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I. Marco político e institucional de la implementación de la Bimodalidad en el Departamento de Ciencia y Tecnología

Alejandra Zinni y Florencia Rembado

El modelo de educación bimodal surge en la segunda mitad del siglo XX, en el marco de un movimiento de democratización del acceso a la Educación Superior. En ese momento, se necesitaba de instituciones capaces de desarrollar estructuras, programas y ofertas académicas más flexibles y al alcance de todos. Otras causas del surgimiento la empiezan a desarrollar los gobiernos con políticas de inclusión. El desarrollo de políticas de inclusión implicaba, de alguna manera, tener quién las llevase a cabo desde el sector educativo. Pero, para que esto fuera posible, se debió enfrentar el prejuicio académico y superarlo. En el pasado, la universidad era la academia y la presencialidad. Se concebía que de ninguna manera se pudiera aprender si no era con la figura presente del profesor y en el recinto mágico del aula física. Asistimos luego al surgimiento de otros modos de mediar y de realizar mediación pedagógica, que estableciera el vínculo entre el docente y el alumno a través de distintas estrategias y tecnologías.

En el Departamento de Ciencia y Tecnología (DCyT) de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) se pueden estudiar las carreras de Arquitectura Naval, Ingeniería en Alimentos, Ingeniería en Automatización y Control Industrial, Licenciatura en Bioinformática, Licenciatura en Biotecnología, Licenciatura en Informática, Tecnicatura Universitaria en Biotecnología (TUB), Tecnicatura Universitaria en Programación Informática (TUPI), Tecnicatura Universitaria en Química (TUQ) y Tecnicatura Universitaria en Tecnología Ambiental y Petroquímica (TUTAP), todas en modalidad presencial exclusivamente.

Una rápida mirada por la oferta académica de los otros departamentos da cuenta de carreras presenciales, semi-presenciales y también virtuales. No ha sido el caso del DCyT. Estructuradas sus carreras con un fuerte componente experimental, ha sido, hasta hace muy poco, concepto general de los docentes que nada de lo que se hacía de manera presencial podía admitir otra forma de enseñanza. Los criterios de una “clase como corresponde dar” no parecía condecir con la virtualidad. Además se consideraba que dar clase por el campus significaba mucho menos trabajo para el docente, estando de esa manera desequilibrada su tarea con respecto al resto de sus colegas. Se llegó incluso a no permitir la oferta de las asignaturas con esa modalidad.

La cantidad de alumnos de este departamento ha sido siempre menor que la de los otros. Sus carreras se han visto siempre como “muy difíciles”, habiendo sido las asignaturas de ciencias básicas motivo central de ese poco interés de los jóvenes. Esta problemática ha sido abordada desde diversos ámbitos y han sido varias las iniciativas del Ministerio de Educación de la Nación y la Secretaría de Políticas Universitarias a lo largo de los últimos años, tratando de ayudar a los estudiantes de estas carreras científicas tecnológicas para que puedan ser cursadas con éxito. Siempre comprometido con sus alumnos, el DCyT participó de todas las instancias ofrecidas desde los diferentes gobiernos centrales. Los primeros pasos fueron dados en el marco del Proyecto PROMEI en 2004.

La tarea se continuó y profundizó en el marco del Programa FOMEC, de mejora de la enseñanza de las ciencias y la tecnología, que permitió, entre otras cosas, incorporar la capacitación de docentes en temáticas disciplinares específicas y también en instrumentos básicos para el empleo del Campus UVQ a través del dictado de dos cursos “Nuevas tecnologías aplicadas a la enseñanza presencial y semivirtual” y “Fundamentos de la enseñanza y el aprendizaje empleando los recursos y docentes de la Universidad Virtual de Quilmes” (FOMEC 2007).

En ese marco fue posible comenzar con el abordaje de las dificultades que presentaban los estudiantes del Departamento cuando se enfrentaban a las asignaturas de las ciencias exactas y naturales. También se abordó la problemática de la deserción y recursada de asignaturas a través de un programa que ha sido y sigue siendo un pilar del Departamento: el Programa de Tutorías “TutCyT” (programa de tutorías del DCyT). Comenzadas las acciones del TutCyT como componente del FOMEC, en el año 2010 se informaba a la Secretaría de Política Universitaria como parte de las actividades previstas: “Formación de cuerpo estable de tutores. Puesta en marcha de un sistema integral de tutorías: Se ha conformado el cuerpo de tutores Paceni luego de selección por convocatoria abierta a alumnos avanzados y egresados que tengan vinculación con la Universidad. Se ha puesto en marcha el sistema que se articula con el de tutores Promei. Se comparten también acciones de formación y actualización”.

En 2013, estas acciones evolucionaron hacia un Programa auspiciado por el Departamento de CyT, cuyas autoridades se hicieron cargo de obtener los recursos para que siga ayudando a nuestros estudiantes. Es su principal objetivo orientar, asesorar y acompañar al alumno en su trayecto académico, estimulando en él la capacidad de hacerse responsable de su aprendizaje y formación, destacándose las tareas de construir un espacio pedagógico que redunde en mejoras en el desempeño académico del estudiante en el ámbito universitario, elevar la calidad del proceso educativo a través de la atención personalizada de los problemas que influyen en el desempeño académico de los alumnos, contribuir en la mejora de las condiciones de aprendizaje de los estudiantes, utilizando el espacio de la tutoría para su análisis y reflexión y disminuir los actuales índices de abandono y desgranamiento.

En la actualidad, el programa sigue vigente. Como resultado de sus acciones fue posible detectar los problemas más importantes por los que pasaban los estudiantes y generar acciones varias para abordarlos de la mejor manera posible.

El fuerte compromiso de las autoridades con un proyecto inclusivo que permitiera a jóvenes acceder a la Educación Superior, se encontró también con nuevas situaciones que no dependían tan solo de la preparación previa de los alumnos en sus estudios de nivel secundario, sino que daban cuenta de una situación socioeconómica compleja.

El nuevo perfil de los estudiantes muestra que muchos viven o trabajan lejos de la universidad, sus tiempos de traslado son altos, su necesidad de trabajar para mantenerse y también a familiares, sus horarios de trabajo, los costos que implica su asistencia y traslado a la Universidad, y de sus trabajos a ella también son elevados, los horarios de cursada de entrada a primera hora de la mañana y de salida a última hora, así como los serios problemas derivados de casos de inseguridad y falta de medios de transporte, requería pensar estrategias alternativas de cursada que permitiera incluir a ese numeroso grupo de estudiantes. Otro tema no menor lo constituía la situación de un conjunto numeroso de estudiantes que estando casi al final de sus carreras no concluían sus estudios debido a la alta demanda que implican sus actividades laborales, las cuales están estrechamente relacionadas con el perfil del egresado de las carreras del Departamento.

Parte de esa problemática se encaró desde el DCyT creando las carreras de tecnicaturas universitarias. Actualmente ya están en marcha la TUQ, la TUTAP, TUB y próximamente la Tecnicatura Universitaria en Higiene y Seguridad que incorpora la novedad de ser dictada en modalidad virtual en su totalidad.

Por otro lado, cuando en 2017 asumieron las nuevas autoridades de la UNQ, entre sus objetivos de gestión destacaba la necesidad de promover la bimodelización de las asignaturas de todos los departamentos, para poder dar inclusión a los alumnos de la Universidad. En esta situación, y tomados esos postulados como base, el DCyT trabajó arduamente con representantes de cada uno de sus sectores y actividades para traducir el plan de acción institucional en acciones concretas del DCyT.

Así surgió un plan departamental que en sus ejes y lineamientos institucionales toma para sí dos que estima muy relevantes: la articulación e integración entre modalidades de enseñanza presencial y virtual que contempla la promoción de experiencias de innovación y mejora continua de las prácticas docentes y la capacitación de los docentes del DCyT para el desarrollo de sus asignaturas en formatos bimodal y/o virtual.

Hasta ese entonces, el DCyT tenía poca experiencia en esta temática más allá de la de algunos docentes que también se desempeñaban en carreras de la modalidad virtual de la UNQ, en propuestas presenciales con campus o experiencias propias como alumnos de diversas carreras y universidades. La situación de carreras con fuerte carga experimental y la oposición fuerte que había tenido cualquier propuesta de virtualizar actividades en la mayoría de los docentes, demandaba la necesidad de abordar esta situación de una manera novedosa y, al mismo tiempo, efectiva. Ya no bastaría, como había ocurrido en algunos casos, el uso de correo electrónico, la confección de blogs, el uso de Facebook, y más recientemente Whatsapp, en marcos informales, fuera del campus de la UNQ y fuera del ámbito propio de la universidad.

Una reunión con el Rector permitió estudiar los términos de esa incorporación, en especial en cuanto a la definición de Bimodalidad. Sabíamos que lo que hasta ese momento se conceptualizaba como bimodal para los otros departamentos, no podría aplicarse a las carreras del DCyT.

En este marco, nos preguntamos ¿qué entendemos por Bimodalidad? Luego de algunas discusiones acordamos que se considera Bimodalidad al sistema aplicado en las cursadas de las distintas asignaturas para ir reemplazando algunas clases presenciales por virtuales, conservando la modalidad general de cursada presencial. Esto no debería implicar, de ninguna manera, la pérdida de clases de trabajos prácticos. Este reemplazo conlleva, para el docente, un compromiso por la formación continua y capacitación para desarrollar, gestionar e implementar estrategias didácticas y de comunicación efectivas y novedosas utilizando entornos virtuales. Esto tiene como finalidad promover nuevas maneras de enseñar y aprender, asegurando que los contenidos desarrollados de manera no presencial sean adquiridos por los estudiantes, estableciendo formas de participación y evaluación sincrónica o asincrónica adecuadas. De ese modo, el número de clases presenciales al que deberá asistir el estudiante en la universidad se reducen, transfiriendo al entorno virtual las actividades de enseñanza y aprendizaje a realizar.

Esta nueva modalidad de cursado en el DCyT promueve el desarrollo de competencias generales y específicas en los estudiantes; en particular, aquellas vinculadas a la utilización de fuentes diversas de información, en especial en formato digital, el trabajo colaborativo y la comunicación oral y escrita, adecuando el registro lingüístico al ámbito académico y al campo disciplinar específico.

Así, se acordó que para el DCyT, la Dirección tomaría un rol activo en ese cambio, liderando y supervisando las acciones que se fueran implementando. Se decidió comenzar el trabajo con aquellos docentes interesados en la propuesta, de modo tal que cada asignatura buscaría la mejor manera de ir incorporando las herramientas del Campus a sus cursadas, tratando de acercar nuevas formas de acceso al conocimiento que también permitieran a los estudiantes no tener necesidad de recibir sus clases de manera presencial pero, de ninguna manera, transformando esa cursada y esas aulas en campus en un “cementerio de PDF”. Se tenía claro desde el comienzo que no se trataría sólo de “usar el Campus” sino de cómo hacerlo de modo de gestar una nueva manera de dar clase.

Se solicitó a las autoridades de la institución el apoyo de la Secretaría de Educación Virtual (SEV) para la formación de los docentes y así surgió la posibilidad de brindar formación a través de un curso dictado en el campus que sería de cursado y aprobación obligatorios para aquellos docentes que quisieran adherir a la Bimodalidad. El primer curso comenzó a mediados de 2016 y en 2019 concluyó la tercera cohorte. Hasta el momento, se han capacitado 100 docentes del DCyT, aproximadamente.

Aquellos que habían participado de la primera cohorte de capacitación a cargo de la SEV, se encontraron con algunos inconvenientes al momento de llevar adelante un aula bimodal. Comenzó así un proceso informal de ayuda y colaboración, especialmente entre cuatro o cinco de ellos, para tratar de vencer juntos las dificultades, cosa que pudieron ir haciendo de manera paulatina.

Las características propias de una asignatura de ciencia y tecnología, sus requisitos, sus aplicaciones, sus materiales, hicieron que quienes mejor advirtieron qué herramientas usar y cómo hacerlo, fueran justamente docentes del DCyT formados por la SEV en forma general, pero que se perfeccionaron en base a sus propias prácticas docentes para la especificidad de CyT. El prueba y error característico de las actividades en las prácticas de diseño experimental de los docentes investigadores de CyT, fue una verdadera fortaleza en ese momento. Diseñar, probar, medir, analizar, rediseñar tomando la información adquirida y comenzar nuevamente poniendo en práctica el círculo de Deming de optimización de la calidad de un proceso, fue fundamental para avanzar en la bimodalización de las asignaturas.

En instancias posteriores de capacitación, la estrategia que se utilizó fue una convocatoria generalizada a todos los docentes del Departamento y siempre se enfatizó en la adhesión voluntaria a la misma. Cohorte tras cohorte, se observó un incremento en el número de docentes que se interesaron en avanzar con la Bimodalidad y que llevaron adelante con éxito los cursos de capacitación implementados por la SEV.

En el llamado de la segunda cohorte, por iniciativa de la Dirección del Departamento y de la Coordinación del Ciclo Introductorio, se hizo extensiva la convocatoria a docentes de ese ciclo. Incorporar de manera articulada y lenta a todos los estudiantes ingresantes a CyT en la Bimodalidad, ha sido una experiencia muy positiva. Los primeros en capacitarse fueron los coordinadores de los ejes del Ciclo Introductorio y algunos de sus docentes. Empezaron la tarea de bimodalización dos docentes de Matemática de este Ciclo Introductorio. Hoy ya están trabajando de manera activa docentes de los cuatro ejes (Matemática, Introducción al Conocimiento de la Física y de la Química, Elementos de Programación y Lógica, y Lectura y Escritura Académica). El trabajo es coordinado y supervisado tanto por las coordinaciones de cada ejes como del Ciclo Introductorio. Es destacable el trabajo de docentes de matemática que decidieron apropiarse de las herramientas y empezar un nuevo camino para la enseñanza y el aprendizaje de esta asignatura, que es la que mayores dificultades presenta a los estudiantes, utilizando la Bimodalidad como una estrategia novedosa para su abordaje.

De manera gradual y con muy buena predisposición por parte de los distintos actores, se fue conformando un grupo de docentes quienes ayudaron a sus colegas de la segunda cohorte. De este modo, fueron apareciendo alternativas nuevas compartidas del trabajo en los laboratorios, los “parcialitos”, los informes, los trabajos finales, los trabajos en equipo, las respuestas compartidas, los trabajos colaborativos y la incorporación de los celulares. Cada nuevo recurso que desarrollaba alguno de los docentes que se iba sumando, se compartía y adaptaba a cada asignatura para ir bimodalizando los cursos que adhirieron a esta modalidad. Más allá de las competencias específicas de cada asignatura, hubo una mejora considerable en tres competencias generales: la comunicación oral, escrita y a través de las imágenes, el trabajo en equipo durante toda la cursada, entre los estudiantes y con el docente, y la búsqueda de información adecuada para cada oportunidad en diversas fuentes.

Toda esta informalidad en el uso de recursos y experiencias compartidas entre docentes, ameritó la creación del Espacio de Acompañamiento para las Asignaturas Bimodales (EApAB) del DCyT. Por Resolución CD CyT N.º 203/18 se creó y normó tal espacio, cuyo objetivo general es transformarse en un espacio de acompañamiento para aquellos docentes que desarrollan el dictado de asignaturas en formato bimodal o que tengan interés en hacerlo. Sus objetivos específicos contemplan colaborar en el armado de los cursos bimodales, tanto en lo pedagógico como en lo multimedial, generar espacios generales o particulares para compartir experiencias, organizar encuentros de formación (talleres, seminarios o ateneos) con referentes de diferentes temáticas para compartir nuevos programas, formatos, metodologías y estrategias de enseñanza que enriquezcan el dictado de las asignaturas bimodales, desarrollar encuentros anuales para permitan difundir las acciones desarrolladas en la Bimodalidad y promover la creación de nuevas asignaturas bimodales dentro del DCyT, articular acciones con referentes de la SEV para llevar a cabo formación inicial de los docentes que se desarrollarán cursos bimodales y compartir espacios de trabajo colaborativo.

Posteriormente, por Res CD CyT N.° 063/19, se designaron a los integrantes del equipo coordinador del EApAB. Cabe destacar la participación de dos representantes por el claustro estudiantil y uno por el de graduados, quienes participan activamente con sus propuestas y observaciones de las actividades.

Apreciaciones acerca de la Bimodalidad

Al finalizar cada cuatrimestre, los docentes que participan en la propuesta bimodal de las asignaturas del DCyT, elaboran un informe que es elevado al Consejo Departamental para su toma de conocimiento. De allí se recogen algunas de las apreciaciones:

“La materia de la cual soy responsable corresponde al final de la carrera Licenciatura en Informática. La mayoría del alumnado -a esta altura de la carrera- ya se encuentra trabajando y con limitantes en los horarios. Además dicha materia contempla más del 50% de tiempo de prácticas que realizan utilizando computadoras. En el último cuatrimestre la materia tuvo 26 inscriptos, el aula asignada para las clases no cuenta con el espacio suficiente ni con cantidad adecuada de computadoras (las mismas fluctuaron a lo largo del cuatrimestre entre 5 y 8 equipos funcionales). La Bimodalidad se implementó proponiendo un 50% de clases presenciales y un 50% por medio del campus misceláneo. De esta forma, las clases teóricas fueron desarrollándose en el campus con el uso de diferentes recursos multimedia (además de textos, el uso de simuladores, videos y otros recursos que se consideraron adecuados para la materia) y las clases presenciales quedaron para explicación y consultas sobre los Trabajos Prácticos que a su vez se tomaron como forma de evaluación de la materia. La propuesta de Bimodalidad logró solucionar el problema de infraestructura, canalizar las consultas por medio del campus, lograr que los alumnos que por diversos motivos (principalmente laborales) no podían asistir a clases no se perdieran los contenidos teóricos de la materia y tuvieran un ambiente en donde interactuar y consultar tanto al docente como al resto de sus compañeros. La experiencia fue sumamente positiva y con muy buena respuesta por parte de los cursantes.” (Ing. Celeste Guagliano, Arquitectura de Computadoras, Licenciatura en Informática).

“Hemos organizado la asignatura de manera de acompañar a los estudiantes a desarrollar las estrategias que los participantes de programas virtuales de educación deben desarrollar de manera paralela a la adquisición de los contenidos académicos o particulares de la disciplina. Esta tarea implica disponer de energía extra para generar un vínculo grupal, crear un espacio de discusión y llegar a un consenso para abordar y responder las consignas dadas.

En tres instancias utilizamos el foro y resultó más bien como una herramienta o un espacio en el que cada uno expresó lo que pensaba, hubo muy poca ida y vuelta, faltó la discusión y no hubo un ejercicio de toma de decisiones conversadas o consensuadas; si bien existió un intercambio, éste fue relativamente menor y no fue el esperado.

Por otro lado, la reunión compartida con los otros docentes nos motivó a explorar nuevas herramientas del Campus que aún no hemos utilizado con nuestros estudiantes, por lo que nos planteamos reestructurar algunas clases para enriquecerlas con nuevos recursos. Asimismo, el intercambio con otras áreas nos brinda información sobre los contenidos que demandan.

Hemos realizado una evaluación continua, de proceso y formativa, que legitima el aprendizaje de los alumnos, que los guía y les provee la trayectoria que necesitan para construir sus conocimientos, destrezas y actitudes respecto de las diferentes disciplinas de estudio en esta modalidad. Dicha evaluación resultó de estímulo para el desarrollo de participantes autónomos, responsables y críticos en lo que aprendizaje colaborativo se refiere, cuestión ésta de suma importancia para la formación de profesionales competentes que respondan al trabajo grupal e individual de forma efectiva y eficiente.” (Lic. Elizabeth Duarte y M. Alejandra Balderrama, Informática, Ciclo Inicial DCyT)

“Esta metodología de clase surgió debido a que históricamente varios de los estudiantes, por razones de seguridad y disponibilidad de transporte, se retiran por lo menos 40 minutos antes de finalizar el horario de clases en el turno noche. En este cuatrimestre en particular, la asignatura se dictó los lunes de 18 a 22 hs y los jueves de 20 a 22 hs. Por este motivo, decidimos implementar las clases virtuales para los días jueves.

La mayoría del estudiantado presentó interés y facilidad por la Bimodalidad. También realizamos entrevistas personalizadas sobre la utilización de la metodología. Entre las respuestas que salieron fue que les permitió trabajar con material de forma digital, ordenarse en el estudio y poder retirarse de forma segura de la universidad. Seguiremos empleando esta metodología y estamos interesados en el uso de simuladores de equipos para acercar la tecnología a aquellos estudiantes que no presentan experiencia en planta.” (Ing. Carolina Reid, Ing. Damián Lambert, Preservación de Alimentos, Ingeniería en Alimentos)

En los capítulos de la segunda parte de este libro se encuentran descritas las experiencias y opiniones de otros docentes que implementaron la Bimodalidad en sus asignaturas.

Consideraciones finales

Hemos transitado cuarto cuatrimestre por la ruta de la Bimodalidad. Cada vez más docentes se unen y entienden que no se trata de un aula extendida ni un aula invertida. Requiere de ellos conocimientos disciplinares, además de tiempo. Se incrementa el número de estrategias que se suman a las aulas, y se obtienen mejores resultados. El empoderamiento de los estudiantes con estas herramientas y el agregado de algunas que ellos han propuesto han enriquecido enormemente las cursadas. Además, estamos pudiendo dar respuesta a la falta de aulas en el turno de la noche, las dificultades de los alumnos y docentes al retirarse a las 22 hs. de la Institución y también la organización de las asignaturas y sus materiales. El espacio creado en el Departamento ha mostrado ser de suma utilidad, tanto en lo específico del diseño de las actividades y clases como lugar para intercambiar experiencias entre docentes.

Esperamos continuar ampliando la Bimodalidad, sumando nuevas herramientas, cursos y propuestas. Somos conscientes de que no todos los docentes están dispuestos a hacer el esfuerzo que esto implica. También sabemos que los cambios se comienzan con quienes están comprometidos con los mismos; los que dudan y ven buenos resultados, luego se suman; y hay algunos, cualquiera sea la propuesta, que nunca se sumarán. Incorporar herramientas informáticas para la comunicación es una necesidad, en especial, para aquellos que egresan de carreras científico tecnológicas. Por eso, seguiremos trabajando para incrementar la base de inclusión de nuestro estudiante. Sabemos que la Bimodalidad es indispensable para llevar adelante este desafío. También conocemos algunas de las limitaciones con las que cuentan nuestros estudiantes al momento de poder disponer de acceso a la tecnología. En esa dirección, estamos trabajando en aulas móviles de computadoras con acceso a Internet y aplicaciones que corran desde el celular.

Finalmente, deseamos hacer presente nuestro agradecimiento a las autoridades de la UNQ y al equipo de la SEV por el apoyo recibido. También a nuestros Consejo Departamental, a los profesores, que advirtieron que era momento de cambiar y se embarcaron en la travesía, y a nuestros estudiantes, que aceptaron gustosos el desafío.

Gracias a todos.