Puesto que la educación es un bien público y el ser inclusiva es una calidad propia de lo público, la Bimodalidad constituye una forma de organización estratégica para atender ese sentido ético político. Para comprender esto planteamos algunos conceptos teóricos respecto de qué entendemos por Bimodalidad como forma de inclusión de tecnologías en la educación presencial. Tomamos como ejemplo la creación de un área de Educación con Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) y la implementación del proyecto “Aulas virtuales como apoyo a la educación presencial”, presentando una evaluación y análisis según la mirada teórica planteada. Finalmente, delineamos algunos desafíos que supone la implementación de la Bimodalidad. Palabras clave: Bimodalidad – proyecto ético político – organización – inclusión. |
La conceptualización de qué es “Bimodalidad” ha variado históricamente y no hemos hallado una sistematización de esa evolución. Simplificando a partir de diferentes textos (Mena, 2003; Bartolomé Pina, 2008; 2004; García Aretio, 2012; Área, 2007; Área y otros, 2008; Barbera y otros, 2008; Cabero y Llorente, 2009; Gutiérrez y otros, 2009) encontramos dos formas de entenderla:
- Una institución educativa es bimodal cuando ofrece idénticas carreras a través de la modalidad presencial y de la modalidad a distancia. En general el estudiante puede optar por cursar en una modalidad o en otra.
- Una propuesta educativa es bimodal cuando combina ambas modalidades (presencial y a distancia) lo cual supone estrategias sincrónicas (coincidencia temporal en el uso de recursos y espacios, interacción directa) y asincrónicas (actividades que no requieren la conexión simultánea del facilitador y los participantes o de los participantes entre sí, sino que cada quien participa en su propio tiempo y espacio).
Este significado de Bimodalidad se asemeja a lo que se denomina semipresencialidad y al b- learning. En el primer caso, se hace referencia a una dimensión institucional y en el otro a una dimensión pedagógica didáctica.
Sin embargo, ambas conceptualizaciones suponen una organización institucional que sustenta la Bimodalidad. Esto es, tanto una institución en su conjunto como las prácticas bimodales que los docentes implementen, son dos cuestiones esencialmente vinculadas entre sí. Pues, en el fondo, es la institución la que debe tener claros los objetivos ético políticos de la educación que brinda. Más allá de la libertad de cátedra, la educación universitaria tiene que repensar sus propuestas en función de principios éticos, ideológicos y el contexto sociocultural. Y, desde nuestro punto de vista, la educación no debe ser el resultado de la suma de buenas voluntades individuales, sino proceso y resultado de un proyecto político.
En este trabajo, nos proponemos remarcar este sentido ético político de la Bimodalidad. Por ello, planteamos en primer lugar algunos conceptos teóricos, luego relatamos los proyectos en desarrollo en la Facultad de Ciencias Humanas de la UNICEN, y los desafíos que supone la implementación de la Bimodalidad.
Aspectos teóricos a tener en cuenta
El tema (o ¿problema?) de la Bimodalidad puede ser abordado desde diferentes aspectos: la gestión organizacional, administrativa, educativa y política educativa. En este sentido, su estudio y análisis no es una mera cuestión técnica de implementación de estrategias didácticas y/o tecnologías. Como toda propuesta educativa (sea a nivel de gobierno, de una institución o a nivel de la propuesta de un docente) la Bimodalidad es una propuesta ética-política y, por ende, supone una opción ideológica de formación (individual y social) a nivel de la institución universitaria.
La Bimodalidad
Es más que incorporar nuevas herramientas informáticas y digitales a las clases presenciales o viceversa, incorporar presencialidad a la educación virtual.
La mera incorporación de TIC o medios no supone un “mejor” proceso de comprensión y apropiación del contenido y “mejor” proceso de construcción de conocimiento. Encomillamos la palabra “mejor” pues es un término poco preciso y usado habitualmente para diferenciar las metodologías de enseñanza basadas en la palabra del docente y del libro, de las que incluyen variedad de tecnologías como si el mero aggiornamiento produjera aprendizajes diferentes. En todo caso, suponen aprendizajes quizás idénticos a los de tres o cuatro décadas atrás, pero con recursos más actuales.
El uso de TIC en una propuesta educativa debe estar diseñado teniendo en cuenta las posibilidades y límites de cada TIC o medio, como aporte al aprendizaje significativo del alumno.
¿Qué tipo de aporte? Aportes tales como que, esas tecnologías, le permitan comprender desde diferentes puntos de vista de un tema; que les permitan intercambiar ideas con sus compañeros, comparar y extraer conclusiones que contemplen las diferencias; que les posibilite presentar contra argumentos con fuentes diferentes (videos, páginas web, diarios digitales). Por ejemplo, incorporar un foro virtual a una clase presencial no es sinónimo de “mejor” aprendizaje. En una propuesta educativa ¿es lo mismo integrar que incluir tecnologías? Así como en los movimientos sociales, inclusión e integración representan filosofías totalmente diferentes, de igual manera es válido para las propuestas educativas con tecnologías y medios.
En una propuesta educativa inclusiva todos tienen derecho a ser reconocidos como a reconocerse a sí mismos, cualquiera que sea su medio social, su cultura de origen, su ideología, el sexo, la etnia o situaciones personales (discapacidad o sobredotado intelectual). Por lo tanto, el diseño de la misma deberá atender los recursos y estrategias en este sentido inclusivo. En este sentido, la Bimodalidad se convierte en una estrategia para la educación inclusiva. Una propuesta que incluye tecnologías se refiere a una visión de consenso, de considerar las diferencias, mientras que una propuesta que integra, tiende a agregar, sumar, incorporar o reemplazar tecnologías al conjunto de lo que se hace. Por lo tanto, no sólo se trata de incluir tecnologías digitales sino también medios “tradicionales” (radio, prensa o TV) pues debemos tener en cuenta a qué medios acceden los estudiantes. Se trata de incluir con sentido socio crítico todos los medios y tecnologías disponibles.
Es más que una cuestión de prácticas docentes aisladas.
El docente está habituado a utilizar Internet y otras aplicaciones informáticas como fuentes de información, como medio de transmisión y presentación de contenidos y como medio de intercambio con alumnos y colegas. Estos usos que, en general se hacen por separado y con diversas herramientas, pueden ser optimizados con nuevas aplicaciones disponibles de modo libre y gratuito de la Web. El profesor es un usuario de tecnologías pero es sustantivo que pueda reorganizar sus prácticas de enseñanza, ofreciendo:
- Contenidos o materiales de estudio y/o profundización para el alumno, en diferentes formatos o lenguajes (imágenes, audiovisual, impreso, auditivo).
- Diferentes actividades, recursos de apoyo y complementarios para aplicar, transferir, comprender de otras formas los contenidos abordados.
Todo ello se puede realizar con una o varias herramientas informáticas integradas y/o articuladas en función de objetivos educativos claros y explícitos. Es imprescindible atender al desarrollo que han tenido en los últimos años las TIC y su aplicación al campo educativo. Ello potencia la interactividad y la interacción, la simultaneidad y la presentación de mensajes hipermediales que benefician significativamente el aprendizaje en determinadas cuestiones, tales como la comprensión global, el pensamiento flexible, el desarrollo de otras capacidades con otros lenguajes, etc.
Si bien lo anterior hace referencia fundamentalmente a las herramientas informáticas/digitales, no deja de lado el potencial de los medios tradicionales (cine, video, TV, radio, prensa escrita). Es necesario, entonces, revalorizar las “viejas” tecnologías e integrarlas a las tecnologías digitales/virtuales y la utilización de las TIC como herramientas para realizar aprendizajes de amplio espectro. Se trata, entonces, de un uso educativo comunicativo (que supera las prácticas de enseñanzas individuales) como encuadre de la integración de las TIC en el proceso de enseñanza. Se busca enfocar la enseñanza como un proceso mediado y mediatizado tecnológicamente, con objetivos ético políticos. Las TIC pueden ser medios de enseñanza, pero constituyen medios de construcción de conocimientos (académicos, prácticos y de la vida cotidiana), y medios de comunicación (que supone un intercambio e interacción que construye sentidos y significados sociales). El uso de las TICS requiere un análisis socio crítico de las formas y los lenguajes del soporte tecnológico; no son recursos neutros.
Por eso, la implementación de la Bimodalidad es más que una cuestión de prácticas docentes aisladas. Si bien es cierto que es necesario el uso de TIC y medios con el potencial de sus diferentes lenguajes/códigos, en los tiempos que corren, para la innovación y la mejora de la calidad educativa, no son suficientes. Lo esencial continúa siendo la relación pedagógica, la relación intersubjetiva y social entre los sujetos que intervienen en el proceso educativo. Lo esencial es no perder de vista que la educación es un bien social/ bien público en tanto es la que forma subjetividad social a la vez que realiza una construcción social de conocimiento.
Requiere una mirada global que supere una cuestión tecnologicista e individualista.
Una posible perspectiva más amplia para analizar la Bimodalidad es la de estudiar las formas de organización en un institución educativa. Las formas de organización –concebidas como modos de distribución de los espacios y los tiempos, que a su vez suponen distribución del conocimiento y del poder en las interacciones en los vínculos entre los actores de una institución–, son esenciales para profundizar el conocimiento del sentido social de la educación, en general, y de la educación universitaria, en particular. Toda organización tiene normas, reglas, formas de procedimiento, roles, funciones y responsabilidades. Posee una meta, objetivos y propósitos. Los modos de organizarse caracterizan un modelo institucional. Y, a su vez, las maneras de resolver distintas cuestiones y situaciones (modos de hablar, de solicitar, de conseguir) ponen la cultura institucional en acción: manifiestan un estilo institucional. Como afirma Lidia Fernández “la organización se mimetiza con la institución”, pero no son lo mismo.
En este sentido, las formas organizativas que demos a los espacios de consulta, a los espacios de intercambio y discusión en el espacio virtual o en el espacio presencial, o conjugando ambos, nos indicará finalidades diferentes, formas diferentes de distribución del conocimiento y del poder los sujetos involucrados.
Relato y análisis de un proyecto bimodal
A continuación, relatemos brevemente el Proyecto de “Espacio de educación con TIC”, que básicamente constituye un proyecto de Bimodalidad en la Facultad de Ciencias Humanas (FCH) de la UNICEN. Previamente, presentamos algunos puntos de la planificación estratégica que nos posibilitaron pensar en un proyecto que diera respuesta a ciertas cuestiones planteadas allí.
Algunos ítems del Plan estratégico (2009-2012 con continuidad y actualizaciones hasta 2016)
- En el diagnóstico de la Secretaría Académica se plantea:
- La escasa vinculación con la Escuela Secundaria.
- La desarticulación entre Carreras y Departamentos.
- El escaso desarrollo de acciones sistemáticas de pedagogía universitaria relativas a docentes.
- Por su parte, la Unidad de Gestión de Educación a Distancia (UGED) de la misma Facultad, plantea como criterio dentro de su visión estratégica: promover la formación y capacitación continua del cuerpo docente en lo referente a procesos educativos mediados por tecnologías.
- Los criterios estratégicos II y V planteados para la Facultad expresan:
- Criterio estratégico II: generar un amplio debate de ideas y proyectos académicos acerca del perfil de Facultad que queremos consolidar y de los lineamientos en materia de gestión, docencia, investigación, extensión y transferencia. En el tipo de apoyo y capacitación docente que se propone subyace una mirada socio crítica en torno al rol de las tecnologías en la educación, la formación profesional y la formación de la ciudadanía.
- Criterio estratégico V: propiciar estrategias de comunicación intra e interinstitucional para lograr un fortalecimiento de la imagen institucional en la comunidad socio educativa.
El proyecto “Espacio de educación con TIC”
En 2011, el Consejo Académico (máximo órgano de gobierno) de la FCH aprueba la propuesta de creación de un área o espacio de apoyo a la enseñanza universitaria en el uso educativo comunicativo de TIC. La propuesta consiste en brindar un espacio de ayuda permanente a toda la comunidad docente de la FCH (profesores, ayudantes y graduados). Dicho apoyo consiste en asesorar y capacitar a los docentes en el uso educativo de diferentes tecnologías: las tecnologías de la información y la comunicación –TIC– “tradicionales” (prensa, radio y televisión/video) y las llamadas nuevas tecnologías (diferentes aplicaciones de la informática).
Es eminentemente un proyecto pedagógico y vinculado a la docencia universitaria. A través del mismo:
- Se generan articulaciones entre cátedras puesto que muchos materiales pueden ser enfocados desde diferentes campos disciplinares y de ese modo se puede brindar una visión integral del tema al alumno.
- Se acercan los docentes graduados a la Facultad y con ello se propician trabajos conjuntos entre las instituciones en que se desempeñan y la FCH.
- Se generan algunas acciones de intercambio y de trabajo conjunto al interior de la Facultad entre cátedras, al interior de la Universidad con cátedras de otras Facultades y, en principio, con otras instituciones educativas a través de nuestros graduados. Con todo ello se colabora en la consolidación de una imagen de la FCH, al menos en los temas de los que trata este proyecto.
Los propósitos de este espacio son:
- Aportar a la mejora de las prácticas de enseñanza con tecnologías que no se limite a un “buen uso” técnico de las TIC. Se trata de recuperar la dimensión ético comunicacional de estas tecnologías a nivel individual y a nivel social con todo lo que ello incluye; es decir, con lo actitudinal, lo valorativo, lo afectivo y lo procesual y procedimental que supone un proceso educativo.
- Promover la apropiación social de las TIC facilitando el acceso y el conocimiento de sus posibilidades y limitaciones en la comunidad docente de la Facultad. De este modo dicha comunidad será multiplicadora de este conocimiento en otros ámbitos.
Y su objetivo central es:
- Promover, asesorar y capacitar en el diseño y producción de proyectos y materiales educativos en las modalidades presencial, a distancia y combinada, atendiendo a las estrategias propias de las diferentes Tecnologías en/de la Educación.
Los docentes pueden utilizar:
- Materiales de estudio para sus alumnos de las cátedras universitarias.
- Materiales de estudio para sus alumnos que articulen o integren diferentes cátedras.
- Materiales de estudio para otros niveles educativos (inicial, primaria, secundaria) para ofrecer o para satisfacer una demanda específica.
Pero dichos materiales pueden ser producidos por ellos, o por un área o espacio dedicado a esto o utilizar materiales ya elaborados para:
- Educar con TIC: es decir, transmitir contenidos a través de estas tecnologías.
- Educar en TIC: es decir, enseñar básicamente el manejo de estas tecnologías (hacer un video, una presentación hipermedial, un micro radial, entre otras cosas).
- Educar para las TIC: es decir, enseñar a “leer” críticamente y a producir estos medios con criticidad (qué pasa por el contenido a transmitir y los significados generados en la propia producción).
En este sentido, en ese espacio se propone realizar asesoramientos, capacitaciones y acciones de apoyo en diseño y producción de material educativo hipermedia, de videos y material audiovisual educativos, de material educativo gráfico/impreso o de material educativo radial/ de audio.
En síntesis, se trata de:
- Promover, asesorar y coordinar la producción de estrategias y materiales educativos apropiados en, con y para las TIC para la enseñanza universitaria y/u otros niveles educativos vinculados a las cátedras de la FCH.
- Asesorar en el uso de instrumentos, técnicas y recursos de las TIC en, con y para la producción educativa en diversas modalidades de la FCH.
Aulas virtuales como apoyo a la educación presencial
Comenzamos a trabajar en el apoyo de aulas virtuales al curso de ingreso presencial a todas las carreras de la Facultad y el apoyo de aulas virtuales como complemento de las materias presenciales de grado de la misma Facultad. Por otra parte, en 2014, desde la Secretaría Académica de la FCH, se elaboró una reglamentación para alumnos que trabajan o están en circunstancias especiales (embarazos, a cargo del cuidado de familiares, por ejemplo). En la misma se reconoce un porcentaje de inasistencias que será recuperado o abordado mediante aulas virtuales de apoyo. De este modo, esta reglamentación ha reforzado la necesidad de fortalecer el proyecto de aulas virtuales iniciado en 2011. Desde esa fecha hasta la actualidad, ha sido un arduo y complejo proceso:
- El desarrollo de la experiencia piloto entre 2012 y 2014 fue realizada a partir de un trabajo coordinado por un especialista en Comunicación educativa junto a un grupo de cuatro técnicos informáticos; quienes realizaron este trabajo como una tarea más a la central de cada uno de ellos.
- Se decidió instalar una plataforma Moodle para educación presencial diferenciada del que se usa en educación a distancia (en UGED). Al ser una experiencia piloto, sólo participaron los docentes que deseaban desarrollar una estrategia metodológica diferente en sus asignaturas (ver tabla 1).Se decidió realizar algunos procedimientos manualmente (matriculación de alumnos, transferencia de alumnos del SIU Guaraní al Moodle, entre otras cuestiones).
- Se implementó un aula virtual de prueba donde cada docente podía realizar prácticas; y otro aula virtual de formación con demos sobre diferentes funcionalidades. A ambas aulas podían ingresar todos los docentes que participaban de la experiencia.
2012 | 2013 | 2014 | |
Cantidad de asignaturas | 10 | 15 | 18 |
Evaluación y análisis
La experiencia piloto de uso de aulas virtuales como apoyo a la educación presencial, según los docentes que participaron, ha tenido más aspectos positivos que negativos. Se resaltó la utilidad del aula para el intercambio de materiales e ideas que, en muchos casos por limitaciones de tiempo, no se pueden ver y analizar en la clase presencial; también en la posibilidad de estar informados de cualquier novedad y de acceder a fuentes diversas.
Sin embargo, a la vez, se indicaron una serie de dificultades que son relevantes como obstáculos para el desarrollo de las asignaturas: caída del sistema/internet, el tiempo necesario para los procedimientos manuales, el retraso en las soluciones técnicas y de asesoramiento por falta de tiempo del personal. A través de estos señalamientos se hizo visible la necesidad de que el equipo a cargo (tanto el pedagogo como los técnicos) tuvieran sólo funciones específicas en el proyecto. Los recursos humanos compartidos en diversas funciones y tareas no redundan en la calidad de la propuesta. Como dijimos más arriba, las formas de organización –concebidas como formas de distribución de los espacios y los tiempos, que a su vez suponen distribución del conocimiento, del poder en las interacciones en los vínculos entre los actores de una institución–, son esenciales para profundizar el conocimiento del sentido social de la educación, en general, y de la educación universitaria, en particular.
Por su parte, los docentes resaltaron las dificultades técnicas, administrativas u organizativas. Frente a lo cual debemos reconocer que, durante la experiencia piloto, como equipo no logramos superar la idea de mera incorporación de tecnología en las clases presenciales. De hecho, el planteo del área y del proyecto específico de aulas virtuales que desarrollamos, tanto en su redacción como en su implementación, se centraron en la incorporación de tecnología en la educación universitaria. La implementación de este proyecto se pensó en etapas, la primera de las cuales era lograr que los docentes comenzaran a incorporar las aulas en sus prácticas. Se ha ido logrando en un pequeño grupo de docentes (18 de una plantel docente de 200). De este modo, no logramos superar una visión tecnologicista del uso de estas herramientas, pero si pudimos mostrar la necesidad de fortalecer la dimensión organizacional.
Los próximos desafíos
Algunos de los próximos desafíos, entonces, son seguir logrando la incorporación de aulas virtuales a todas las asignaturas de la modalidad presencial; ir haciendo avances cualitativos en el uso de manera tal que las aulas virtuales superen la función de brindar información y de repositorio de materiales. Los docentes, quizás por desconocimiento, no plantearon la necesidad de conocer cómo incluir las aulas virtuales en sus prácticas de enseñanza. Tenemos que tender a que el docente se pregunte: ¿por qué y para qué utilizar aulas virtuales y sus múltiples funcionalidades en la educación presencial? ¿Cuál es el sentido? Interrogantes esenciales para comprender un encuadre educomunicacional que sustente una propuesta de inclusión y complementariedad de medios, tecnologías y lenguajes con vistas a la formación socio cultural crítica.
El Espacio de Educación con TIC, evidentemente tiene que consolidarse y conformar un equipo multidisciplinario. Como necesidad de organización a nivel institucional, se requiere un equipo de trabajo a los efectos de establecer una organización técnico administrativa y pedagógica, tanto para el uso de aulas virtuales para la educación presencial como para diferentes proyectos. Es importante remarcar que el uso educativo de TIC en educación presencial, no puede limitarse a dichas aulas puesto que los propios docentes van planteando nuevas necesidades: aplicaciones para actividades de voz en el caso de idiomas (como señala una docente entrevistada), aplicaciones tales como aulas sincrónicas para ciertos temas y/o situaciones especiales, etc. Lo cual implica el uso de otras aplicaciones para Moodle y el uso de otras aplicaciones necesarias para la enseñanza y el aprendizaje (mapas conceptuales y materiales digitales hipertextuales, por ejemplo). La utilización de esta variedad de aplicaciones y herramientas no de
be perder de vista la finalidad última de la educación: posibilitar la adaptación y la integración social pero, a su vez, contribuir a su transformación. El sentido de esa integración y de esa transformación es político y ético; y es el resultado de una tensión.
“[…] Si pensamos la educación como una estrategia de fortalecimiento de todas las potencialidades nacionales, como un bien público a cuyo beneficio todos tienen derecho, como proceso de disminución de desigualdades y elevación de la justicia social, entonces, coincidimos en que la educación para más gente, si es posible para todos, significa incremento y no pérdida de calidad. Si tomamos en cuenta los criterios de equidad y justicia social asociados al concepto de educación como bien público, tenemos que concluir que no es de calidad un sistema educativo que margina partes, y muchas veces la mayoría, de la población nacional”. (Dias Sobrinho, 2008).
En este sentido, consideramos necesario aunar esfuerzos; que no se diferencien, por ejemplo, áreas de gestión técnica ni pedagógica para la educación a distancia y para la presencialidad; unificar las propuestas de uso de TIC y asegurar una racionalidad organizativa y pedagógica para dar respuesta a las múltiples demandas.
Bibliografía
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* Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional del Centro de la Pcia. de Bs As. (UNICEN).
* Seminario Interno realizado en el Encuentro de la Red Universitaria de Educación a Distancia Argentina (RUEDA), realizado en la sede del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), marzo, 2007.