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La Universidad Inteligente: un nuevo paradigma de gestión institucional

Carolina Tkachuk

El auge de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el marco de la nueva sociedad informacional, viene a reconfigurar la dinámica y el desarrollo en la educación en general y en las instituciones universitarias en particular desde su propia estructura. Las prácticas digitales y los nuevos modos de flujo de información nos invitan a repensar los procesos de cambio y adaptación que deberá experimentar la Universidad, como institución que forma parte de la sociedad digital actual. Las nuevas metodologías de gestión institucional, junto con las nuevas formas de relación y participación de los distintos actores implicados (alumnos, docentes y agentes institucionales), llevan a pensar en un nuevo paradigma de organización y gestión que aquí denominamos Universidad Inteligente. Surge, así, un nuevo modelo de institución universitaria, con sus retos y desafíos, que contribuye a la mejora en la eficiencia de la Universidad bajo estrategias creativas e innovadoras, posicionándola competitivamente como institución de vanguardia y convalidando nuevos procesos de formación, capaces de articular las nuevas demandas y tendencias sociales, culturales y educativas en consonancia con el contexto digital actual.

Palabras clave: universidad – TIC – gestión – calidad – sociedad digital – transparencia – sustentabilidad – creatividad – innovación – redes – sinergia – apertura – diversidad.


El contexto de evolución de la Educación Superior

La revolución de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que tiene lugar hacia finales del siglo XX, impacta transversalmente sobre distintos ámbitos, invitándonos a repensar ciertas áreas disciplinares en el que la Educación Superior adquiere un protagonismo inédito respecto a sus estrategias de formación. En este sentido, la nueva economía digital, genera profundas transformaciones en los procesos de Educación Superior implicando nuevas estrategias de gestión institucional, así como nuevas formas de demanda y oferta educativa que la Universidad deberá afrontar de cara a una formación académica de calidad.

La incorporación de las TIC en la educación revoluciona los procesos de enseñanza y de aprendizaje por los que atraviesan las Universidades, tanto nacionales como internacionales, constituyendo un fenómeno global. El vertiginoso crecimiento de la Web 2.0 y 3.0, en gran parte estigmatizada a través de las redes sociales, nos instala un nuevo escenario con distintas formas de aprender y de considerar al conocimiento y, por lo tanto, de gestionar las instituciones educativas donde se desarrolla y produce dicho conocimiento.

La revolución de las TIC ha ejercido una gran influencia en todas las áreas disciplinares e institucionales, modificando las dinámicas de funcionamiento interno y orgánico de agentes públicos y privados, dando lugar a un escenario sobre el que deben enfrentar nuevos desafíos y problemáticas. La Educación como proceso, y la Universidad como institución, no son ajenas a este flamante marco de actuación en el que deben desarrollar sus objetivos y sus funciones con vistas a la sociedad digital que viene conformándose desde finales del siglo XX.

La Universidad tampoco debe desconocer este nuevo contexto tecnológico y digital al que se deberá enfrentar cada uno de sus graduados, en su desempeño profesional, en los diversos ámbitos, públicos o privados. En este sentido, los procesos de formación en un medio institucional que sea capaz de articular las nuevas demandas y tendencias sociales, culturales y educativas en consonancia con el contexto digital actual, convalidará y redundará en el alcance de las competencias y habilidades necesarias con las que el graduado debe contar al momento de enfrentarse al mercado laboral actual.

El sector de la Educación Superior transita un momento inédito, tanto a nivel mundial como regional. Históricamente, el concepto de Universidad siempre tendió a ser un concepto estático que no se ha modificado radicalmente durante siglos y, la mayor parte de las universidades en el mundo, aún replican y copian ese modelo que cuenta con casi 1000 años de existencia. En la actualidad, podemos identificar 3 factores que impulsan la evolución del viejo modelo universitario: la tecnología, el acceso a la información y el proceso de globalización. A partir de la llegada de la tecnología como claro factor disruptivo, el modelo clásico de educación se enfrenta a una profunda transformación en el que se modifica la concepción de espacio-tiempo por parte del estudiante, quien comienza a experimentar un proceso de aprendizaje que se practica en cualquier momento y desde cualquier lugar, mediante el acceso a Internet. Al mismo tiempo, la tecnología facilita el acceso abierto y permanente de contenidos, datos e información al estudiante que influye de manera pertinente en su proceso de formación académica; a su vez, la tecnología permite al docente acceder a proyectos internacionales de investigación, compartiendo conocimiento con diversos colegas de diferentes países, generando interesantes intercambios académicos, dando lugar a una dinámica en red a partir de los flujos de contactos y proyectos que emergen a escala regional y global, dando mayor visibilidad y difusión a la institución y retroalimentando la producción de conocimiento. Complementariamente, en el marco de la globalización, la tecnología amplía el acceso a un mercado mucho mayor de oferta educativa más allá de los límites geográficos tanto del estudiante como del docente (Pizarro, P.; 2015).

En este sentido, la tecnología, el acceso a la información junto con la globalización suponen los tres instrumentos que originan la evolución del modelo universitario, en un contexto en el que se viene observando un fuerte crecimiento de la demanda en Latinoamérica. De acuerdo a mediciones del Banco Mundial, hacia el 2035, con casi 60 millones de estudiantes América Latina se convertiría en una de las 3 principales regiones del mundo en captar estudiantes universitarios, tendencia que se ve convalidada por el crecimiento y desarrollo económico que se advierte en la región, generando una importante demanda de profesionales calificados (Pizarro, P.; 2015).

De esta forma, la Educación Superior en América Latina adquiere un rol crecientemente relevante en los procesos de transformación social que es capaz de generar. De aquí que se torna esencial la capacidad de adaptación al entorno en términos de gestión institucional a fin de ganar en eficiencia, competitividad, inclusión y calidad educativa en un marco de apertura, flexibilidad, creatividad e innovación permanente, en los procesos de formación académica que la Universidad es responsable de llevar adelante.

El modelo de Universidad Inteligente: definición, características e implicancias

A la luz del avance de las TIC en los sistemas educativos y, concretamente, en la Educación Superior, se genera la necesidad de promover estrategias de gestión eficiente a nivel institucional, mediante la implementación de nuevas herramientas y dinámicas que convalidan procesos innovativos. Aquí emerge el concepto de Universidad Inteligente, como modelo organizacional que da respuesta a las nuevas necesidades de las instituciones educativas frente a un contexto de sociedad digital que se enmarca en la Era de la Información y el Conocimiento.

La Universidad Inteligente podemos entenderla como un ecosistema académico con una visión integral y sistémica de la institución, donde todas las áreas y agentes se vinculan de manera sinérgica y coordinada, a través de tecnología y medios digitales, abarcando dimensiones de desarrollo educativo, investigativo, económico, sustentable, cultural, y político de la vida universitaria con la finalidad de alcanzar una gestión eficiente (inteligente), de valor y de calidad. En este sentido, constituye un modelo que estimula procesos virtuosos de articulación entre los diversos actores y entre las modalidades de estudio, convalidando la Bimodalidad desde el momento en que impulsa la integración de los procesos de gestión institucional presencial y a distancia. Así, la Universidad Bimodal se enmarca en la idea de la Universidad Inteligente.

El desarrollo de un modelo de Universidad Inteligente se refleja a partir de la creación de un ecosistema académico que da lugar a una institución universitaria integrada, basada en los siguientes factores:

  • La innovación como eje de dinámicas operativas abiertas e interconectadas.
  • La aplicación de inteligencia colectiva con efectos multidisciplinares.
  • La Universidad como nodo de un sistema integral, evolutivo, dinámico y acumulativo.
  • Mecanismos de coordinación y equilibrio entre tecnología y medioambiente en la vida universitaria.
  • Las TIC como herramientas principales que convalidan una gestión inteligente de la Universidad.


La inteligencia colectiva y su aprendizaje se basan en la interacción entre pares, y se vuelve una condición sine qua non que toda institución deberá aprender y poner en práctica como parte inherente de la educación y su gestión en todos sus niveles, vinculada con la idea de innovar y pensar en equipo compartiendo información como prioridad antes que la búsqueda de reconocimientos. A fin de comprender los desafíos que tiene por delante el proceso de enseñanza-aprendizaje bajo este nuevo ecosistema académico, es oportuno distinguir entre tres actores clave: alumnos, profesores y universidad. Al considerar a los alumnos universitarios actuales se perciben claramente multimediáticos, comprometidos consigo mismos y las comunidades digitales de pertenencia, con capacidad de aprendizaje en función de la motivación recibida por un entorno académico digital compatible con las necesidades y formas de desempeño profesional futuro. En cuanto a los profesores la tendencia es un tanto más diversa presentando perfiles distintivos respecto a su función docente: para algunos la experticia profesional supone ser la fuente primaria de conocimientos y experiencias para transmitir en el aula, en tanto que para otros la labor investigativa se centra en sus estrategias de enseñanza como generadores e impulsores de conocimientos. En ambos casos, puede concebirse a los docentes como facilitadores y transmisores estratégicos de conocimiento e información que, en la Era Informacional actual, cobra mayor relevancia respecto a las prácticas de incorporación de contenidos específicos.

Por último, la universidad adquiere mayor protagonismo en el proceso de adquisición de conocimientos pero de manera cada vez más coordinada con el resto de instituciones y organizaciones educativas, dando lugar a una dinámica desde donde se generen retroalimentaciones y sinergias a partir de redes de conocimiento e intercambio.

Las nuevas formas de socialización exigen cambios en el ámbito del conocimiento y el aprendizaje desde el momento en que impactan sobre los paradigmas metodológicos. De alguna forma, el saber deja de ser un cuerpo estático de acceso único y rígido, sino que la apertura de nuevos canales hacia la información, la experiencia y el conocimiento se genera en un marco de innovación disruptiva, inteligencia colectiva, design thinking (pensamiento de diseño), desarrollo de nuevas soluciones, nuevas formas de investigación (interconectada y en red) mediante la incorporación de creatividad tecnológica con impacto social, ambiental y cultural. Un ecosistema académico holísticamente innovador que impacta transversalmente en todas las áreas institucionales de la universidad, implicando a cada uno de sus actores, refleja la dinámica propia de una Universidad Inteligente.

Es importante destacar que la idea de “inteligencia” en las instituciones y, concretamente, en las universidades, se vincula con el desarrollo de un entorno capaz de crear redes de cooperación e intercambio, y de fertilización cruzada de ideas que entusiasman; un entorno capaz de valorar capacidades y esfuerzo de cada actor que se comprometa e implique con una visión innovadora de universidad. Bajo este modelo de Universidad, aun cuando las TIC adquieren especial protagonismo no debemos dejar de considerar que constituyen sólo un medio que permite desarrollar dinámicas de sinergia dentro de la comunidad universitaria y otorgan el sustento necesario para los ejes y características que la definen como Universidad Inteligente.

El concepto de Universidad Inteligente se sustenta sobre la idea de las Universidades como “organizaciones que aprenden”, ya que se conciben como organizaciones flexibles y creativas, con capacidad de adaptación a un entorno donde el aprendizaje organizativo se vuelve el instrumento esencial que garantiza la supervivencia de las organizaciones en general, y de las universidades en particular en el siglo XXI.

Cuando las transformaciones penetran el orden social conocido hasta entonces, se impone la necesidad de contar con un corpus específico de saberes y prácticas que convalidan la creación de un nuevo orden organizacional.

Algunos paralelismos estructurales entre Ciudad Inteligente y Universidad Inteligente

Desde el momento en que la universidad constituye una comunidad pequeña, con una dinámica, jerarquía e identidad propia, en la que sus actores pasan gran parte de su vida manteniendo intercambios y experiencias concretas, podemos concebirla en ciertos aspectos como una ciudad.

El fenómeno de Ciudad Inteligente, ya instalado como nuevo paradigma de gestión de la ciudad, advierte importantes avances tanto en su tratamiento teórico como en su implementación, con interesantes resultados obtenidos en distintos casos, varios en Europa y ya algunos en Latinoamérica (Universidad Externado de Colombia; 2012).

La Universidad abarca una elevada densidad de talento en diversas disciplinas y, como tal, se vuelve un sitio adecuado para implementar soluciones innovadoras que puedan transferirse a la sociedad.

En este sentido, haciendo un paralelismo con las características que adoptan las ciudades inteligentes y las dimensiones que la definen como tal según López, Martínez y Fernández Ciez (2015), podemos establecer un conjunto de ejes que configuran la nueva estructura de las instituciones universitarias como Universidades Inteligentes.

Ejes estructurantes para un entorno universitario inteligente:

  • Economía: redes inteligentes de trabajo e intercambio, desmaterialización de documentos, gestiones digitales, teletrabajo. Se vincula con una cultura que impulse el espíritu emprendedor profesional y personal.
  • Movilidad: reestructurar las soluciones logísticas implicadas en el sistema universitario (tanto presencial como a distancia), incentivar el uso de la movilidad sustentable (bicicleta), brindar un servicio de transporte sustentable.
  • Gobierno: gobierno Abierto y Datos Abiertos (mayor transparencia), sistemas de seguridad inteligentes, ciudadanía universitaria digital (inteligente). Se vincula con la idea de que la toma de decisiones sea participativa y abierta mediante una gestión institucional transparente; la digitalización y modernización de los procesos de gestión suponen ser la base para mejorar el vínculo entre la institución y la comunidad universitaria a través de dinámicas de acceso a la información.
  • Calidad de Vida: métricas inteligentes de energía, servicios específicos de salud y asistencia universitaria. Apunta a mejorar la calidad de vida a través de la integración cultural de los miembros de la comunidad universitaria.
  • Medio ambiente sustentable: las nuevas tecnologías pueden utilizarse para proteger y preservar los recursos naturales, reduciendo la contaminación y mejorando la protección ambiental. Adoptar características de edificio inteligente, incorporar iluminación inteligente (LED), controlar la gestión del agua y establecer un sistema de riego inteligente, adoptar una política de “basura cero”, utilización de energías limpias y renovables, a fin de mejorar la eficiencia energética de la institución. Promover el uso adecuado de los recursos naturales, las prácticas de reciclaje y de selección de residuos (orgánicos e inorgánicos), dando lugar a estrategias ambientales integradas para un mejor uso del medio ambiente.
  • Ciudadanía: educación e investigación a fin de contar con una población formada y capacitada en el dominio y manejo de las TIC para la vida universitaria, propender a valores de autenticidad, cultura y felicidad, y concientizar respecto de una dimensión de “glocalización” acercando a los actores hacia dinámicas globales existentes sin perder los valores locales. Esta cuestión se vincula a una nueva visión enfocada en las personas dentro de la institución universitaria, que la convierten en un lugar deseable para aprender, debatir y trabajar, así como para adquirir un mejor y mayor compromiso con sus pares mediante redes sinérgicas de vinculación académica. Promueve el aprendizaje continuo e incentiva el desarrollo de proyectos de I+D+I+i.
Ejes estructurantes para un entorno universitario inteligente
Fuente: Serra B.J. y Sola A., Jornadas RedIRIS, 2014.


Todos y cada uno de los ejes precedentes que definen y caracterizan un entorno inteligente se consideran intrínsecamente unidos; es decir, funcionan de manera holística a fin de obtener las ganancias de eficiencia a partir de una labor integradora y de conjunto, bajo dinámicas de transversalidad y multidisciplinariedad.

Los objetivos para el desarrollo de un modelo de Universidad Inteligente podrían resumirse en los siguientes puntos:

  • Contribuir a la mejora de la eficiencia de la Universidad con creatividad e innovación inteligente.
  • Mejorar la empleabilidad de los estudiantes fomentado su espíritu innovador y emprendedor.
  • Alcanzar una mayor sinergia entre los distintos actores implicados y que trabajan en temáticas relacionadas.
  • Desarrollar y prototipar tecnologías inteligentes que puedan transferirse a la sociedad.
  • Mejorar la imagen de la universidad posicionándola competitivamente como institución innovadora y de vanguardia, aportando soluciones estratégicas a la sociedad y dando lugar a vínculos más fluidos y estrechos de ésta con la universidad.
  • Transformar la universidad en una institución más abierta, democrática y diversa, en consonancia con la sociedad informacional actual.


Si bien los objetivos precedentes están alineados con la idea de Universidad Inteligente a nivel general, cada institución podrá amoldar los objetivos en función de su situación académica, administrativa y de gestión, y de sus deseos y necesidades. Las alternativas y “modelos de gestión” surgirán desde un entorno cultural que convalide el trabajo colaborativo y el entusiasmo innovador y creativo para desarrollar una comunidad universitaria inclusiva, de calidad y excelencia.

El caso de SmartUIB (Universitat de les Illes Balears)

Al momento de analizar y referenciar algún caso concreto de aplicación de tecnologías a escala de gestión institucional universitaria con objetivos de transformarse en una Universidad Inteligente, como fenómeno reciente y de vanguardia, fue oportuno detenernos en el caso de SmartUIB.

El proyecto de SmartUIB surge a través del Acuerdo Ejecutivo 10774 (Full Oficial UIB, FOU, número 389) en Octubre de 2013, con el claro objetivo de constituirse en la Universidad Inteligente de las Islas Baleares. La idea detrás del proyecto se enmarca en mejorar la eficiencia de la Universidad mediante el uso estratégico de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Es interesante destacar que, inicialmente, el proyecto nace sin asignación presupuestaria, con la idea de que tal asignación se vaya efectivizando en la medida de la consecución de objetivos, dato que le aporta al proyecto un doble valor y denota un auténtico carácter emprendedor, de trabajo colaborativo por la eficiencia y calidad educativa, más allá de los recursos disponibles. Tal como referencian sus mentores, más que un proyecto, SmartUIB supone un “paraguas” bajo el cual se incluyen otras propuestas que compartan sus valores y aspiren a ser replicadas en la sociedad generando valor agregado de conocimiento. (Serra y Sola; 2014)

La visión que se propone el proyecto SmartUIB se enfoca en el talento como reflejo de la educación, la investigación y la sociabilidad que se desarrollan en el entorno universitario. Bajo esta perspectiva, la tecnología, los procesos y los recursos se implican de manera integral a fin de garantizar excelencia, humanidad y sostenibilidad en las dinámicas de enseñanza y aprendizaje, así como también en los resultados de los trabajos de I+D+I+i.

En tanto, la misión del proyecto SmartUIB apunta a actuar intensivamente con la Universidad como agente catalizador a fin de promover la innovación dentro de la institución a través de la difusión de nuevos enfoques e ideas, mediante la implementación de acciones complementarias sobre diversos procesos tecnológicos.

Objetivos propuestos para el proyecto SmartUIB

Objetivos propuestos para el proyecto SmartUIB
Fuente: Serra B.J. y Sola A., Jornadas RedIRIS, 2014.


En este sentido y bajo este marco, lo que SmartUIB viene haciendo desde hace casi tres años es, básicamente, promover, diseñar y contribuir a la generación de sistemas, tecnologías y procesos para adherir los conceptos de talento y tecnologías con vistas a la sociedad del futuro, de manera coordinada con toda la comunidad universitaria y con la idea de abrir posibilidades de exportar los resultados obtenidos hacia el resto de la sociedad civil. Se ha creado un Comité de Seguimiento con el fin de monitorear el avance del proyecto en función de los objetivos y valores propuestos.

Ahora bien, ¿cuáles son los ejes estratégicos que definen y caracterizan al proyecto SmartUIB?. Podemos resumirlos como:

  • Transversalidad: bajo la idea de atravesar, vincular e integrar las diversas áreas y actores de la institución, a fin de generar las sinergias necesarias que permitan alcanzar una gestión eficiente para una educación inclusiva, innovadora y de calidad, se abraza la idea de un corpus interdisciplinario desde donde se promuevan iniciativas en equipo y colaborativamente para el proceso de enseñanza y aprendizaje, así como para la producción de conocimiento.
  • Empleabilidad: apunta a brindar una formación compatible con el mercado laboral actual (tanto a nivel local, regional como internacional) y se centra en promocionar la figura del emprendedor e incentivar la creatividad.
  • Catalizador: el rol de la institución frente a la sociedad, se presenta como catalítico, es decir, coordina, colabora y diseña estrategias para contribuir a la resolución de problemáticas diversas. En este sentido, apunta a tender puentes entre nichos verticales y a estrechar vínculos de la Universidad con las empresas.
  • Transferencia: la idea es que las buenas prácticas desarrolladas al interior de la institución se expandan al resto de la sociedad. Las innovaciones y aplicaciones generadas a nivel universitario pueden tener un efecto derrame con claros impactos en la sociedad digital.


La dinámica relacional que surge a partir del proyecto SmartUIB, incentiva los vínculos entre los diversos actores y agentes de la comunidad universitaria, tanto a nivel interno como externo, donde el nuevo modelo de gestión institucional convierte a la Universidad como articulador de sinergias.

Modelo de relaciones interpersonales en el proyecto SmartUIB

Modelo de relaciones interpersonales en el proyecto SmartUIB
Fuente: Serra B.J. y Sola A., Jornadas RedIRIS, 2014.


Como fenómeno reciente y pionero en el desarrollo del modelo de Universidad Inteligente, el proyecto SmartUIB basa su estrategia de acción en el modelo europeo de Public Private Partnership (PPP), donde la Universidad, junto con el sector privado, diseña estrategias de formación a través del diálogo y el trabajo colaborativo en función de las habilidades necesarias de la sociedad digital actual. Bajo esta dinámica, la Universidad Inteligente de las Islas Baleares ya ha establecido diversos contactos con empresas e instituciones interesadas en la celebración de proyectos conjuntos enmarcados en el nuevo modelo de gestión universitaria propuesta.

Modelo Public Private Partnership (PPP)

Modelo Public Private Partnership (PPP)
Fuente: Serra B.J. y Sola A., Jornadas RedIRIS, 2014.


El proyecto SmartUIB se viene desarrollando a un ritmo intenso con importantes avances, fundamentalmente en el funcionamiento de la propia institución, con ahorros sustanciales y mejora en la eficiencia del consumo energético y del agua, aumento del parque de energías renovables así como mejoras en la administración y servicios de la Universidad. Con esta dinámica, ha logrado celebrar distintos acuerdos y convenios con agentes de la sociedad civil como catalizador sobre los miembros de la comunidad universitaria y canalizando proyectos de transferencia de tecnología y conocimiento.

Lo que se observa es que el proyecto Smart UIB, aun siendo muy reciente, puede contribuir al diseño de un marco de referencia para el resto de las Universidades que apunten a esta nueva visión de gestión institucional, mediadas por las tecnologías y procesos innovativos.

A modo de conclusión

La Universidad tiene frente a sí una oportunidad inédita para consagrarse como una de las instituciones líderes de la sociedad civil, capaz de impulsar una gran innovación social en el siglo XXI. Indudablemente, deberá redirigir su mirada hacia un nuevo modelo de desarrollo institucional inteligente, en perfecta sintonía con la sociedad digital de la que forma parte.

Claramente, se vuelve un desafío implementar diversas acciones que confluyan en una vida universitaria compatible con un entorno digital e inteligente, donde el campo académico junto con la producción de conocimiento por un lado, y el desarrollo de habilidades y competencias profesionales por otro, no se ubiquen en veredas opuestas sino que sean compatibles y sinérgicas.

En un mundo que cambia y se modifica permanentemente, el proceso de formación profesional y la institución universitaria no pueden ni deben ser los mismos que conocimos en el pasado. Al mismo tiempo, los cambios exigen un aprendizaje permanente de la propia institución y sus actores; de ahí a concebirla como “organización que aprende”. Los formatos pueden ser diversos: presenciales o virtuales, sincrónicos o asincrónicos, más o menos flexibles; no obstante, la excelencia y la calidad son principios que siempre deberán estar presentes, ya que suponen ser la clave para alcanzar el bienestar e igualar oportunidades.

Bibliografía

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Espuny, M.T. (2010), “Las universidades como organizaciones que aprenden” El caso de la Facultad de Educación de la Universitat Internacional de Catalunya, Tesis doctoral, Barcelona.

Krotsch, P. (2009), “Educación superior y reformas comparadas”, Cuadernos Universitarios, Ed. Universidad Nacional de Quilmes, Bernal.

Napolitano, S. (2008), “¿Cómo se integra una política de desarrollo e innovación tecnológica en el marco de un proyecto pedagógico?”, Foro de Tecnologías para la universidad virtual, en Actas del I Foro Internacional de Educación Superior en entornos virtuales, 3 y 4 de noviembre de 2005, Universidad Nacional de Quilmes, 1° edición, Bernal.

López Muñoz, L., Martínez, P.A. y Fernández Ciez, S. (2015), “Estudio y Guía metodológica sobre Ciudades Inteligentes”, Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, Ministerio de Industria, Energía y Turismo, Madrid.

Pizarro, P. (2015) “La evolución de la educación en Latinoamérica”, Identidad 21, Revista Digital Universidad Siglo 21.

Serra, B.J. y Sola, A.(2014), “Proyecto SmartUIB, desplegando el futuro en la Universidad de las Islas Baelares”, Jornadas RedIRIS.

Tkachuk, C. (2014), “Smart Cities y Turismo Inteligente”, Módulo IV del cuadernillo de lectura realizado para el curso Destinos Turísticos Inteligente, Campus MINTUR, Ministerio de Turismo de la Nación, Subsecretaría de Calidad Turística, Dirección de Formación en Turismo.

Universidad Externado de Colombia y AHCIET (Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones), (2012), “Guía de territorios y ciudades inteligentes”, Universidad Externado de Colombia, Primera edición, Bogotá.


* Docente investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y profesora de “Economía y Administración en la Sociedad de la Información” en UVQ.