María Ximena Pérez
“Yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender”.
Albert Einstein
Educación. Virtualidad. Democratización. Enseñanza. Aprendizaje. Conocimiento. Calidad. Integración. Inclusión...MOOC: el debate ya se abrió; los pros y los contras se hacen oír pero las antinomias quedan a un lado y no transforman la temática en una simple cuestión de blanco o negro. Los MOOC (acrónimo en inglés de Massive Open Online Course) o COMA en español (Curso Online Masivo Abierto) constituyen una herramienta educativa que no puede aplicarse con el mismo éxito en todos los casos. En ese sentido, tomar partido por los extremos, glorificarlos o demonizarlos es desconocer su complejidad.
Hablar de MOOC implica pensar en una de las tantas posibilidades que brinda el desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) frente a un escenario educativo, donde la información se amplía y nos conduce hacia el aprendizaje constante.
Internet se transformó en una plataforma abierta y colaborativa para las comunicaciones, la producción y el intercambio del conocimiento. En el ámbito educativo, nos contextualiza en la denominada Sociedad de la Información que, como señala la UNESCO (2005):
"[…] se refiere a un nuevo tipo de sociedad en la que la adquisición de los conocimientos no está confinada en las instituciones educativas (en el espacio), ni se limita a la formación inicial (en el tiempo). En un mundo cada vez más complejo en el que todo individuo puede verse obligado a ejercer varias profesiones en el transcurso de su existencia, es indispensable seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida."
Los nuevos desarrollos se suceden en progresión geométrica y la búsqueda de efectos se convierte en uno de los pilares del atlas virtual. Leer los signos de la época parece haberse convertido en condición sine qua non: disociar la educación de la virtualidad deja de ser una opción válida en tiempos digitales.
En este contexto aparecen los MOOC, cursos ofrecidos por prestigiosas universidades a nivel mundial, con la practicidad de una plataforma online y la particularidad de que los interesados pueden matricularse durante todo su desarrollo.
Para entender su concepto es necesario no pensar exclusivamente en Internet como una herramienta educativa sino como un entorno donde se favorecen las condiciones propias para que se pueda desarrollar el aprendizaje (Pedreño, 2013).
Una de las características principales que define a los cursos MOOC es su carácter masivo. Esta masividad es la que provoca, precisamente, mayores posibilidades para facilitar el aprendizaje y que se lleve a cabo la interacción entre iguales.
MOOC, xMOOC, cMOOC, COOL y otros…
Más allá de sus diversas tipologías –derivadas de su natural evolución– y de las consecuentes propuestas superadoras a los tradicionales MOOC, los entornos basados en una tecnología abierta cobran cada vez mayor importancia. Si tenemos en cuenta que uno de los objetivos es servir de contenido educativo de calidad a miles de personas, con la adopción de licencias Creative Commons, la difusión de los materiales aumenta significativamente. Desde un punto de vista pedagógico, estos cursos otorgan a los participantes (profesores y estudiantes) la misma capacidad para generar, utilizar y compartir contenido.
Lejos de estar exentos de indagación dentro de la comunidad académica, cuando se trata de MOOC, las aguas se dividen: algunos sostienen que son una herramienta formativa, perfectamente acorde con la realidad de la sociedad actual y que contribuyen a facilitar el acceso a muchas personas excluidas del sistema por razones de insolvencia económica. En esa línea, serían algo así como “el paradigma de la democratización del acceso a la educación universitaria”. Otros, en cambio, expresan el temor de que los MOOC sustituyan, por ejemplo, a los profesores por la tecnología; lo que pondría en riesgos algunos elementos fundamentales del proceso educativo, como los aspectos sociales y personales del aprendizaje que se dan en la interacción docente-estudiante.
Más allá de las diferentes visiones, se aprecia un creciente interés académico en desarrollar proyectos educativos con este tipo de estándares abiertos. Así lo demuestran los especialistas y profesionales entrevistados de manera exclusiva para la producción del presente capítulo del libro “MOOC debate abierto”.
Todas estas voces, que despliegan sus experiencias personales en relación a los MOOC, asistieron al primer seminario “MOOC: posibilidades y límites para la educación superior”, realizado en 2015 en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), donde expusieron los expertos internacionales María Elena Chan, de la Universidad de Guadalajara, México y Miguel Zapata Ros, de la Universidad de Alcalá de Henares, España.
La base epistemológica de los MOOC está ligada al conectivismo y al uso de la tecnología, que sostiene que el aprendizaje y el conocimiento están en la diversidad de opiniones. En esa dirección, las personas entrevistadas, pertenecientes a distintas universidades e instituciones, valoran la capacidad de mantener las conexiones necesarias para continuar el aprendizaje, así como la habilidad de poder identificarlas entre campos, conceptos e ideas. La meta es el conocimiento actualizado, y los mismos procesos de toma de decisiones forman parte del proceso de aprendizaje (Siemens, 2004).
Andrea Attis Beltrán, de Formación Virtual de EDUC AR, opina que:
"[…] la libertad para acceder a todos los contenidos y realizarlos a tu propio ritmo, además de contactarte con gente de muchas nacionalidades y espacios geográficos, es lo que hace que los MOOC sean especialmente interesantes."
Para Cielo Seoane, docente y tutora UVQ, de la Universidad Nacional de Quilmes:
"[…] este tipo de curso, pensado desde una universidad, es una puerta para ampliar la inclusión educativa y una manera más de democratizar el acceso a la educación superior, siempre que exista un buen diseño instruccional y didáctico-pedagógico."
Otro aspecto destacable, según Víctor Raniero Cacciagiú, del Departamento de Educación a Distancia de la Facultad de Ciencias Económicas, de la Universidad Nacional de Córdoba, es la amplitud de temáticas que ofrecen y la organización de sus contenidos:
"La clave de los MOOC está en que sus materiales y recursos sean interactivos, dinámicos e innovadores"
Sin embargo, no todo es color de rosas. También se cuestionan los altos niveles de abandono; la falta de estándares de evaluación, de su calidad pedagógica, los valores académicos inadecuados; su papel en la educación universitaria y sus limitaciones en la interacción profesor y estudiante.
Al respecto, Mario Pizzi, de la Universidad Nacional de Córdoba, sostiene que:
"[…]habría que mejorar las estadísticas de deserción y la dificultad de aprendizaje que presentan estos cursos, además de la necesidad de implementar una tutoría o acompañamiento, a pesar de ser algo imposible si sólo son cursos “enlatados” y la concurrencia supera la racionalidad cuantitativa que puede acompañar un tutor."
La calidad
Abordar el concepto de calidad pedagógica en la educación a distancia, integra no sólo el análisis interno y la congruencia de sus fundamentos, sino también toma en cuenta el impacto que el aprendizaje tiene en el estudiante, y si éste lo considera pertinente para sus fines de crecimiento personal y de actualización (Bernal, Molina y Pérez, 2013; Cross, 2013).
Para la Licenciada en Biotecnología de la Universidad Nacional de Quilmes, Laura Moreno, ofrecer MOOC es bueno para ciertos objetivos educativos y condiciones de aseguramiento de la calidad, tanto de contenidos como de diseño didáctico:
"[…] aunque para otros propósitos educativos se quedan cortos si se los compara con el empleo de plataformas virtuales de enseñanza y de aprendizaje y la implementación de modelos didácticos con mediación docente. El tema del aseguramiento de la calidad en educación virtual es algo que va evolucionando a la par (o con cierto atraso) de la evolución de las propuestas, por lo que considera conveniente “la difusión y la creación de espacios de debate ya que las comunidades de aprendizaje van validando las propuestas virtuales en la medida en que les resultan de utilidad. Para que eso ocurra, hay que participar"
Desde la misma perspectiva se posiciona Diana Ruy, Licenciada en Educación de la Universidad Virtual de Quilmes:
"Está bien ofrecer cursos educativos abiertos y gratuitos, siempre y cuando sean claros los lineamientos de permanencia y acreditación. Si la propuesta pedagógica del MOOC es buena, tiene muchas posibilidades de brindar capacitación de calidad de manera masiva"
Acreditación y certificación
La certificación es otro de los cimientos fundamentales y discutidos. Al respecto, Letón et al. (2013) destacan que en el diseño pedagógico de un MOOC es transcendental comunicar anticipadamente las acreditaciones que se les brindan a los participantes inscritos. Además, establecen una clasificación de acreditaciones: insignias o badges que se logran automáticamente y gratuitamente a los alumnos que hayan cumplido con el 80% de las tareas del MOOC; credenciales que se consiguen tras realizar una prueba online paralela a las autoevaluaciones del curso y un pago mínimo, aunque no tienen efectos académicos; y certificaciones que se pueden optar realizando una evaluación presencial y previo pago, lo que permite una certificación académica que en función de la duración del curso puede abarcar de uno a cinco créditos.
“La certificación y validación de MOOC son factores que se deben mejorar”, opina Gladys Moyano, docente de la Universidad Nacional de Quilmes, quien participó de un MOOC como estudiante, obteniendo una experiencia “integradora y entusiasta”.
Por el momento, estos cursos no están regulados y el valor obtenido por los participantes sólo sigue los parámetros de la institución correspondiente. Los modelos y estructuras para la acreditación en MOOC están, pero todavía hay interrogantes (Bates, 2012) que se deben tener en cuenta a la hora de convalidarlos por créditos universitarios, ya que estos espacios y tipos de aprendizajes requieren nuevas formas de acreditación.
¿Qué suponen los MOOC para las universidades latinoamericanas?
En América Latina, son muchas las universidades que todavía no apuestan a la creación de MOOC, ni deciden integrarlos en sus sistemas docentes. Se los presenta como un recurso más a utilizar y, en muchos casos, se minimiza el impacto sobre la educación actual, observándolos solamente como una herramienta educativa capaz de brindar la oportunidad para innovar y dar mayor visibilidad a las universidades a través de la virtualidad. Miguel Zapata Ros, profesor de la Universidad de Alcalá, sostiene:
"En Latinoamérica, los retos podremos describirlos con más o menos detalle y acierto, pero todos ellos o al menos los más importantes, los cruciales, derivan de las innovaciones disruptivas que estamos empezando a sufrir a consecuencia de los distintos cambios de paradigma consecuente del papel que juega el conocimiento como riqueza, valor social, y de su inmaterialidad en los núcleos extensibles. Las universidades deben afrontar estos desafíos en sus respectivos ámbitos de actuación, o en los entornos políticos y sociales donde están enclavadas, o de los que dependan"
Frente a un entorno tan cambiante en cuestiones educativas, la academia necesita innovar para adecuarse a la nueva sociedad del conocimiento. Sin embargo, como afirma Paola Dellepiane, Máster en TIC aplicadas a la educación, de la Universidad del Salvador:
"En relación al desarrollo de MOOC locales, resulta importante analizar cuál es el sentido de producir y cuál puede ser el camino razonable para cada institución. Para algunas puede ser solo una exposición (parcial) de su oferta formativa, con la intención que el alumno potencial experimente el estilo de trabajo de la institución antes de inscribirse. Para otras, puede ser parte de su portafolio de responsabilidad social, o también una alternativa para resolver problemas de nivelación específicos de sus poblaciones de estudiantes"
Desde la Especialización en Problemáticas de las Ciencias Sociales y su enseñanza, ofertada por el Ministerio de Educación de la Nación, la tutora virtual, Natalia Samaniego, expresa:
"Los beneficios de poner en marcha un MOOC para una institución educativa significan la posibilidad de brindar una oferta académica a nivel internacional. A pesar de esto, sería muy positivo mejorar el seguimiento y/o acompañamiento de forma más rigurosa por parte de los instructores para con los cursantes"
Asistimos a una distribución y democratización del conocimiento y de la educación jamás vista, donde las universidades deberán definir cuanto antes proyectos abiertos, experimentales y colaborativos, con una apuesta decidida por las tecnologías educativas futuras y la innovación continua. Es necesario amoldar la educación a las nuevas tecnologías, y no a la inversa.
"Si pensamos los MOOC desde un enfoque académico, pueden constituir, sin duda, una forma democrática para acceder a la educación superior. La apertura y gratuidad implica un esfuerzo mayor por parte de los docentes o especialistas que estén a cargo del curso, en tanto la variedad de sujetos participantes puede generar un desequilibrio en relación al dominio de los contenidos de un MOOC", explica Cielo Seoane, (UNQ).
Un pensamiento similar es el de Claudia Toselli, profesora de la Licenciatura en Turismo y Hotelería, modalidad virtual, de la Universidad Nacional de Quilmes.
"Desde la perspectiva institucional, estos cursos son un buen recurso para atraer nuevos alumnos y dar a conocer la universidad en otros países. Sin embargo, si el curso no está bien diseñado (ya sea en sus contenidos como en la aplicación de las nuevas tecnologías) puede resultar poco ameno, y esto, sin duda, impactará en la deserción de los alumnos y/o que muy pocos lo cursen hasta el final participando en todas las actividades"
Los MOOC promueven el conocimiento de los recursos educativos abiertos y su integración como una oportunidad para innovar en los procesos formativos a través de prácticas docentes innovadoras. Mario Pizzi, de la Universidad Nacional de Córdoba cree que:
"Es bueno ofrecer cursos educativos en condiciones de “apertura”: a un público ampliado y con contenidos abiertos, libres de Copyrigth restrictivo; pero sigue existiendo poca reflexividad y crítica en su implementación"
Los estudiantes
La era digital supone nuevas posibilidades y formas de comunicación para los estudiantes, por lo que la incorporación de los MOOC en las agendas universitarias requiere de un compromiso político que así lo reconozca.
Al respecto, Víctor Raniero Cacciagiú, del Departamento de Educación a Distancia, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba, afirma:
"Para una universidad, poner en marcha un MOOC, brinda la posibilidad de visibilizar una oferta educativa abierta, complementaria y de bajo costo para quien lo curse; pero todavía queda mucho por hacer en relación a brindar más herramientas y recursos para quienes tienen dificultad en adaptarse a una modalidad casi autodidacta. Además habría que dinamizar y moderar las interacciones entre los participantes para mantener la motivación y enriquecer el intercambio"
Conscientes de que el trabajo colaborativo es clave para que el curso sea una experiencia educativa, los propios estudiantes ponen sus metas, comparten ideas, proyectos e, incluso, planes de futuro.
Al relatar su experiencia como participante de MOOC, Natalia Samaniego (UNQ) asegura que lo más interesante fue la posibilidad de formarse de manera libre y gratuita en universidades internacionales y con buena calidad de contenidos expuestos.
"Los MOOC ofrecen al estudiante autogestivo la oportunidad de aprender ciertos contenidos sin necesidad de cursar en determinado período, horario, lugar y examinaciones formales. Desde el punto de vista profesional, me brindaron la posibilidad de capacitación en diferente temáticas en universidades internacionales"
El éxito o fracaso de un curso abierto y masivo se encuentra en los propios participantes quienes comprenden que, más allá del trato necesario profesor-estudiante, la interrelación y la conectividad entre los propios compañeros es, incluso, más importante.
Claudia Toselli (UNQ), también participó como alumna de un MOOC y le resultó de gran utilidad para aplicarlo en su vida laboral y profesional. En tanto, como docente de MOOC destaca que fue una experiencia valiosa y sorprendente.
"Si bien requirió de mi parte bastante tiempo en el armado, fue una experiencia muy valiosa y sorprendente en cuanto a la participación de alumnos de otros países. Es bueno ofrecer esta posibilidad de cursos abiertos, masivos y gratuitos. Pero es importante mantener las condiciones de calidad en la enseñanza y emplear métodos de evaluación, recursos didácticos y tecnológicos de avanzada que sirvan para hacerlos más dinámicos y atractivos"
El profesor: de “sabio” a “guía”
Abierto a nuevos métodos, flexible, dispuesto a fomentar estrategias de trabajo autónomo, colaborativo, intercultural, capaz de utilizar el diseño instruccional, la evaluación y la investigación formativa, son algunas de las características a las que debe adaptarse el docente.
Rafael Morales Gamboa, profesor e investigador del Instituto de Gestión del Conocimiento y del Aprendizaje en Ambientes Virtuales, de Guadalajara, México, aporta su visión asegurando que:
"Los MOOC están poniendo en tela de juicio el rol del docente en los procesos educativos y la eficiencia de su labor. Como investigador en el área de TIC y Educación, este es uno de los fenómenos más importantes en el área desde 2010. Es interesante ver la enorme resistencia que generan entre amplios sectores de la comunidad académica, que los observan con mucho temor. Sin embargo, ofrecer cursos educativos abiertos y gratuitos es una excelente idea. Lo que hace falta es sacar provecho del extraordinario potencial que ofrece la gran cantidad de estudiantes en un MOOC mediante la promoción de la cultura de compartir, comunicarse, interactuar y colaborar libremente en línea"
Más allá de los exámenes o la certificación final, la educación constituye una experiencia vital en la que el docente es parte central del proceso; pero los avances tecnológicos automatizan ciertos procesos y brindan la posibilidad de especializarse en otros.
Consecuentemente, el profesor de un MOOC se convierte en un facilitador que ayuda a encontrar otros nodos de conocimiento y que va guiando el proceso de aprendizaje. Al conocer los terrenos por los que los estudiantes se mueven, es capaz de señalarles los caminos erróneos o sugerirles diferentes alternativas para llegar al destino que cada uno quiere.Sobre la figura del facilitador, George Siemens enumera cuatro roles: “Organizar claras actividades de aprendizaje; facilitar y guiar a los alumnos; corrección de errores (es decir, los errores conceptuales sobre parte de los alumnos) ; motivador y gestor de las expectativas”.
Al reflexionar sobre el rol docente, Paola Dellepiane (USAL) considera que el profesor continúa siendo fundamental, a pesar de tender a minimizar la función del docente a causa de delegar su función a procesos automatizados o a la enseñanza entre iguales.
"Existen otras funciones que pueden encontrarse más desagregadas como el de diseñador, mentor, facilitador, socializador, pero que son todas necesarias e importantes para generar una experiencia de aprendizaje de calidad y con presencia del docente. El proceso de aprendizaje implica tener en cuenta a aquellos que apoyan el proceso, por lo que la presencia del docente sigue siendo valorada en los MOOC, aunque los roles están en un proceso de redefinición"
Para la Magister en Entornos Virtuales de Aprendizaje y Profesora de inglés de la Universidad Nacional de Quilmes, Virginia Duch, a los MOOC le falta participación interdisciplinaria.
"Algunas de las críticas que podría hacerle a esta herramienta es que a muchos les falta participación interdisciplinaria de especialistas en educación, en psicología, en entornos virtuales, en informática, en diseño de materiales, en su configuración, armado y propuesta. Creo que sería bueno aclarar explícitamente los conceptos de apertura y masividad en la oferta de cada curso"
Por su parte, Olga Páez, del Campus Virtual de la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Avellaneda, hace énfasis en que los MOOC deben contar con un cuerpo de asistentes que puedan proporcionar el soporte técnico adecuado, y docentes que supervisen el material proporcionado, además del trabajo con el grupo.
"Poner en marcha un MOOC permite intercambiar diversa información entre distintos sectores de una población y diferentes países. Sin embargo, debe haber claridad en las consignas: dada la masividad y el fácil acceso, no siempre es clara la información que brindan a los que cursan"
Evaluación entre pares
Durante el desarrollo de un MOOC, la evaluación entre iguales se puede utilizar con éxito en cualquier disciplina, área y nivel, favoreciendo a que los estudiantes sean más autónomos en los procesos de aprendizaje en los que se vean implicados, al valorar sus propias actuaciones e identificar elementos que deben mantener, reforzar o modificar.
Sin embargo, tanto profesores como estudiantes suelen plantear reticencias a la hora de utilizar estrategias de evaluación participativas.
Karina Ferrando, Docente e Investigadora en UTN-FRA, cuenta que la experiencia de haber participado de un MOOC como estudiante le resultó atractiva e interesante, pero el nivel de los participantes fue muy heterogéneo y las evaluaciones entre pares no la convencieron.
"En el caso de cursos que no tienen requisitos de admisión, hay personas sin ningún tipo de educación formal que evalúan a otros que, además de tener grado o posgrado, poseen experiencia en docencia e investigación. Y eso no lo veo compatible. Habría que ofrecer algún tipo de feedback desde el profesor y mejorar el sistema de evaluación"
En palabras de Olga Páez (Campus Virtual de la Universidad Tecnológica Nacional) la evaluación de pares es otro punto crítico.
"Si bien teníamos una rúbrica específica para calificar a los pares, no había unanimidad de criterios a la hora de evaluar, con lo cual o quedaban dudas por las calificaciones, ya que no existía una explicación acerca de la misma, o hacían críticas severas sin criterio docente alguno."
Creo que para mejorar esta situación se deberían proporcionar herramientas que permitan individualizar a los cursantes, y que se organicen en grupos más pequeños. Sería importante, también, que los docentes supervisen la calificación entre pares”.
Primer MOOC de la Universidad Nacional de Quilmes
Alojado en la plataforma Miríada X, creada por Universia y Telefónica, a través de la cual destacadas universidades iberoamericanas ofrecen cursos online gratuitos en español y portugués, en 2014, la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) creó su su primer MOOC: “Introducción al lenguaje cinematográfico”.
A cargo de la docente e investigadora María Valdez, este primer curso fue elaborado desde la Licenciatura en Artes y Tecnologías con la colaboración del Área de Producción Audiovisual de la UNQ y con la participación de Daniel Burman, director de la película El abrazo partido (2004), que se utiliza como ejemplo a lo largo de las cuatro semanas de duración.
“Introducción al lenguaje cinematográfico” está organizado en cuatro semanas, destinadas a ofrecer síntesis introductorias para el análisis de películas. Cada semana corresponde a un módulo determinado: análisis de secuencia; elementos de la representación; enunciación y punto de vista y, finalmente, montaje.
En la presentación del MOOC, María Valdez explica que:
"Se trata de un curso introductorio donde se provee a los participantes de los dispositivos principales de la narrativa audiovisual para aprehender el análisis y la interpretación de películas.
Se circunscribe a explicar los elementos compositivos de la imagen, el montaje y la articulación del punto de vista, en tanto enclaves fundamentales para este propósito. El objetivo es aprender los conceptos básicos en torno del lenguaje cinematográfico"
En este MOOC, el aprendizaje está regulado por el propio alumno, encargado de llevar adelante curso propone una lógica de aprendizaje regulado por el propio alumno, quien decide qué estrategia su autoevaluación.
En relación a las actividades y tipos de evaluación, Valdez sostiene que:
"Se puede conocer la temática a través de videos, lecturas y recursos para ampliar los conocimientos, mientras que la evidencia del aprendizaje se realiza a través de cuestionarios, rúbricas y actividades de seguimiento entre pares"
Al momento de realizar la evaluación, se proponen dos modos: la autoevaluación, donde cada semana el participante tiene la oportunidad de valorar sus conocimientos por medio de rúbricas o cuestionarios; y la coevaluación de una actividad integradora evaluada por pares o compañeros de estudio, por medio de una rúbrica. Es importante tener en cuenta la socialización y construcción del conocimiento que se se realiza mediante los foros se abren cada semana, acorde con la temática de cada módulo.
MOOC alojado en Miriada X: Introducción al lenguaje cinematográfico.
Diseñar el mundo que viene: un camino por recorrer
El mundo digital está cambiando las modalidades de enseñanza y aprendizaje; pensar que ya está todo dicho y visto en materia de MOOC, no es cierto. Fluidos, en constante cambio y rápida evolución, la naturaleza misma de estos cursos no descansa, lo que exige un enfoque estratégico, riguroso y una ejecución multidimensional tácticamente coherente.
Lo cierto es que no hay una sola manera de hacer MOOC: estos cursos –que aún no han madurado– reclaman un mix de estrategias y canales. Durante los próximos años, es probable que seamos testigos de un número inimaginable de nuevas modalidades de evaluación, enseñanza, actividades, certificaciones, usabilidad y gamificación. Aunque aún no podamos asegurar la viabilidad ni el papel final que jugarán, estará en manos de cada institución abrazar aquellas herramientas que aporten más utilidad y mayor valor.
El futuro de la educación superior depende de la innovación; nos esperan grandes retos y puntos de partidas para los que debemos estar preparados. La solidez y el beneficio de un proyecto educativo fuerte, la excelencia académica, la presencia y permanencia, son elementos importantes a la hora de analizar su consolidación.
Finalmente, dado que el ámbito normal de actuación de los MOOC está vinculado a las universidades no deberíamos entenderlos sin proyectos de experimentación y colaboración que los acompañen. La anacronía del sistema educativo nos limita cada vez más. Por eso, tanto la innovación como la experimentación continua son clave; los cambios serán lentos y supondrán esfuerzos. Pero el riesgo está, sin dudas, en no hacer nada.
Bibliografía
Bates,T. (2012), “Briefing on MOOCs for the Board of Governors”. Recuperado a partir de: <goo.gl/>
Bernal, Y., Molina, M., & Pérez, M. (2013), “La Calidad de la Educación a Distancia: El caso de los MOOC”. Revista Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo, 3(10), pp. 1-13.
Letón, E., Luque, M., Molanes, E. M. y García, T. (2013), “¿Cómo diseñar un MOOC basado en mini-videos docentes modulares?”. Recuperado a partir de <goo.gl/>
Pedreño, A. (2013), “16 cosas aprendidas sobre los MOOCs”. Recuperado a partir de <opiniones-personales.blogspot.com.es/>
Sánchez, E. (2013), “MOOC: análisis de resultados”. SCOPEO. Recuperado a partir de: <scopeo.usal.es/>
Siemens, G. (2010), “Conociendo el conocimiento”.
UNESCO (2005), “Hacia las sociedades del conocimiento”. París.
Valdez, María (2014), “Introducción al lenguaje cinematográfico”. Recuperado a partir de <miriadax.net/>