativa de cursado para los y las estudiantes, se tuvo especial atención en continuar con el trabajo orientado a la formación de grado que se lleva adelante en cada unidad académica. De esta manera, las primeras definiciones consistieron en:

  • Seleccionar los cursos de modalidad no presencial que mejor se adaptarían a esta propuesta. Esto, comprende al menos los siguientes aspectos: características de/la docente a cargo del curso/materia, que la materia corresponda al núcleos de cursos electivos de los planes de estudios, que la materia se ofrezca en simultáneo en ambas modalidades.
  • Diseñar la combinatoria de ambas modalidades guardando el cuidado de trabajar con un cupo pequeño de estudiantes de las carreras presenciales realizando trayectos académicos en la virtualidad.
  • Pensar y seleccionar las materias, propiamente dichas, dentro del núcleo de cursos electivos del ciclo superior de los planes de estudios ofertados en la modalidad no presencial y que serían las más convenientes para recibir a los estudiantes presenciales.
  • Acompañar a los/las estudiantes presenciales cursando en el Campus UNQ. (Este punto, tuvo un tratamiento diferente por parte de cada dirección de carrera).


Sin pretender hacer una descripción exhaustiva, se hará referencia a cada uno de los criterios provisorios recién mencionados. (Se señala el carácter de provisorio dado que actualmente se está sometiendo a evaluación los procedimientos utilizados para las experiencias)

En el caso de las carreras de Profesorado de Educación, de Ciencias Sociales y de Comunicación Social, se comenzó a ofrecer en el segundo cuatrimestre de 2015, algunas materias en la modalidad a distancia mediante el entorno virtual “Campus UNQ”. Esta etapa del proceso de decisión conlleva, por lo menos, el análisis de las siguientes variables:

  • Los cursos que se dispongan para el entorno virtual correspondan, también y por su denominación, al núcleo de las materias electivas del trayecto de formación de las carreras docente.
  • La alternativa de este tipo de cursado mezclado sea para los y las estudiantes del ciclo superior de formación docente.
  • Las materias seleccionadas, de la oferta académica de la Licenciatura en Educación modalidad virtual, sean válidas –según planes de estudios–, también, para las carreras de Profesorado.
  • Selección de los/las docentes a cargo de los cursos virtuales.
  • La cantidad de estudiantes presenciales inscriptos a cada una de las materias virtuales sea entre cinco y siete.
  • Quienes se incorporen realizar trayectos bimodales, no sean ingresantes a las carreras sino estudiantes con experiencia en la presencialidad.


Este último aspecto, asociado fundamentalmente a dos cuestiones: una, a lo que refiere a la vida universitaria en sentido amplio. Esto es, el ingresante, por lo general, necesita de un tiempo subjetivo para poder comprenderse como estudiante de nivel superior, conocer los circuitos que organizan la universidad como institución en funcionamiento. La otra, se asocia a la política de inclusión y retención que viene desarrollando esta universidad. El compromiso de no solo hacer más accesible los estudios superiores, ampliando los espacios de acompañamiento a los ingresantes, sino también de generar y sostener instancias que puedan colaborar con la permanencia en la institución. Por eso, la cuestión de generar espacios continentes es un objetivo a perseguir.

Como se mencionó previamente, otro de los aspectos a destacar de este proceso de articulación fue el criterio sobre la selección de los/las docentes a cargo de los cursos virtuales. En este aspecto, se partió del supuesto que concebía que los/las docentes que conocían ambas modalidades y a su vez fueran docentes dentro de las carreras de profesorado, contarían con mayores recursos para acompañar a los estudiantes novatos en este tipo de experiencias de aprendizajes mezclados. Precisamente por la cantidad de cuidados que emergieron de la propuesta bimodal y que era necesario atender, desde la coordinación de las carreras de profesorado se organizó una tarea de seguimiento y acompañamiento específica a los y las estudiantes que iniciaban su tránsito por primera vez en el Campus UNQ. Con el propósito de colaborar a que se apropien de las competencias, capacidades, habilidades, conocimientos y estrategias necesarias que les permitan ingresar y permanecer en la modalidad no presencial en que se inscribieron para realizar su curso electivo de formación, y al mismo tiempo de hacer visibles los inconvenientes que podrían surgir de esta articulación de modalidades. Por lo expresado hasta aquí, puede vislumbrarse que la articulación de las modalidades no es tarea sencilla. En este sentido, una de las cuestiones que presentó dificultades fue la etapa de la coordinación para los ingresos de los estudiantes presenciales al Campus virtual.

Como propuesta a corto plazo y proyectando futuras inscripciones a materias, se proponen nuevas instancias de trabajo para profundizar la coordinación entre las áreas comprometidas, que permitan compartir y revisar la experiencia de la Bimodalidad hasta la actualidad en la UNQ y superar las demoras de accesos al Campus, entre otras cuestiones.Los desafíos anteriores traen como correlato reconsiderar y pensar las situaciones para lograr mejorar los dispositivos y hacer crecer la propuesta bimodal. Es entonces que, para poder responder a esos desafíos, se piensa en la necesidad de elaborar estrategias nuevas y más facilitadoras que abarquen desde el proceso de inscripción a materias hasta la aprobación del curso elegido por los/las estudiantes. Si bien fue nombrada una tutora para realizar el seguimiento de los estudiantes en el trayecto de formación docente que optaron por realizar materias en la modalidad virtual, esa iniciativa no fue pensada y planificada con la totalidad del equipo de actores intervinientes. Además, se observa necesario formar a las personas que realicen el rol de tutores/as y que el mismo sea un cargo reconocido dentro de la institución, en vistas a una permanencia y profundización de las prácticas de articulación entre ambas modalidades.

Atendiendo al desarrollo histórico de la UNQ, cabe mencionar que esta última cuestión no es totalmente novedosa, dado que la Secretaría de Educación Virtual (SEV) tiene un extenso trabajo formalmente organizado en este sentido. Por eso, lo que aquí se enfatiza es a modo de señalar aspectos que aportarían a la mejora en lo referido a la articulación de modalidades y, en particular, en lo que respecta a la formación docente inicial de los profesorados de nivel secundario y superior.

Prácticas y residencia docente de nivel superior en modalidad a distancia y en el entorno virtual

El reglamento de las Prácticas de Enseñanza y Residencia Docente (en adelante PERD) vigente en los planes de estudios de las carreras de Profesorado fue el primero de los componentes para que las prácticas docentes en modalidad no presencial tuvieran lugar.

El Artículo 2 del Reglamento de la Práctica de Enseñanza y Residencia Docente (año 2013) de las carreras de Profesorado, establece que: “Las Prácticas de Enseñanza deberán desarrollarse en ámbitos formales y/o no formales. Podrán realizarse mediante la modalidad presencial y no presencial” (Planes de Estudios de las Carreras de Profesorado de Comunicación Social, de Ciencias Sociales y de Educación, 2013, Anexo II: Reglamento General de Práctica de la Enseñanza).

A partir del marco normativo que establece el reglamento de la PERD para las carreras de profesorado de nivel secundario y superior de la UNQ, se difundió y promovió entre los y las estudiantes cursantes del taller de PERD del año 2014, el conocimiento de dicho artículo que posibilita concretar un trayecto de su formación inicial como docentes dentro del entorno educativo virtual.

Esta es una práctica innovadora dado que en el sistema formador argentino –incluyendo al universitario– comúnmente no está incorporada a los planes de estudios la posibilidad de realizar parte de la práctica docente en y para la modalidad a distancia, y en particular para el entorno educativo virtual. El hecho de poder acreditarla como residencia concreta para alguno de los niveles educativos para los que se está formando el estudiante –futuro docente–, es un acontecimiento novedoso. Por ello, esta iniciativa abre un gran debate entre los especialistas en formación docente y, especialmente, a los abocados al campo de la práctica, lo que lleva a pensar y problematizar aspectos de la práctica educativa en general.

Desde la posibilidad que abre el citado artículo, la participación de la coordinación de los profesorados situada entre los años 2013-2015, y del trabajo consensuado con las profesoras del campo de las prácticas docente, se tomaron decisiones operativas al respecto. La apertura de este espacio interpela a los y las cursantes de la PERD.

En el marco de estas acciones, surge, la inquietud de una estudiante del Profesorado de Comunicación Social de realizar la práctica de nivel superior en la modalidad no presencial.
Al tratarse de una experiencia inédita para las carreras de Profesorado pero que se inserta en un equipo de docentes que ya cuenta con años de trabajo, fue necesario elaborar criterios administrativos pedagógicos adecuados a esta nueva propuesta y producir condiciones para que la actividad educativa pueda concretarse.

Las áreas, los sujetos y los roles de la propuesta formativa de la UNQ implicadas en la construcción de las primeras experiencias de prácticas de la residencia docente en modalidad virtual, fueron: la de Planificación y Desarrollo Tecnológico de la SEV, la Dirección de la carrera de Licenciatura en Educación (modalidad virtual), el equipo de Docentes de la PERD, la Dirección de los Profesorados, Docente co-formador, las y los estudiantes practicantes y el grupo de estudiantes cursantes al momento de realización de las prácticas.

Partiendo del supuesto de todos los implicados, que las acciones que se desprendan del trabajo de articulación resulten como precedentes para que se sucedan futuras prácticas bajo este encuadre, se tuvo en cuenta, en las reuniones con la SEV, aspectos de funcionamiento y seguridad del Campus, como así también componentes necesarios para concretar la propuesta pedagógica.

La SEV ha desarrollado e incluido propuestas similares en las que “Otros”, con otros roles, participan en las aulas virtuales. Por ejemplo, investigadores y becarios. De esta manera, no sólo incrementando la cantidad de este tipo de situaciones sino también originando nuevos contenidos sobre estas temáticas. Sin embargo, aquí se presenta una situación sustancialmente diferente: estudiantes de los profesorados presenciales en su etapa de práctica docente realizando la residencia, correspondiente al nivel superior de educación, en modalidad virtual.

En relación al desarrollo de la experiencia, una de las primeras medidas significó reflexionar con el equipo de docentes de las prácticas cuál de las docentes estaría a cargo de acompañar a la estudiante en ese proceso de práctica docente en el entorno virtual. La docente que, finalmente queda a cargo del acompañamiento, es una docente con experiencia también en la modalidad a distancia y dentro del Campus UNQ. Además, tiene perfil profesional en Comunicación Social, que es el área de conocimiento donde la residente tenía que concretar su práctica. Lo cual, además de aportar con la formación académica, acreditada de modo que se promueve y facilita la problematización sobre los contenidos de la disciplina, aporta con su trayectoria en la virtualidad para pensar la enseñanza en el entorno virtual. Si bien el rol de docente acompañante no era novedoso en el marco de la propuesta didáctica de la materia, el aspecto de acompañar a la practicante dentro del entorno educativo virtual sí lo era.

Para poder llevar adelante las prácticas docentes en el entorno de Campus UNQ, se comenzó a trabajar el tema de los accesos a los diferentes espacios del Campus en sí y al aula virtual en particular, con el propósito de ampliar los espacios de formación de los futuros docentes. Puntualmente para este tema se solicitó a la dirección de Planificación y Desarrollo Tecnológico de la SEV la creación de perfiles específicos para poder brindar a cada rol las condiciones necesarias para llevar adelante la propuesta. En el caso de los perfiles de los y las estudiantes practicantes, además, era necesario brindar las garantías para que puedan realizar intervenciones didácticas pedagógicas; esto es propuestas concretas de actividades al grupo de estudiantes previamente acordadas con el docente co-formador. Este último actor, además, juega un rol fundamental en el desarrollo de los modos de trabajo docente focalizado en el entorno virtual, más específicamente dentro del espacio del aula virtual (escritura didáctica, comunicación asincrónica, diseño de las presentaciones, estrategias de enseñanza e interacción).

Del proceso de puesta en marcha de las prácticas docente en entorno educativo virtual –que incluyeron discusiones para ir ajustando las condiciones de lo diseñado y las necesidades concretas para ampliar los espacios de aprendizaje–, resultó el acceso al Campus de todos los actores necesarios para llevar adelante la práctica.

Paralelamente a las definiciones que se fueron detallando, estaba latente la elección del curso/asignatura en la que se realizaría la construcción de la experiencia. El trabajo era hallar un/a docente dispuesto/a a recibir a la practicante y colaborar en la enseñanza de las potencialidades del Campus, el diseño de actividades didácticas para este ambiente. En otro orden, también era necesario coordinar las acciones para que, además, el curso que se seleccionara esté activo/a durante el período de clases en el que el Taller de PERD planificaba las prácticas en superior.

Además, la elección del curso/materia virtual para la realización de las prácticas debía seguir el mismo criterio de selección que para la modalidad presencial, esto es, áreas de conocimiento afín al campo de formación disciplinar de cada carrera de profesorado. Como puede leerse, algunos de estos criterios son compartidos con la experiencia narrada anteriormente para el caso de los estudiantes presenciales, cursando alguna materia en modalidad virtual.

Para el ejemplo que estamos describiendo, y teniendo en cuenta que se trata del Profesorado de Comunicación Social, se revisaron y analizaron según lo antes dicho, los planes de estudios de algunas carreras de grado en modalidad no presencial de la UNQ (Lic. en Ciencias Sociales y Humanidades, Lic. en Educación). Finalmente, se seleccionó una materia de la Licenciatura en Educación, teniendo en cuenta los criterios, tanto de guardar relación con las áreas de conocimiento a las que habilita el título docente, como de accesibilidad por las características del docente a cargo del curso. Allí inició, entonces, la articulación entre la Dirección de los Profesorados y la Dirección de la carrera de Licenciatura en Educación (modalidad virtual). Oportunamente, con la aceptación del docente, se opta por la materia Tecnologías de la Comunicación, Cultura y Sociedad correspondiente al cuarto período de clases del año 2014. Esta asignatura se ubica en el Ciclo Superior de complementación, corresponde al núcleo de Formación Específica del Plan de Estudios de la Licenciatura en Educación (modalidad virtual).

En el siguiente apartado, se analiza y reflexiona sobre algunas de las cuestiones de la puesta en marcha de la práctica docente en el entorno virtual.

Reconfiguración del campo de la práctica

Incorporar la actividad de Bimodalidad significaba reflexionar sobre el trabajo colaborativo que comenzaría a tener lugar tanto con el docente a cargo del curso, las docentes a cargo del taller de las prácticas docente como con la estudiante que realizaría la residencia en el aula virtual. En lo sucesivo se procurará ir dando respuesta al interrogante: ¿cómo se ensamblan los procedimientos de la administración curricular del sistema con los componentes de las prácticas docente innovadoras en el Campus UNQ?

Desde este posicionamiento se entiende que la explicitación del procedimiento brinda información para crear y recrear experiencias de este tipo en distintos escenarios, en el contexto de la universidad.

Las actividades que la estudiante practicante debía realizar para acreditar la residencia en el nivel superior dentro del espacio no presencial, fueron definidas por el equipo del espacio curricular: PERD. Así se definió: la planificación y redacción de más de un documento de clase completo, incluyendo recursos y materiales audiovisuales, armado de reseñas en base a la bibliografía obligatoria del programa de la materia en cuestión, entre otras actividades que se piensen adecuadas para el espacio del aula virtual. Todas estas actividades, además, estarían coordinadas por el docente co-formador y la supervisión de las docentes del taller de PERD, teniendo en cuenta el uso de la tecnología tanto para las estrategias docente como para la disciplina.

Lo antes dicho pone en evidencia que esta práctica implicó articular con otro(s), respetar la diversidad de ideas que pudieran surgir para la puesta en práctica de algunas estrategias didácticas. En fin, todo aquello que implica abrir un diálogo, dar lugar a espacios de reflexión que quizá permitan imaginar nuevas situaciones y nuevos enfoques en las acciones que se realizan en el espacio del aula virtual.

Durante la práctica, estuvo presente, también, la preocupación (tanto de la practicante como de los docentes) referida a las contradicciones que podría causar al grupo de estudiantes la intervención de “otra” figura docente dentro del espacio del aula virtual y la presencia de “otra” que si bien no interviene, está logueada en el aula (docente orientador). Esta cuestión hizo acercar la discusión sobre las posibilidades de interpretar las contradicciones y las voces de los actores que conforman la experiencia pero esta escena fue superada con la presentación y explicación que brindó el docente co-formador al grupo de estudiantes del aula virtual. Vinculado a estos temas, se definieron cuáles serían los canales habilitados para que la estudiante practicante pudiera realizar las intervenciones pedagógicas. Se puso en reflexión si sería un problema el acceso a los datos personales de los estudiantes cursantes y a las actas de sus Trabajos Prácticos y actas de Fin de cursada. Todo esto requirió de reuniones con el equipo de Planificación y Desarrollo Tecnológico de la SEV, responsable de habilitar y definir los perfiles dentro del Campus, para pensar y diseñar la manera posible para un buen desarrollo de la práctica docente en el aula virtual. Y, en paralelo con el docente co-formador, plantear la necesidad de analizar críticamente la relación con los otros docentes intervinientes, más o menos activamente en el espacio del aula, y aceptar que esa interacción configuraría en buena medida una nueva situación constitutiva de ese trabajo colaborativo.

Finalmente, se decidió que la estudiante tendría los mismos accesos que el docente a cargo del curso, salvo a las actas de parciales y cierre de nota del cursado de la materia, y que la docente acompañante tendría acceso al espacio del aula para poder observar las prácticas de enseñanza mediadas por tecnología, lo cual implicaba explicar a los estudiantes la observación no participante de esa figura también dentro del espacio del aula virtual. Entendiendo que escapa de la pretensión de este trabajo la cuestión que abre la presencia y convivencia de muchos docentes con diferentes roles en el mismo espacio, se lo menciona por la potencialidad que conlleva para producir nuevas y futuras exploraciones en esa línea.

Si bien lo expresado hasta aquí no difiere mucho de lo que se solicita a los y las residentes (o al menos se pretende motivar a que suceda) al momento de realizar las prácticas en las instituciones educativas, esta era la primera vez que se daba dentro de la misma universidad, entre colegas y en la modalidad virtual.

Toda esta composición de la escena educativa forma un corpus sensible de ser objeto de investigación, y esencialmente pretende problematizar el campo de la práctica docente en entornos educativos virtuales, sumar ideas para la reflexión y arrojar algunas aproximaciones, de carácter hipotético y provisorio sobre diseños tecnopedagógicos.

Como se puede leer, las cuestiones a contemplar para la puesta en marcha de la práctica en el entorno virtual, llevó un tiempo de debate, análisis y reflexión por parte de los involucrados en la experiencia concreta y de los responsables de las áreas de trabajo de la UNQ.

Este camino si bien innovador a lo que refiere a las prácticas docentes, en el sentido que ya se mencionó, es un lineamiento de la política académica de la universidad trabajar por una mayor articulación entre ambas modalidades: “(…) Con el fin de hacer un camino hacia una universidad integrada y bimodal, el Programa presta asistencia técnico-pedagógica a las maestrías y carreras de posgrado de la Universidad Nacional de Quilmes que ofrecen sus materias en la modalidad virtual, al igual que a los cursos de grado que adoptan la modalidad semipresencial” (Pérez, Imperatore, 2009).

En este trabajo también importan los procesos perceptivos de los docentes involucrados en la propuesta y de la estudiante practicante que desarrolló la experiencia. En esta oportunidad se mencionan algunas valoraciones manifestadas por la estudiante practicante cuando se la consultó sobre el impacto de la experiencia en su formación. La estudiante valoró positivamente la experiencia, resaltando, como potencialidad de este tipo de enseñanza, los procesos colectivos de aprendizaje asincrónicos y a distancia a los que habilita este tipo de modalidad. También hizo alusión a la importancia y potencia que tiene la modalidad no presencial en tanto crea puentes que pone la Universidad al alcance de estudiantes que, de otro modo, no podrían ser parte de estas propuestas formativas.

Pensando en la retroalimentación y la reflexión sobre las prácticas que a futuro se desarrollen en el marco de las aulas virtuales, se proyecta la idea de trabajar con el grupo de estudiantes cursantes en el mismo curso que se tome para la práctica docente. Esto, teniendo en cuenta lo ya expresado acerca del perfil de esos estudiantes, que en su gran mayoría cuentan ya con una titulación docente del sistema educativo (de niveles y disciplinas diversos) mientras cursan licenciaturas de modalidad virtual en la UNQ. La cuestión abre la posibilidad de que ellos asuman, también, el rol de docentes acompañantes junto con el equipo de las PERD y al docente co-formador.

Conclusiones

Al observar la puesta en marcha de todo el trabajo de coordinación realizado, tanto para concretar las prácticas de cursos virtuales para los estudiantes de la modalidad presencial, como así también la de prácticas y residencia docente en el Campus Virtual UNQ, se concibe como un paso muy importante en el sistema formador, el pasaje hacia una visualización macro de la temática de la formación docente inicial y la Bimodalidad. Planteadas algunas ideas sobre lo realizado hasta el momento en la articulación de las modalidades y acerca de los tópicos que interesaba trabajar en este artículo, a saber: formación docente, Bimodalidad y prácticas docente y a su vez la institución universidad en la que cobran forma las experiencias, se intentó reconstruir las redes que se producen entre la planificación y los eventos concretos que van dando espacio a los debates sobre la problemática. Ensayar, preguntar y construir un enfoque posible de gestión para situaciones educativas que tengan en cuenta los procesos sociales, políticos y económicos por los que atraviesan los actores institucionales intervinientes en desarrollos semejantes. De esta manera, la atención estuvo puesta en tres cuestiones que podrán leerse como parte de un mismo proceso: por un lado, los modos en que la UNQ está construyendo la enseñanza en la Bimodalidad. Por otro, el modo en que los docentes están viviendo y significando su trabajo en la articulación de las modalidades y por último, el proceso de los estudiantes en su ingreso y permanencia en las carreras utilizando algún tipo de Bimodalidad.

En suma, tanto para el caso de las aulas virtuales en la oferta académica de la modalidad presencial, como en la instancia de la práctica docente en modalidad a distancia, hay que seguir trabajando para fortalecer el desarrollo de este tipo de propuestas. Contribuir a la formación de profesores universitarios con situaciones como las expuestas, hace recrear problemáticas que, a su vez, provocan nuevas propuestas sobre las perspectivas que presentan la incorporación y apropiación de las tecnologías digitales en la formación docente inicial y más precisamente en el campo de la práctica.

Son desafíos, entonces, explorar en iniciativas de modalidades convergentes a partir de una perspectiva teórica y metodológica pedagógica en la formación inicial; preparar a los docentes de ambas modalidades para una mejora en el proceso de acompañamiento a los docentes en formación; convertir a las aulas en verdaderos espacios de reflexión de la práctica, que potencie a ambas modalidades y favorezca a la generación de nuevos conocimientos y más y mejores estrategias de enseñanza.

Bibliografía

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Lipsman, M. (2002), “Nuevas propuestas de evaluación en las prácticas de los docentes de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional de Buenos Aires”. La innovación en la evaluación. En tesis de maestría en Didáctica. Facultad de Filosofía y Letras, UBA.

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Planes de Estudios de las Carreras de Profesorado de Comunicación Social, de Ciencias Sociales y de Educación. Resol. (CS) Nº: 570/13; Resol. (M.E.) Nº:1075/09; Resol. (CS) Nº: 571/13; Resol. (M.E.) Nº:800/09; Resol. (CS) Nº: 572/13; Resol. (M.E.) Nº:909/09).

Schneider, D. (2012), “Estado de situación: la educación a distancia en las Universidades Públicas Argentinas”. En Actas del II Congreso de Posgrados de Educación Superior (REDAPES). Universidad Nacional de San Luis, Argentina.

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* Docente e Investigadora ordinaria del Departamento de Ciencias Sociales de la UNQ. Facilitadora pedagógica y Asesora de alumnos en el Programa Adultos 2000 de modalidad a distancia, Ministerio de Educación, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

* En el marco de este texto se comprenderá por articulación a la convergencia de las modalidades presencial y entorno virtual de enseñanza (Campus Virtual UNQ). “Esto supone reconocer que las partes son distintas entre sí y a la vez forman parte de un todo.” Articulación implica entonces “pensar simultáneamente en la unidad y en la diversidad” de las partes que conforman al Sistema de Formación Docente. (Méndez Seguí, Córdoba, 2007, p.31-32).

* López. (2009, p.200). Formación de docentes para entornos virtuales. Reflexiones sobre la Especialización en Docencia y entornos virtuales de la UNQ.

* Florez, Marzioni, Shneider. (2013, p. 36). La etnografía virtual. Una metodología posible para la investigación educativa en aulas virtuales.

* Documento Institucional. Universidad Nacional de Quilmes (2014). En la sección de Secretarías.

* Los planes de estudios de las carreras presenciales de la UNQ presentan –al momento de estas experiencias– una estructura en ciclos: el ciclo básico obligatorio y el ciclo superior obligatorio en donde se ubican los cursos del núcleo obligatorio y los cursos del núcleo electivo. Este último, a su vez se compone por cursos específicos y otros de intervención. Los estudiantes deben completar en su trayecto académico una cantidad determinada de materias correspondiente a cada ciclo, según plan de estudios, para egresar de sus respectivas carreras.

* En la oferta académica de 2016 se planificó extender, al estudiantado, la posibilidad de inscripción a más materias de modalidad no presencial, que implica además, la intervención de otras carreras en esta propuesta de Bimodalidad.

* En el marco de este trabajo con este concepto se hace referencia a: “(…) aspectos innovadores de las nuevas propuestas, donde no todo es innovador. Las propuestas pueden ser parcialmente innovadoras cuando se modifican aspectos, instancias o partes del sistema vigente (Lipsman, 2002).

* En el Artículo 1º del Reglamento General de la Práctica de la Enseñanza del Profesorado de Comunicación Social se define a la práctica como: La Práctica de Enseñanza es una instancia formativa del alumno/a consistente en la realización supervisada y gradual del rol profesional, a través de su inserción en una instancia de intervención que le posibilite la producción y aplicación integrada de conocimientos, competencias y prácticas adquiridas a través de su formación académica, posibilitando el espacio para procesos de aprendizajes nuevos e integrales. Específicamente, se concibe como un espacio de desarrollo docente cimentado en la formación teórica, metodológica y aplicada adquirida por el estudiante a lo largo de su formación; demanda la toma de decisiones fundadas respecto de contenidos, estrategias, fuentes de referencia y procedimientos de evaluación. Constituye un acercamiento a escenarios reales en los que despliega su acción el educador y una oportunidad para poner en juego las competencias docentes, entre las que se prioriza la reflexión y la mirada crítica sobre el propio accionar.

* Cabe aclarar que en el marco de las carreras de profesorado de la UNQ, los estudiantes tienen prácticas docente en nivel secundario y nivel superior de educación, niveles para los cuales están habilitados para el ejercicio de la docencia.

* En palabras de la educadora Marta Aleksevicius (2003) comprenderemos por docente co-formador, a aquel “docente a cargo del curso que, en equipo, opera junto a y en conexión con el profesor de práctica para la formación de los futuros docentes” (p.2).

* Dentro de la UNQ existen diferentes Programas de Investigación que abordan la compleja red de los procesos de enseñanza y de aprendizaje: algunos desde enfoques más sociológicos; otros más comunicacionales; otros más cognitivistas. Todos aportan reflexiones y conocimientos con implicancias didácticas y contribuyen a este campo de la investigación educativa en constante crecimiento.

* Es oportuno indicar que, los calendarios académicos de la modalidad virtual y la presencial de la UNQ no coinciden plenamente. Se presentan desfasajes entre el inicio de la práctica en superior en el marco del taller de PERD y el período de clases en virtual. Dicho desfasaje fue controlado con la coordinación de actividades entre las docentes del Taller, el docente co-formador y la estudiante practicante.

* El docente de este curso cuenta con vasta experiencia en el entorno virtual y desarrollos de conocimientos en el campo de las TIC desde un posicionamiento que combina lo cultural, lo comunicativo y lo tecnológico.

* Este período de clases finaliza en el mes de Enero. Esta condición hizo pensar en estrategias certeras en el aula porque no había mucho tiempo para revisar una y otra vez lo diseñado. Esta tarea pedagógica fue llevada adelante por el docente co-formador y la practicante y evaluada por la docente del taller de PERD.

* Para mayor desarrollo sobre trabajo colaborativo ver López (2009, p. 205). El tiempo en las actividades colaborativas en los entornos virtuales de aprendizaje.

* En la ponencia “Desafíos contemporáneos: la integración del entorno virtual en la formación docente universitaria. Docente co-formador, docente orientador, practicante y alumnos en la práctica y residencia docente en el entorno virtual” se puede leer con mayor detalle la interacción entre docente co-formador y practicante en el entorno del aula virtual.

* Los estudiantes que cursan la Lic. en Educación, modalidad virtual, en su mayoría son adultos que están insertos en el mundo del trabajo y en general ya están vinculados a actividades de docencia porque poseen un título en alguno de los niveles educativos (maestro de grado, maestro de enseñanza inicial o profesor/a de alguna disciplina en particular), lo cual favorece la comprensión de la intervención de todos estos roles en el ambiente del aula virtual.

* Estudiante del profesorado de Comunicación Social, UNQ, modalidad presencial, 2014.