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Redes sociales: potencialidades y limitaciones para la inclusión de los estudiantes desde las tutorías académicas

Miriam Emilia Medina, Julieta Peuriot y Victoria Adelina Obregón

El Programa Universidad Virtual de Quilmes se inscribe en una propuesta y mirada sobre la Educación Superior, la de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), que funda sus lineamientos y políticas en una concepción inclusiva y democrática.
Creada con ese objetivo, como otras Universidades del conurbano bonaerense, la puesta en marcha de la UVQ aloja e identifica la emergencia de un particular grupo de estudiantes universitarios, cuyos perfiles tradicionalmente no accedían a las universidades de la región metropolitana (Cambours Donini y Gorostiaga 2016).

En Trayectorias Reales en Tiempos Virtuales y en relación a la UVQ, Patricia Sepúlveda (2016) sostiene que la “propuesta de formación se caracteriza por su flexibilidad, tanto respecto a la organización del recorrido académico (que no prescribe correlatividades), como por las oportunidades que la asincronía permite en la organización de tiempos de cursado y estudio, según las necesidades del estudiante.

En línea con el reconocimiento de la diversidad presentada por los estudiantes, se destaca también la flexibilidad en las condiciones de acceso.” Agrega que también se “caracteriza por la separación física entre el estudiante el docente, la mediación tecnológica de esa relación a través del aula virtual, la promoción del aprendizaje autónomo, la interacción multidireccional y la asincronía”.

Implicancias de las tutorías

En los últimos años se viene destacando la contribución a la Educación Superior que las tutorías han brindado en relación a la calidad, a reducir la deserción y rezago de los/as estudiantes en sus trayectorias, potenciar el rendimiento, como el visibilizar y hacer lugar, incluir, a heterogéneos perfiles que han sido expulsados de modalidades tradicionales de formación.

Se trata de un sistema de atención a los/as estudiantes que brinda información, aporta en la formación, orientando de forma singular, facilitando con sus acciones la adaptación a la vida universitaria. De acuerdo a Rodríguez Espinar (2008) las tutorías se constituyen por intervenciones tendientes a fortalecer el proceso de aprendizaje, potenciando el rendimiento académico, acompañando y guiando en la elección curricular. Se trata de una asistencia integral y singular (p.12).

La tutoría virtual, que en principio propone una relación asincrónica y lejana en términos físicos, con la llegada de las TIC y el avance tecnológico ha ido enfrentando desafíos en pos de generar estrategias que han logrado volver menos rígidas y distantes las interacciones, renovando competencias y funciones.

Bautista, Borgés, Forés (2006) citando a García Aretio en relación a las funciones básicas de un tutor/a a distancia, señala las siguientes:

  • Función orientadora: centrada en el área afectiva.
  • Función académica: centrada en el ámbito cognoscitivo o de conocimiento.
  • Función institucional de nexo: a las anteriores, añade la función de nexo y colaboración con la institución central y con los/as profesores/as responsables.

Las tutorías académicas del Programa UVQ se encuentran realizadas por docentes que se encargan del acompañamiento del estudiante a lo largo de toda su trayectoria académica, es decir, desde su ingreso hasta su egreso. En este sentido y teniendo en cuenta la flexibilidad curricular que caracteriza las ofertas, es que su rol se torna de suma relevancia en la orientación y reconocimiento de las dimensiones posibles que puede asumir su recorrido por la propuesta (p.65).

Las tutorías despliegan entre sus desafíos, generar prácticas de trabajo e intervención que aporten en las trayectorias de los/as estudiantes, enmarcando la figura del tutor/a en una política pública tendiente a garantizar la inclusión, la calidad y la democratización de los estudios universitarios en Entornos Virtuales de Enseñanza y Aprendizaje (EVEA).

Cabe mencionar que a pesar de la inspiración democratizadora que llevó a la expansión del sistema de Educación Superior (ES), algunos especialistas expresan que existe una inclusión excluyente. Esto refiere al acceso masivo a las universidades de los sectores menos favorecidos, o la inclusión de perfiles heterogéneos que no solían tener lugar en las propuestas más tradicionales de formación. Este hecho en sí, es considerado un logro, sin embargo Ezcurra (2011) lo observa y señala que más allá ingresar a las carreras en las universidades, los sectores menos favorecidos son quienes propenden al abandono.

En lo referente a la UNQ, aspectos interesantes se fundan en recuperar las preocupaciones y formular propuestas institucionales orientadas a la retención. De igual modo, la UVQ y su sistema de tutorías, darían cuenta de la misma aspiración, la cual aborda en su relación con los estudiantes no solo aspectos meramente administrativos, académicos y habilidades para el manejo de TIC, sino también situaciones personales, sociales en las que los estudiantes pudieran llegar a necesitar orientación en cuanto presenten inconvenientes para el desarrollo habitual de la vida académica.

Analizando los documentos de gestión institucional a nivel general y de los respectivos Departamentos (Departamento de economía y Administración y Departamento de Ciencias Sociales) se hacen explícitas referencias, a las preocupaciones sobre la Inclusión educativa e institucional de los estudiantes y la intención de afianzar sus trayectorias educativas, mejorar el desempeño académico de los mismos en las carreras de grado, en la modalidad presencial y virtual. Por consiguiente, nos propusimos considerar el uso de las Redes sociales en las prácticas de tutoriales de manera más integral, entendiendo que dicha acción podría significar un aporte significativo para avanzar hacia una inclusión menos excluyente.

Los entornos virtuales: pensando en la inclusión

Desde el I Foro Internacional de Educación Superior en Entornos Virtuales, realizado en 2005, han tenido lugar grandes transformaciones sociales, en los modos de enseñar y aprender, en las instituciones y sus modalidades, como en las tecnologías. En consecuencia necesidades y oportunidades nuevas surgieron, destacándose lo singular de las demandas y requiriendo configuraciones que puedan abordarlas. En este marco, Mena (2008) destacaba:

comienzo de cita

Desde un lugar de valoración acrítica del rol de las TIC, podemos pensar que su potencial mediador e interactivo trascenderá los logros y promesas de la educación a distancia de la primera y segunda generación y permitirá la instalación de un sistema ampliamente inclusivo que haga por fin posible el acceso universal a una educación de calidad. Pero también desde otra visión podemos considerar a los sistemas de educación a distancia de tercera generación como favorecedores de procesos ricos en interacción y en interactividad, pero también como responsables de profundizar las brechas existentes en la sociedad provocando una importante exclusión social. (...)
Vemos de este modo que el concepto de exclusión social es de naturaleza multidimensional: hay un concepto múltiple de pobreza, que no sólo se refiere a la pobreza económica, sino a la pobreza de protección, a la pobreza política, a la pobreza de comprensión, etc., también viendo este fenómeno como multidimensional. Todas estas situaciones de pobreza, unidos a los otros factores de desventaja mencionados, producen exclusión social. (p. 95).


De modo general, la presentación de Mena en el I Foro, se refería a que las políticas de educación superior a distancia, podrían ser bajo ciertas circunstancias, una herramienta para promover la inclusión social, pero que por sí solas no serían la solución.

Si bien han pasado varios años de esas palabras, en la actualidad encontramos que la educación universitaria en la Argentina es considerada de alta calidad, e inclusiva –a lo que se refiere como la masividad–. Sin embargo también se afirma que no supera aún el modelo de inclusión excluyente, que replica las desigualdades sociales al no lograr la inclusión real y la permanencia en ella de los sectores desfavorecidos.

En los últimos años, parte de los problemas que interpelan a las políticas universitarias, presenciales o virtuales, refieren justamente a esa masificación en el acceso a los estudios superiores que es seguida de altas tasas de abandono.

Teniendo presente que aspiramos a la inclusión, la retención y la graduación con calidad, en la propuesta presencial como en la virtual, entendemos serán diferentes el cómo se realizan estos objetivos y qué tipo de acompañamientos y respuestas se necesitan para lograrlo en cada formato. Para Sepúlveda (2016) “El análisis de las trayectorias de los estudiantes virtuales, sus motivaciones y las razones que llevan a la frustración y abandono son temas menos transitados que los referidos a las universidades de carácter presencial” (p.95).

Volviendo sobre la relación entre educación virtual y exclusión/inclusión educativa, especialistas advierten sobre la necesidad de evitar la generación de nuevas exclusiones, Y si bien se reconoce en La educación virtual la potencialidad de resolver problemas de exclusión educativa, enfatizan que para lograrlo deben primero revertirse los factores que produjeron esa exclusión.

En el desarrollo del proyecto UVQ dentro del marco de desarrollo del Programa I+D según data en Trayectorias reales en tiempos virtuales se asumió la heterogeneidad y diversidad de estudiantes como característica esencial del conjunto identificando a la vez denominadores comunes que se conformen como estrategias comunicacionales.

Tecnologías de la información y formación

Las TIC han llegado para quedarse, irrumpiendo en todos los espacios de la vida: personales, de formación, laborales y comunicacionales, entre otros, e incidiendo en las modalidades de aprendizaje a distancia. Esta llegada, que generó y genera algunas resistencias, ha planteado desafíos en su incorporación y utilización, como también ha dado lugar a nuevas formas de interacción y trabajo en la comunidad universitaria toda. Cabe destacar que su sola incorporación no da lugar, ni garantiza, mejores procesos de aprendizajes o formas de construcción del conocimiento más colaborativas, colectivas. Si bien aquí entendemos que puede aportar en facilitarlas.

En los distintos niveles educativos se han identificado razones por las cuales urge implementar nuevos enfoques, lecturas, revisión de políticas y prácticas pedagógicas para poder garantizar el derecho a la educación en un sentido más pleno. En este contexto el lugar de la enseñanza y su necesaria resignificación, en diálogo con las formas de conocer y aprender que vienen de la mano de la TIC y su posibilidad de integración curricular, cobran destacada importancia y consideración. Es así que se reconoce la necesidad de incorporar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a la tarea educativa, al proceso de aprendizajes, sin embargo es evidente cierto recelo por avanzar hacia su integración que es mucho más que equipamiento e infraestructura adecuados. En este sentido, entendemos que una política que universaliza el acceso y la integración de las TIC, tiene por finalidad garantizar el derecho a la educación en el marco de un proyecto democratizador.

Siguiendo a Guzmán (2011) al hablar de integración de TIC, referimos al proceso de hacerlas parte de los procesos, de la didáctica, del intercambio y orientación, con el fin explícito de aprender. Esto requiere verlas menos como herramientas y más como formas de ampliar los límites del espacio y del tiempo de formación/educación. En este sentido sabemos de la importancia que tienen al considerarlas en tanto aportan en superar la idea de presencialidad como forma única y válida en la que debe darse el proceso educativo.

Mena (2008) desarrollaba en ese entonces estudios de regiones centrales y periféricas coincidían en que la educación a distancia mediada por TIC presentaba enormes potencialidades para democratizar la educación superior. Aclaraba, sin embargo, no podía salvar las desigualdades, las múltiples formas de pobreza material y simbólica que afectaban a sectores desprotegidos de las sociedades. La autora destacaba que la característica esencial de la educación a distancia debía ser establecer una comunicación mediatizada que posibilite romper fronteras.

Pensar a las redes sociales

Existen numerosas definiciones de Redes sociales, sin embargo es importante considerar que constituyen una red de información y de comunicación. Para Valdés (2009) una Red social consiste en un número variable de nodos, los que pueden ser sujetos u organizaciones, unidos a otros nodos, definidos como agentes de intercambio de información. Es decir que hasta el momento, el mejor ejemplo de red, es la Red de redes: Internet.

La autora toma nociones trabajadas por los autores Garton, Haythornthwaite y Wellman, tempranamente, para describir características comunes en las Redes:

  1. El rango: vinculado a la heterogeneidad (tamaño y heterogeneidad de la red) Las grandes redes tienen gran heterogeneidad, sus miembros tienen características sociales diversas, lo que se traduce en una mayor complejidad en la estructura de la red, esto las hace más innovadoras y exitosas en lograr cambios en las estructuras. Las redes pequeñas tienden a ser más homogéneas, generalmente corresponden a grupos con un carácter más conservador, lo que las hace más exitosas en la conservación de recursos existentes.
  2. La centralidad: las relaciones y el uso dentro de la red, tomando en cuenta centro-periferia. Algunas investigaciones han señalado importante la medición geográfica dentro una red, “determinando la distribución de los nodos según el número y la dispersión de las conexiones que establecen, permitiendo definir que nodos son puentes de contacto fundamentales para la existencia de la red, ya sea por ser sostenedores de ella o por ser nodos de contacto con otros nodos externos”
  3. Los roles: relaciones tipificadas entre los miembros de la red que se enmarcan en patrones establecidos por sus mismos miembros. Esto sucede en la comunicación presencial como en la mediada por las TIC.


Considerar al uso de las Redes sociales en el marco de las Tutorías académicas, entendemos que aporta a entablar nuevas formas de relación y de cercanía en el proceso educativo en la UVQ, cuya propuesta pone en tensión ciertas construcciones de sentido común, muchas veces apegadas a la educación formal y los modelos tradicionales en los que se asevera, que las propuestas a distancia, pueden resultar de menor calidad.

De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Málaga, se advierte la relevancia que le otorgan los estudiantes universitarios al uso de las Redes. En este sentido es pertinente considerar que más allá de la localización geográfica y problemas particulares, la universidad enseña a estudiantes que poseen cierto uso de Tecnologías y de participación en redes sociales. De este modo, es que la caracterización realizada hace varios años con respecto a los nativos digitales (este concepto ya se ha criticado desde varias perspectivas, lo incorporamos aquí pensando en las generaciones que utilizan las Tic desde muy temprana edad) demandan un tipo de enseñanza diferente, mucho más personalizada e interactiva. Resulta importante tener en cuenta que los universitarios han crecido bajo la influencia del audiovisual y de la Red. Es decir que las herramientas tecnológicas, les han dado el poder de compartir, crear, informar y comunicarse, convirtiéndose en un elemento esencial en sus vidas. Todas las aplicaciones o medios sociales, surgidos de la Web 2.0, suponen la participación activa de los usuarios, convirtiéndose a la vez en productores y destinatarios. Destacan las redes sociales que se han convertido en un auténtico fenómeno de masas (Flores, 2009). En España, lugar referenciado por el estudio, el Observatorio de Redes Sociales presentó en enero de 2011 un análisis en el que el 85% de los internautas eran usuarios, arrojando una media de dos cuentas activas por usuario. En este contexto, las redes sociales se han universalizado y se han incorporado plenamente en sus vidas, con el objetivo de intercambiar información y conocimiento de una forma rápida, sencilla y cómoda.

Redes sociales y acompañamiento

Este desarrollo se propone otras cuestiones, pensar de qué modo, los Tutores/as académicos, pueden aprovechar la predisposición de los estudiantes en el uso Redes sociales, para incorporarlas al acompañamiento y la enseñanza. Es decir, diseñar propuestas de intervenciones de modo que se pueda articular el contenido y algunas actividades a los lugares frecuentados por los estudiantes, muchas veces asociados con el entretenimiento.

La intención está puesta en incorporar las redes sociales, hacerlas partes del proceso de formación, tomando la potencia que desde lo comunicacional pueden aportarnos a tal fin. Asimismo el espacio de enseñanza, intercambio y comunicación formal, se realiza en el Campus Qoodle, que representa lo formal, entendiendo representando espacios áulicos y de gestión con un ordenamiento propio e institucional. Vale destacar que en estos últimos años, desde la institución se vienen utilizando las redes como herramienta informativa-grupos en Facebook de Departamentos o carreras, además de los grupos creados por los estudiantes.

En lo referido específicamente al espacio de comunicación entre Tutores/ estudiantes, el espacio dentro del Campus UVQ se denomina Sala de Tutorías, que presenta un formato preestablecido pero que cada tutor termina de apropiarse y de diseñar, teniendo en cuenta múltiples formatos y contenidos –más allá de la información básica, orientadora e instructiva institucional– siguiendo las posibilidades que plantee la carrera en la cual cada uno esté desarrollando la orientación.

Conclusiones preliminares

Desde nuestra perspectiva, las redes pueden enriquecer el acompañamiento centralizado en el Campus. Es decir que pueden convertirse en un lugar más para la interacción. Para este fin resulta pertinente romper ciertos presupuestos.

  1. Que las redes son solo para diversión, distracción.
  2. Que no poseen valor académico.
  3. Que son muy informales.
  4. Que se encuentran apartadas de los campos científicos.
  5. Que son de uso personal; temiendo poner en riesgo el ámbito personal.
  6. Que resulta muy difícil o imposible arribar a criterios comunes de utilización.
  7. Existe un sentido común instalado en el que las redes son disvaliosas, que promueven la “pérdida de tiempo” y por este motivo no aprendemos a utilizarlas.
  8. La posibilidad de incorporación del uso de las Redes Sociales, se convertiría en algo obligatorio.
  9. El uso de las redes, acrecienta el trabajo (probablemente puede ocurrir lo contrario).


Entendemos que ninguna de las formas en que desarrollamos nuestra tarea como Tutores/as es buena o mala en sí misma. Cada quien y en relación a cómo siente el desenvolvimiento del ser tutor/docente, apela a tal o cual herramienta/acción.

En este sentido es fundamental que podamos identificar y visibilizar que lo hacemos según los modelos pedagógicos que “encarnamos”. Si apelamos al tradicional ejercicio de la docencia, lo plasmamos en las formas, modos, acciones, que realizamos en nuestra labor. Entonces quienes se identifican con modelos pedagógicos más tradicionales los actúan en un mail, llamada o videoconferencia. Es decir que algo nos resulte mejor o peor, no depende esencialmente de las herramientas a las que apelamos para desarrollar nuestra tarea.

A continuación desarrollamos algunos puntos a considerar con respecto a la incorporación de redes específicas (Facebook, Twiter, Instagram) en relación a las intervenciones tutoriales. De qué modo utilizaríamos cada red y con qué finalidades, qué aspectos pueden resultar a favor y qué aspectos en contra:

A. Informar y difundir: si apuntáramos a la difusión –eventos, noticias en relación a la carrera e inscripciones, entre otras cosas–, por sus características, las redes a tener en cuenta serían: Twitter e Instagram, desde una cuenta común para cada carrera.

Aspectos a favor: la rapidez de la comunicación (podemos compartir algo desde el tren, en la calle, evitando además inundar de avisos a los estudiantes por el Campus.

Aspectos en contra: el mensaje llega solo a quienes son usuarios de esa red determinada. No permite seguimiento (personal o grupal) No genera grupalidad y los mensajes pueden perderse en el caudal de esas redes. Resulta difícil para los tutores/as chequear quienes han leído el mensaje y /o compartido.

Es importante considerar que tanto Twitter como Instagram, privilegian dos cosas diferentes: Twitter, la síntesis y lo inmediato e Instagram, la imagen y lo atractivo.


B. Trabajar en grupos, interacción: si nos planteáramos ir más allá de la difusión, resultaría interesante tener en cuenta la creación de cuentas en Facebook para la conformación de grupos por ingresos y por carreras. Sin dejar de percibir que, los usos de las redes cambian y algunos estudiantes, ya no poseen Facebook y comunican usar sólo Instagram.

Aspectos a favor: creación de un espacio propio en donde se vaya conformando identidad, los Tutores/as generarán cercanía y fomentarán la apropiación del lugar, además de utilizar el grupo para informar, es posible que emerjan intercambios y un seguimiento por parte de los docentes. En este sentido, se focalizará en la construcción de grupalidad, el reconocimiento y acompañamiento entre pares en el inicio de un camino común. Se espera abrir la comunicación en el grupo para que aparezcan los intercambios de experiencias, relatos, sentires, y expresiones con el objetivo de fortalecer los vínculos sociales y pedagógicos.

Consideramos que la utilización de las redes sociales como complementarias en las Tutorías académicas, podría colaborar en la construcción del estudiante universitario, en fortalecer el acompañamiento y la información, en la generación de iniciativas por parte de los estudiantes, en la construcción del “estar” en la red, para “ser” en la red.

No obstante, cabe destacar que se es consciente del desafío que la utilización de estas herramientas podría acarrear en tanto el colectivo estudiantil es heterogéneo, en cuanto a realidades sociales, accesos a tecnologías, edades. Así como también el equipo de tutores/as posee distintos perfiles, manejo y actitud frente a las TIC.

Además, el uso de redes sociales para ofrecer experiencias de aprendizaje social en el aula permite conocer a otros estudiantes y tener acceso (dependiendo de las herramientas que se utilizan) a otros educadores y profesionales. El mantenimiento de las conexiones y la comunicación con los nuevos colegas podría verse facilitado.

Puede tener lugar otro tipo de acompañamiento, una entrada de la institución en la vida cotidiana de los estudiantes. En congruencia con lo planteado por Carvajal (2017) incorporar las redes sociales en la enseñanza presenta numerosas ventajas:

  1. Aumento del sentimiento de comunidad educativa para estudiantes y profesores debido al efecto de cercanía que producen las redes sociales.
  2. Mejora del ambiente de trabajo al permitir al estudiante crear sus propios objetos de interés, así como los propios del trabajo que requiere la educación.
  3. Aumento en la fluidez y sencillez de la comunicación entre profesores y estudiantes.
  4. Incremento de la eficacia del uso práctico de las TIC, al actuar la red como un medio de aglutinación de personas, recursos y actividades. Sobre todo cuando se utilizan las TIC de forma generalizada y masiva en la institución educativa.
  5. Facilita la coordinación y trabajo de diversos grupos de aprendizaje (clase, asignatura, grupo de estudiantes de una asignatura, por ejemplo) mediante la creación de los grupos apropiados.
  6. Aprendizaje del comportamiento social básico por parte de los estudiantes: qué puedo decir, qué puedo hacer y hasta dónde puedo llegar, entre otros.


Desde las tutorías de la Universidad Virtual de Quilmes, es interesante reflexionar sobre qué pueden aportar las redes desde su potencialidad comunicacional y en relación a la función de los tutores/as, privilegiando el proceso educativo, intentando promover estrategias que abonen a una inclusión menos excluyente. En este sentido, las distintas redes analizadas abren una serie de posibilidades:

  1. Habilitan otras comunicaciones, otros intercambios, que también aportan al proceso de formación.
  2. Habilitan otros lenguajes, el compartir algo más que necesariamente estarán en relación a la Trayectoria académica. Otros relatos.
  3. Dan lugar a otras formas de acompañamiento, otra presencia. Consecuentemente se genera sentido de pertenencia.
  4. Evidencian que no hay una sola forma de aprender.
  5. Habilitan un nuevo tiempo mediado.
  6. Sirvan para canalizar inquietudes, y probablemente disminuyan las consultas por otros medios como el mail.
  7. Abren la invitación a vivenciar otras relaciones, otras formas pedagógicas, que pueden articularse con el modo que le resulte más amable tanto a tutor/a como a estudiante (más formal, más innovador, más dinámico)


Resulta necesario volver a pensar en la potencialidad de la educación en los EVEA para resolver problemas con respecto a la exclusión educativa. Sin embargo, para avanzar en una real inclusión deben revertirse previamente los factores que produjeron esa exclusión. De este modo, urge avanzar en el diseño, la implementación y el seguimiento de propuestas que brinden mayor atención y apoyo a los estudiantes, que permitan anticiparse a los problemas que se pueden presentar, considerando la adecuación y apropiación de herramientas como pueden ser las redes sociales –presentes y accesibles a la gran mayoría– desde un abordaje más integral.

Es importante incorporar una mirada reflexiva para pensar a la exclusión educativa, no sólo por factores externos, tal como planteaba Mena (2008) sino estar atentos/as y abiertos a incorporar nuevas prácticas de acompañamiento. Es entonces que sin pretender arribar a conclusiones cerradas, sino en la búsqueda de tornarnos más permeables a propuestas, a búsquedas, a miradas rupturales, esperamos y alentamos a movernos hacia propuestas que con miras a garantizar la inclusión abonen a incorporar nuevas prácticas en la tarea tutorial de cara a potenciar los procesos de enseñanza y aprendizaje, incorporando asimismo perspectivas de género, de diversidad y regional, entre otras. En este marco, alentamos a considerar la incorporación de las redes en las intervenciones tutoriales con una finalidad social y educativa. Los estudiantes virtuales demandan mayor presencia y comunicación mediada, y desean involucrarse en los entornos en diferentes lugares y situaciones, para llegar a este objetivo de complejidad, resulta necesario no perder de vista que los aprendizajes pueden acontecer en todo tiempo, lugar y heterogeneidad de formas.

Bibliografía

Bautista, G; Borges, F y Forés A (2006). Didáctica universitaria en Entornos virtuales de enseñanza-aprendizaje, Madrid, Ed. Narcea.

Cambours Donini y Gorostiaga (2016). Hacia una universidad inclusiva. Nuevos escenarios y miradas. Editorial Aique. Buenos Aires

Carvajal Monterrosa, Análida Beatriz (2017). “Las redes sociales y sus posibilidades para la educación” en Iberoamérica Divulga. Barranquilla Colombia. Recuperado a partir de: <https://www.oei.es/>.

Ezcurra, Ana María (2011). Igualdad en Educación Superior: un desafío mundial. 1ra Ed. Los Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento; Buenos Aires

Guzmán Flores, Teresa; García Ramírez, Ma. Teresa; Espuny Vidal, Cinta; Chaparro Sánchez, Ricardo (2011) Formación docente para la integración de las TIC en la práctica educativa Apertura, vol. 3, núm. 1. Universidad de Guadalajara. Guadalajara, México.

Pérez, S e Imperatore, A (2008). Actas del Primer Foro Internacional de Educación Superior en Entornos Virtuales. Perspectivas sobre la docencia e investigación. Universidad Nacional de Quilmes, Bernal.

Rodríguez-Espinar, S. (2008). Manual de tutoría universitaria. Recursos para la acción (2da. Edición). Barcelona: Ediciones Octaedro. Serie: La Educación en Debate. Documentos de la DINIECE. Recuperado a partir de: <diniece.me.gov.ar/>.

Sepúlveda, P (2016). “Trayectorias reales en tiempos virtuales. Estudiantes y docentes universitarios desde una mirada inclusiva”. Universidad Nacional de Quilmes. Ideas de Educación Virtual. Bernal, Buenos Aires.

Sepúlveda, P (2015). “El tiempo como categoría de análisis en los intercambios entre tutores y estudiantes en Entornos Virtuales de Aprendizaje”. Recuperado a partir de: <www.creadargentina.com.ar/>.

Valdés Jahnsen, A (2009). Redes sociales: un camino para la apropiación de la ciencia y la tecnología. Ponencia presentada en Foro Iberoamericano de Comunicación y divulgación científica Recuperado a partir de: <www.oei.es/>.


* Cabe destacar que en el marco del Proyecto de investigación de I+D “Educación Superior, diversidad e inclusión. Relaciones entre trayectorias académicas y construcciones subjetivas de estudiantes y ex estudiantes virtuales” (2015) se distinguieron particularidades sobre los perfiles de los estudiantes de la UVQ que permitieron reflexionar sobre la implementación de distintas estrategias.