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V. Indexación de textos breves: (d)escribir el acá/ahora en la comunicación por teléfono móvil

Lucía Cantamutto

Personas que están cerca, o que están lejos, personas que están trabajando o en el gimnasio. Personas que están cocinando o en el baño. Personas que se acuestan. Personas que despiertan. Personas sentadas frente a frente enviándose mensajes de texto para enfrentar diferentes trastornos sociales, personas reunidas en un bar chateando con otros que no están (haciendo phubbing), personas que dejan a sus parejas para siempre desde una conversación de Whatsapp. Las imágenes pueden ser muchas otras, distintas, pero siempre aparecerá en este retrato de la actualidad sobre la mesa, en la mano, en la cartera de la dama o el bolsillo del caballero… el celular.

Es el teléfono móvil, congruentemente, el paradigma de la ubicuidad y la simultaneidad. En la palma de la mano caben los hilos invisibles que conectan con casi todas las plataformas de comunicación (Facebook, Twitter, Whatsapp, entre las más conocidas) y tantas aplicaciones como la mente humana ha sido capaz de desarrollar; y, a través de ellas, con personas conocidas y desconocidas con quienes interactuar. En algún punto, el teléfono es el dispositivo que mejor supo resumir la potencialidad inherente al cambio de paradigma actual: la hiperconectividad, la multimodalidad (Herring, 1996), la hiper personalidad (Walther, 1996). Sin embargo, descartando el zoom que hicieron la educación mediada (del e-learning al m-learning) o la mercadotecnia (del e-commerce al m-commerce), las perspectivas teóricas dejan un poco de lado lo que ocurre en esta interface artefactual (Gobato, 2014): en el campo científico humanístico, se suele hablar de la comunicación mediada por ordenador y de la era internet. Ni una cosa ni la otra resumen (o limitan) los aspectos centrales de los textos breves que se producen en los teléfonos.

A diferencia de otros textos que componen esta obra, la vertiente de este trabajo es lingüística, con aportaciones de la pragmática y la teoría de la enunciación. Intentaré, en estas páginas, recuperar algunas reflexiones metalingüísticas de los hablantes en la producción de emisiones escritas por teléfono que fungen como estrategias indispensables para alcanzar con éxito las metas comunicativas. Nuestro eje es un aspecto atendido tempranamente en los estudios pioneros sobre la comunicación digital pero desde una perspectiva que poco satisface la nuestra: en el inicio, las características propias de la nueva situación de comunicación eran conceptualizadas desde las carencias respecto a la copresencia. Por mi parte (en coincidencia con muchos otros), más que enfocar en las privaciones, prefiero observar cómo la lengua (es decir, el hablante) explota sus recursos para negociar el sentido en la interacción mediada.
Dos materiales nos valen como disparador. Por un lado, un episodio de The Big Band Theory en el cual Raj y Lucy intercambian mensajes de texto sentados uno frente al otro durante una cita. Por otro, un audio de Hernán Casciari que dice:

comienzo de cita

Anoche le contaba a mi hija el cuento de “Hansel y Gretel”; en el momento en que los hermanitos se pierden en el bosque y empieza a anochecer, mi hija, en vez de asustarse, me dice: “Que lo llamen al papá por el celular” (…). Todas las historias fracasan si le ponemos teléfono móvil. (…) ¿No estará pasando lo mismo con la vida real? ¿No estaremos privandonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y es ahora? Yo creo que no, yo creo que le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve, desde el sofá. ¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un mensaje de audio, una alarma, nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos. (…) Nuestras historias están perdiendo brillo; las escritas, las vividas, incluso las imaginadas, porque nos estamos convirtiendo en héroes perezosos.


La lúcida argumentación precedente, parecería sostenerse sobre: la posibilidad de estar conectados todo el tiempo, compartir las experiencias y de transmitir información constantemente, la simultaneidad de la comunicación digital, la condensación del tiempo narrativo y del tiempo vital. Pero ¿son estos mismos argumentos los que justifican una “conversación” escrita mediada digitalmente cuando está a disposición todo el repertorio semiótico del cuerpo? ¿Qué necesidades satisface mediar la comunicación? Ambas escenas requieren una pregunta subsidiaria: ¿siempre es así la comunicación por teléfono móvil? Como usuarios, dispondremos de contraargumentos o situaciones donde algo haya sido diferente; pero, al mismo tiempo, es probable que nuestras prácticas comunicativas descansen tranquilamente sobre algo similar a lo ilustrado.

En un medio predominantemente textual, surgen dudas sobre los mecanismos de inscripción de los elementos que escapan hacia fuera del enunciado, necesarios para satisfacer la gestión interrelacional (Spencer-Oatey, 2000). ¿Cómo emergen las constelaciones de referencias, que en otros medios semióticamente más ricos se canalizan a través de diferentes signos, si sólo disponemos de un único código como herramienta? ¿Son los mecanismos y recursos que el sistema de la lengua tiene a disposición o son estrategias de inferencia para llevar adelante exitosamente la comunicación? Inclinados hacia ambas opciones, en estas páginas, revisamos algunas conjeturas que fungen de sostén a las interacciones digitales, en particular, en torno a cómo se concibe y configura el tiempo y el espacio: ¿es una comunicación donde el espacio del enunciador prevalece? ¿es un evento simultáneo, descontextualizado, por lo tanto, deslocalizado, ubicuo? ¿cómo son las condiciones de enunciación cuando son múltiples y paralelas? Estas son, entonces, las hipótesis que subyacen, en distinta medida, como precondición:

  1. Hipótesis de la sincronía.
  2. Hipótesis del contexto comunicativo.
  3. Hipótesis de la información pragmática compartida.
  4. Hipótesis del contexto innecesario.


Apuntes teóricos

El esquema básico (revisado y mejorado en las últimas décadas) de la comunicación consta de un emisor, un receptor, un mensaje, un canal y un contexto (Jakobson, 1975). La configuración prototípica de la comunicación requiere de esos elementos mínimos y se instala en un tiempo y un espacio que emerge en la interacción. Si dos personas interactúan en el mismo espacio-tiempo, sus coordenadas tenderán a ser compartidas, similares aunque no idénticas: como señala Verschueren, “el terreno común casi nunca es realmente común” (2002, p. 139). Cuando la palabra se tecnologiza (Gobato, 2014, p. 118), la copresencia ya no es un requisito y esta estructura sufre fisuras. En los textos breves, la ausencia de mayor caudal de lenguajes multimodales favorece que las condiciones de enunciación (ego, hic et nunc) adquieran un carácter novedoso y dinámico que difiere necesariamente de la interacción cara-a-cara y de la comunicación digital en general (Yus, 2010, p. 35). En entornos más “textuales” (por tanto, con menor saturación contextual), la actividad inferencial de los participantes de la interacción será equivalente a la distancia que exista entre los interlocutores, el conocimiento compartido o entornos cognitivos mutuos.

Identificar los supuestos que sostienen y conducen las interacciones en un dispositivo con limitaciones excesivas (brevedad, tamaño de pantalla, teclados reducidos) reclama, entre otras, la pregunta: ¿se genera un contexto común atravesado por contextos enunciativos diferentes, en cuyos procesos de codificación y decodificación de la deixis espacio-temporal se produce una doble (o múltiple) indexación simultánea? En los textos breves, múltiples estrategias activan los interactuantes para alcanzar sus metas comunicativas.

Deconstrucción de supuestos

1. Hipótesis de la sincronía: los intercambios entre sujetos/usuarios a través de sus teléfonos móviles se producen en un continuum entre asincrónicos> (casi)sincrónicos > sincrónicos. La ilusión de instantaneidad dependerá, en buena medida, de las capacidades técnicas de las redes de telefonía y de las conexiones a internet, más que de prácticas o usos de los sujetos. Claro está que el grado de dependencia al móvil de los usuarios influirá en la inclinación de la comunicación hacia alguno de los polos. Además, cabe distinguir entre entornos o plataformas que permiten una comunicación ciertamente próxima a la sincronía. Entre ellos, un entorno muy vital actualmente es el Whatsapp. Consideremos que la interacción se construye simultáneamente en una suerte de conversación simultánea cuando los interactuantes están en línea al mismo tiempo y conectados a una red de internet relativamente estable. Sin embargo, la distancia temporal entre el envío y lo que tarda en llegar de un servidor a otro, de un teléfono a otro, produce la superposición de emisiones. Al detener la mirada en cómo se estructuran los turnos de habla (Alcántara Plá, 2015), los pequeños desfasajes entre tiempo de envío y recepción favorecen una construcción diferenciada de la interacción: las cajas de textos se ordenarán de particular manera en cada uno de los dispositivos intervinientes. Esta tendencia a estar precariamente cerca de la sincronía no prevalece en los SMS (Cantamutto, 2013).

2. Hipótesis de los contextos comunicativos múltiples: la simplificación indica que en la interacción cara a cara, se establece un espacio compartido por todos los interactuantes y que surge como indicios en la comunicación (Cfr. Verschueren, 2002). Estas reflexiones inicialmente las expuse en un aquí y ahora delimitado de antemano (por el espacio-tiempo del foro), compartido por el expositor y el auditorio. En la producción de este capítulo, la ausencia de información contextual se evidencia pero la temática no requiere mayor conexión con la situación de enunciación ni de recepción: aspectos como la dirección de mi oficina donde me encuentro escribiendo serán poco relevantes. Sin embargo, si mientras escribo, envío un SMS a alguien para que me ayude esa información será necesaria. En los textos breves, cabe preguntarse si a falta de un contexto físico común se instalan dos (o múltiples) contextos desde donde cada uno de los participantes se introduce en la interacción, ¿emerge necesariamente el contexto comunicativo de cada uno? ¿Emerge un nuevo contexto comunicativo? ¿Emerge la información que tiene que emerger en ese contexto? ¿Existe –en alguna instancia– un único contexto comunicativo?

3. Hipótesis de la información pragmática compartida: si los usuarios son capaces de reponer los datos ausentes del contexto a partir de la información pragmática que comparte (es decir, conocimiento del mundo y/o de la realidad, conocimiento social, entornos cognitivos, conocimientos comunes) o a partir de la información que suponen que es la que debe aparecer en la comunicación mediada por teléfono móvil. Por lo tanto, puede ser que en la comunicación por teléfono móvil –después vamos a ver algunos ejemplos–, en realidad las marcas que aparecen del aquí, del ahora, de estos interactuantes, sean las que presuponen como hablantes que el otro desconoce. Están situándose en los espacios de información pragmática no compartida. En general, la comunicación por teléfono móvil se suele dar entre un círculo restringido de personas que tienen mucho conocimiento entre sí. Por lo tanto, la información que falta, los datos del contexto enunciativo que aparezcan, son las que presuponen que el otro desconoce.

4. Hipótesis del contexto innecesario: por último, una cuarta hipótesis al respecto de diferentes tipos de interacciones donde el contexto no es necesario. Por ejemplo, aquellos textos breves que corresponden a manifestaciones de afecto, conversación de contacto y mantenimiento de lazos sociales (por ejemplo, Taylor & Harper, 2002). Muchos SMS se alinean con esta dimensión afectiva. ¿Carecen de marcas del momento de la enunciación? Desde una perspectiva pragmática, (e inclusive estrictamente lingüística) no sería posible sostener esto: a pesar de que el mensaje sea muy breve, las huellas deícticas quedan sostenidas (¿o contenidas?) en la lengua, en primer lugar, a través de marcas morfológicas y léxicas (Verschueren, 2002).


El acá y ahora en los textos breves

La comunicación digital puede ser definida a través de los aspectos principales del estilo electrónico (Vela Delfa, 2005, p. 670- sig.). En los textos breves, además de la expresividad y economía lingüística (ibíd.), la claridad emerge como una característica propia de la producción de estos mensajes (Cantamutto, 2012, 2014, 2015a): los hablantes aprovechan al máximo los recursos lingüísticos para poder satisfacer sus metas comunicativas y, por tanto, tienden a evitar locuciones ambiguas, confusas o poco claras. Tanto el emisor como el receptor activan estrategias múltiples (de inferencia, precisamente) para la recuperación de información en todos los niveles de lengua. Tres ejemplos diferentes para observar las huellas presentes al momento de enunciación que dan lugar al contexto comunicativo.

Ejemplo 1:

(2093, F-20-3 a F-21-3, amigas) “Noticias? Acá no.”

En el primer ejemplo es tenemos un acá, que suele clasificarse entre los adverbios espaciales que realizan deixis. Ese deíctico no inscribe un espacio y un tiempo de la enunciación. Acá es el presente y la perspectiva del emisor: dependerá del tenor de las novedades la necesidad de delimitar más específicamente el sentido de acá. Una conjugación de la tercera hipótesis con la segunda sirven de sostén a esta intervención.

Ejemplo 2:

(2698, F- 57-3 a F-27-3) “Hola lu paso en 10 min monica”

(2699, F-27-3 a F-57-3) “Acá estoy! Besos!”

En cambio, el SMS requiere del conocimiento de las condiciones de enunciación, ya que el tiempo es un factor necesario para llevar adelante exitosamente la interacción. El descanso del mensaje en la primera hipótesis se advierte en el supuesto de que será recibido y leído dentro de un lapso menor a los diez minutos.

Ejemplo 3:

(2641, F-63-2 a F-28-3, familiares) “Hola Jo recien veo tu men xq recien me levanto me alegro que estes bien y estudiando en cualquier momento nos vemos un beso para los dos Celsa”

(2642, F-28-3 a F-63-2, familiares) “Hola JO soy Celsa como estan aparte de pasados x agua hace mucho que no nos vemos como te fue en la uni o todavía no les mando un beso a los dos”

(2643, F-63-2 a F-28-3) “Hola Celsa!!! Que manera de llover!!! No gane el concurso, pero estuvo muy bien igual. Mañana a la tarde estas en tu casa? Puedo pasar tipo 5? Besos”

(2642, F-28-3 a F-63-2) “Si Jo si estoy te espero asi charlamos besos”

Por último, en el estilo comunicativo no marcado las hipótesis anteriores fracasan cuando algún interactuante no (re)conoce las características de la comunicación digital. Estos textos breves dejan de serlo para cargarse con información sobre la instancia de producción.

Líneas de desvío

Quizás todo lo anterior deba reducirse a una única pregunta: ¿qué es la comunicación si no es el momento en el cual los interactuantes se comprenden? Lo mismo en la comunicación por teléfono móvil: la premisa es que las personas intentan comunicarse. Para ello, recurren a dos cuestiones más allá de las hipótesis anteriores:

I) a la información que brinda la plataforma –como Whatsapp, por ejemplo, que provee información sobre qué está pasando en las instancias de la interacción en ese momento–

y

II) diferentes recursos de la lengua que escriben, inscriben y describen el hic et nunc. Por el hecho de ser hablantes producimos reflexiones metalingüísticas que, además, activamos en cada emisión. Las categorías teóricas podrán no ser suficientes para explicar cómo emergen las condiciones de enunciación, pero los usuarios son capaces identificar aquellos elementos necesarios para negociar y alcanzar la meta de la comunicación.


Las cavilaciones anteriores tienen, al menos, cuatro consecuencias directas que se sintetiza en estas líneas:

Teórica: en el texto breve se produce una maximización del sistema lingüístico, en particular, debido a la textualidad inherente al fenómeno (poco a poco, desplazado hacia la multimodalidad). Con pocos elementos a disposición (abecedario, emojis, signos diacríticos y de puntuación), es posible comunicar cuestiones de diferente complejidad. Esta línea de desvío tiene aplicaciones en la enseñanza de la lengua: el usuario que es capaz de reconocer los recursos, debería ser capaz de comprenderlos a nivel teórico (Cantamutto, 2015b).

Metodológica: el investigador necesita reponer el contexto ausente, necesario para los estudios orientados desde diversas corrientes como la sociolingüística, la pragmática, la etnografía del habla. ¿Cómo se recupera ese contexto? ¿Es el del usuario emisor en el momento que teclea sobre su teléfono móvil? ¿Es el del usuario que recibe en su mini-pantalla un mensaje? (Cantamutto, 2013a, 2013b).

Práctica: si consideramos que un ahora, por ejemplo, puede ser una categoría laxa que se adecúe a las instancias de emisión y recepción, la concepción del tiempo y el espacio en la comunicación móvil nos obliga a plantear la misma duda inicial: ¿hay simultaneidad o duplicación? ¿Qué información sobre ese contexto emerge en la comunicación? ¿La que los usuarios quieren? ¿Pueden los usuarios controlar esta información?

Aplicada: considerar estas cuestiones, por ejemplo, en la educación a distancia, favorece tanto al descubrimiento de las huellas del momento enunciación de los diferentes actores (tanto alumnos como docentes). En las intervenciones en los foros, se superponen instancias de escritura y, a veces, es necesario recuperar dicha información: no solo las plataformas dan indicios, la lengua –obligatoriamente– va dejando en las emisiones los rastros de su generación.


Referencias bibliográficas

Alcántara Plá, M. (2015), “Las unidades discursivas en los mensajes instantáneos de whatsapp”. Estudios de Lingüística del Español, 35, 223-242.

Calsamiglia Blancafort, H., & Tusón Valls, A. (2002), “Las cosas del decir. Manual de Análisis del Discurso”. Barcelona: Ariel.

Cantamutto, L. (2012), “El uso de los mensajes de texto en el habla adolescente del español bonaerense”. Universidad Nacional del Sur.

Cantamutto, L. (2013a), “La conformación de un corpus de mensajería de texto: la interacción verbal mediada digitalmente”. En L. Gambón (Ed.), IV Jornadas de Investigación en Humanidades. Homenaje a Laura Laiseca. Ebook (pp. 97-106). Bahía Blanca: Universidad Nacional del Sur.

Cantamutto, L. (2013b), “La recursividad de las interacciones contemporáneas. Límites teórico-metodológicos del estudio de los SMS como conversación”. Revista de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes 23, 83-104.

Cantamutto, L. (2014), “El discurso de los mensajes de texto en el habla adolescente del español bonaerense”. En A. Parini & M. Giammatteo (Eds.), Lenguaje, discurso e interacción en los espacios virtuales (pp. 65-81). Mendoza: Ed. FFyL-UNCuyo / SAL.

Cantamutto, L. (2015a), “Aspectos pragmáticos de la literacidad digital: la gestión interrelacional en la comunicación por teléfono móvil”. Revista Internacional de Tecnología, conocimiento y sociedad, 5(1).

Cantamutto, L. (2015b), “Enseñanza de la lengua, comunicación por SMS y estilo electrónico: un modelo posible”. El toldo de Astier. Propuestas y estudios sobre enseñanza de la lengua y la literatura, 6(10), 3-18.

García Negroni, M. M. y Tordesillas Colado, M. (Ed.) (2001), “La enunciación en la lengua : de la deixis a la polifonía”. Madrid: Gredos.

Gobato, F. (2014), “La escritura secundaria. Oralidad, grafía y digitalización en la interacción contemporánea”. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes.

Herring, S. C. (1996), “Computer-mediated communication: Linguistic, social, and cross-cultural perspectives” (Vol. 39). John Benjamins publishing.

Jakobson, R. (1975), “ Ensayos de lingüística general”. Barcelona: Seix Barral.

Spencer-Oatey, H. (2000), “Rapport management: A framework for analysis”.Culturally speaking: Managing rapport through talk across cultures. London: A&C Black.

Taylor, A. S., & Harper, R. (2002), “Age-old practices in the «New World»: a study of gift-giving between teenage mobile phone users”. En Proceedings of the SIGCHI conference on Human factors in computing systems (pp. 439-446). New York.

Vela Delfa, C. (2005), “El correo electrónico: un nuevo género en nacimiento”. Tesis de doctorado. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.

Verschueren, J. (2002), “Para entender la pragmática”. Madrid: Gredos.

Walther, J. B. (1996), “Computer-mediated communication impersonal, interpersonal, and hyperpersonal interaction”. Communication research, 23(1), 3-43.

Yus, F. (2010), “Ciberpragmática 2.0”. Nuevos usos del lenguaje en Internet. Barcelona: Ariel.


* Véase es.wikipedia.org/ (consulta: abril de 2014).

*Optamos por la forma “teléfono móvil” (forma del español peninsular) a teléfono “celular” (forma del español de Argentina) porque consideramos que refleja mejor las características principales del dispositivo.

*En The Big Band Theory, temporada 6, episodio 18: Raj, quien tiene mudismo selectivo ante las mujeres, se cita en un bar con Lucy, quien padece fobia social: para solucionar ambos problemas, intercambian mensajes frente a frente. Disponible en www.youtube.com/.

*“El celular de Hansel y Gretel” disponible en www.youtube.com/

*En la discusión posterior a la presentación, una persona criticó esta afirmación al decir que los jóvenes envían muchas fotos e imágenes por Whatsapp. Dos aclaraciones de justificación: primero, la tendencia de caracterizar los estilos comunicativos digitales a través del uso que hacen los jóvenes de estas plataformas es rechazable. Por otro, muchas imágenes enviadas son en algún punto textos: frases, carteles, chistes gráficos.

*“Yus (2010) señala que es posible ubicar, cada una de las distintas “formas de comunicación”, en una “escala de contextualización”. Es decir, en un polo se ubicarían los “entornos muy saturados de información contextual (videoconferencias, teléfono por internet con web cam, etc.) y, por otro, entornos basados únicamente en el texto tecleado” (Ibíd: p.35). En todos los casos, se produce un desplazamiento entre lo que se desea comunicar y lo que el interactuante interpreta: los vacíos de información que deben ser llenados implican un esfuerzo cognitivo subsanado a partir de la actividad inferencial. En tal sentido, el contexto “nunca está sobreentendido o es un componente estático en la comunicación, sino que constituye una información mental ligada a las necesidades comunicativas e interpretativas” (Ibíd: p.33) (…). Estos entornos cognitivos mutuos no deben pensarse restringirse a “la parte del entorno físico o psíquico que es manifiesto para los dos interlocutores y que ambos comparten en un contexto concreto” (Ibíd: p.24) sino que podrían ampliarse o intensificarse en el conocimiento compartido sobre la orientación de determinada comunicación o el conocimiento cotextual del mensaje” (Cantamutto, 2013b).

*Esta plataforma, como muchas otras, ofrece además mecanismos de retroalimentación a fin de satisfacer algunos de los índices necesarios para la construcción de la interacción. Por ejemplo, el doble check o el visto que fungen como intervenciones (automáticas) y que, al mismo tiempo, genera situaciones de ansiedad y diferentes confusiones asociadas a interpretar un mecanismo automático como una acción voluntaria de un actante. Esta utilidad de la plataforma generó, como contrapartida, el síndrome del doble check. Véase www.youtube.com/ (consulta: junio de 2014).

*Véase García Negroni y Tordesilla Colado (2001); Calsamiglia-Blancafort y Tusón-Valls (2002); Verschueren (2002), entre otros.