Miguel Zapata Ros
Agradezco a la Universidad Nacional de Quilmes por la amabilidad y el honor de invitarme a este seminario; invitación que es un privilegio por tratarse de una universidad que es pionera entre las que usan la tecnología para la docencia universitaria.
Los MOOC (cursos abiertos, masivos y en línea), su evolución en la universidad y sus desafíos, suponen un fuerte impacto en la educación. La enseñanza está cambiando, editar un libro está cambiando, las finanzas están cambiando, la sanidad está cambiando… Es decir, estamos en un momento de cambio. En la sociedad del conocimiento conviene no malgastar el tiempo y saber decidir exactamente en el momento justo. Por eso nos encontramos reunidos en la Universidad Nacional de Quilmes para aprender algo, saber qué es lo que va a pasar y cómo va a incidir en nuestra práctica profesional y en nuestra vida personal esta nueva etapa.
Pero ¿de qué estamos hablamos? Un MOOC consiste, básicamente, en una clase de un profesor que conoce un tema y lo expone; y alumnos que escuchan desde sus casas a través de internet. Es decir, son cursos en línea que se basan en metodologías expositivas muy clásicas, destinados a la participación interactiva entre pares con acceso a través de la web. Ofrecen materiales de los cursos tradicionales como son los videos, las lecturas y el conjunto de tareas, además de sitios interactivos entre los alumnos y sus pares para construir el conocimiento entre la comunidad.
Me considero un crítico de los MOOC porque suponen un retroceso con relación a los avances de las metodologías docentes, no sólo virtuales y a distancia, sino incluso con modalidades pre tecnológicas, al carecer de la interacción profesor-alumno, y por suponer un retroceso con respecto a modalidades de apoyo en el aprendizaje y de tutoría con el grado de personalización que se había producido anteriormente. Sin embargo, el déficit más notable es el que se produce con la evaluación: no hay interacción y, por tanto, no cumple su función formativa al no haber devolución ni feed back con el profesor. Sólo utilizan la autoevaluación y la evaluación por pares (los pares, en este caso, son otros alumnos), modalidad de “evaluación” contraindicada en algunas formas de aprendizaje, como son los aprendizajes heurísticos, o los que entrañan divergencia con el patrón común de aprendizaje. En realidad, los MOOC coinciden con una variante de pedagogía muy conocida y tradicional: son clases magistrales con exámenes de preguntas con respuesta múltiple.
Además, hay elementos consustanciales que –sospechamos– potencian o inducen al abandono, como en cualquier proceso educativo. Entre esos elementos están la tutoría, la interacción profesor alumno y, en general, todo lo que suponga feed back o evaluación formativa. La sensación de abandono manifestada en la ausencia de pautas que permitan al alumno ubicarse en el progreso en su aprendizaje son elementos clave, que llegados a un punto, están en el origen de esta decisión.
A pesar de esto, no cabe duda de que, precisamente en los MOOC, existe un fenómeno y es el que se debe mirar.
¿Qué debe hacer la Universidad frente al desafío de los MOOC? Dentro de la evolución de estos cursos hay una línea de progreso que es una tendencia subyacente e inevitable: la educación abierta. Esto significa un cambio inherente a la sociedad del conocimiento. Y en esta evolución de la educación abierta hay una fase donde aparecen los MOOC.
Los MOOC tuvieron buena puntuación en todo –o casi todo– menos en lo que supone el diseño instruccional, algo que de forma implícita o explícita hacemos los profesores. Esto se refiere a organizar lo que hacemos en la clase, en el curso o en la carrera. El diseño instruccional tiene varios componentes: la evaluación, los objetivos, los contenidos, la organización e interacción entre profesores y alumnos, componentes que, a lo largo de la historia de la enseñanza, se han ido construyendo. Pero los MOOC presentan un déficit de interacción, de evaluación y de ayuda individualizada a los alumnos.
Es un hecho que están ahí y que hay que reconocer esa existencia y ofrecer alternativas. Por eso, desde algunos ámbitos, frente a la necesidad de dar respuestas a situaciones que están pasando, proponemos seguir utilizando la tecnología como lo hacen los MOOC pero supliendo esos déficits ¿Cómo? Con personalización.
Ya existen cursos que son abiertos, online y personalizados, pensados para direccionar un cambio, es decir, utilizables para generar un nuevo material. Las licencias Creative Commons aseguran que yo puedo proteger lo que ofrezco de manera abierta, brindando una licencia simplemente para que se bajen el material, el video, el PDF y permitiendo la derivación, es decir, que eso sirva para generar un material nuevo que permita obtener conclusiones a partir de él. Por supuesto, siguiendo las reglas de citación y las reglas que establecen la APA.
En educación, contar con herramientas tecnológicas que permitan la atención personalizada, hace que se pueda tener una atención distinta para cada individuo. Otra cuestión que les exigimos a este tipo de formación es la escalabilidad, es decir, que haya respuestas. Hay un perfil de alumno –que en España llamamos “el alumno libre”–, quien al final del curso se presenta al examen y llega al final del MOOC. Ese es el alumno que –según las estadísticas– oscila entre un 5% y un 15%.
Además de él, hay otro alumno que necesita apoyo del profesor, que no avanza, no progresa en lo que está aprendiendo, en la resolución de un problema o en un momento clave del curso. Lo bueno que tiene, frente a la metodología tradicional, es que esta tecnología permite que el profesor ayude en el momento que se produce el problema, con diseño instruccional.
Un poco de historia: c-Mooc y x-Mooc
En 2008 Stephen Downes y George Siemens desarrollaron el primer curso en línea abierto masivo. Este curso, llamado Conectivismo y Conocimiento Conectivo (CCK08), fue diseñado para explicar y ampliar la teoría del aprendizaje que habían estado desarrollando desde el año 2004. Se basó en una pedagogía conectivista, cuyo objetivo era fomentar las affordances de medios de comunicación sociales y participativos.
Los xMOOC surgieron en 2011 y se basan en conferencias, videos y PDF. Adoptaron un enfoque pedagógico tradicional, con énfasis en métodos expositivos. Como resultado, surgieron una serie de empresas: Udacity, EdX, y Coursera. Hoy, son ofrecidos por instituciones de prestigio, como Harvard y Stanford. El énfasis está en la entrega de contenido a través de profesores de estas instituciones.
A modo de ejemplo, veamos por dentro el MOOC Stanford CS221. Basa la metodología docente en exposiciones grabadas en videos y en la evaluación que se realiza a través de exámenes de respuesta múltiple.
Utiliza conferencias de video como método principal para comunicar contenidos. Son semanales. Se compone de secuencias de 1 a 15 minutos de duración, donde los profesores desarrollan los conceptos clave. Cada semana, un tema; pero el alumno puede verlas a su propio ritmo, desde que se han publicado, hasta el final del curso.
Los cuestionarios son pruebas en línea que le permitan demostrar su conocimiento de los temas que acaba de aprender. Las tareas están disponibles durante toda la semana, y hay que completar todas las preguntas durante el tiempo que se encuentran disponibles, de lo contrario se cuentan por 0.
Los exámenes son como las pruebas y las tareas. Pero entran en cuestiones más profundas y pueden cubrir los temas que se enseñan en clase hasta el momento de realizarse. Además, se pueden plantear preguntas directamente a los instructores, ver las preguntas de otros estudiantes y votar por ellas. Los instructores responderán a las preguntas más votadas.
Enseñanza abierta y una nueva forma de aprender
Los MOOC forman y constituyen una parte del desarrollo de la enseñanza abierta. Hoy, este tipo de enseñanza está en la agenda de los gobiernos de los países desarrollados. Por ejemplo, en la agenda del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, del primer ministro del Reino Unido, David Cameron y del presidente de la República Francesa, François Hollande.
Obama tiene varios discursos dedicados al tema y es el líder de lo que se denomina “Alianza de la educación abierta”. La legislación del Reino Unido está hecha, también, en función de la educación abierta. En el caso del presidente francés, ha reconvertido toda la formación profesional en la modalidad de educación abierta. En suma, la educación abierta es más que una realidad.
Stephen Downes fue el creador junto con George Siemens de los MOOC, a los que después, para diferenciarlos de los MOOC de escala o xMOOC, se les llamó cMOOC o MOOC conectivistas. Sucintamente decían que existía una nueva forma de aprender, la que se producía en entornos conectados: Se basaba en la interacción a escala, aunque significativa, en una red de pares distribuida. En ellos se alentaba a que los participantes utilicen una variedad de affordances tecnológicas para reflexionar sobre su aprendizaje y para interactuar con los demás.
En función de que estos cursos ya han dejado de ser lo que eran y han dado paso a una serie de modalidades o de formatos nuevos de cursos que configuran lo que –creo– va a ser la educación universitaria de nuevo cuño, podría decirse que “los MOOC han muerto”. El espíritu o una parte del espíritu de los cMOOC pasa, junto con Siemens, a los másteres o MOOC de doble capa, de EDX.
Por otra parte tras la confesión del fracaso de estos cursos por Sebastián Thrun, Udacity constituye, con el plan de Obama OEA, los nuevos nanodegrées, y Coursera crea los nuevos MOOC como cursos tradicionales con un diseño instruccional clásico. Otra constante de la evolución previsible es la de la enseñanza universitaria personalizada en nuestras universidades con ayuda pedagógica como alternativa viable a los MOOC.
La tecnología nos permite poner en marcha sistemas diseñados para maximizar el aprendizaje y el diseño, donde el progreso de los alumnos puede medirse en función de logros personales.
Hablamos, entonces, de una nueva necesidad, de un nuevo tipo de MOOC: “los MOOC adaptativos”, una derivación posible que ya está. Estamos trabajando en el diseño instruccional, es decir, una técnica o una serie de técnicas y de teorías que permiten organizar los contenidos y las actividades en función de las características del aprendizaje de los alumnos, lo que permite a través de los mapas conceptuales establecer secuencias lineales de aprendizaje.
Finalmente, están los cursos escalables como alternativa a los MOOCS. Se tratan de cursos abiertos online pero con rasgos propios, donde se tienen en cuenta los aportes individuales de los alumnos. En los SPSS los alumnos optan cómo organizar su propio currículum en función de lo que hay en la red. La adaptabilidad a su forma de ver las cosas constituye una mezcla de MOOCS y entorno personalizado de aprendizaje (LP).
Los LP son sistemas donde los alumnos pueden organizar su hábitat de aprendizaje y los profesores entran a él y obtienen datos de interés formativo para la evaluación.
Con estos principios hemos organizado un curso de “diseño instruccional de cursos abiertos online” desde la Universidad de Alcalá, destinado a profesores y diseñadores de estudios abiertos online. Se trata de un curso abierto, personalizado, y de acceso escalable en la metodología docente y en la ayuda pedagógica. Es decir, no es un MOOC al uso, tiene rasgos propios, los de un nuevo tipo de curso. En ese sentido, tiene tres capas: como curso abierto online, similar a un MOOC; como curso formal de la Universidad de Alcalá, para los que concluyan satisfactoriamente la primera capa y Mastery learning, con ayuda personalizada para aquellos que lo precisen.
A modo de conclusión
El tema de los MOOC está relacionado con la situación en la Universidad que se define como en crisis. Por eso, es imprescindible que cambie el paradigma de la educación superior para resolver esta crisis.
El paradigma existente, el de la era industrial, supone una educación basada en estándares (unidad de lugar, de situación, de edad). En cambio, el nuevo paradigma propone una educación basada en logros individuales.
La tecnología permite un tratamiento personalizado y provee una potente analítica de aprendizaje. En ese sentido, el nuevo paradigma destaca la importancia de: una pedagogía de ayuda, una teoría de aprendizaje adecuada para explicar los procesos de aprender en entornos potenciados por las tecnologías digitales, una teoría de instrucción basada en los principios que rigen el aprendizaje y en las informaciones que nos suministrar las analíticas de aprendizaje.
Tal es así que proponemos un curso abierto online con participación escalable en la metodología docente y en la ayuda pedagógica; con diseño instruccional y con personalización. Es decir, una nueva modalidad de curso abierto, online y eventualmente masivo, pero con rasgos propios.