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II. Chicos.net: tecnología para el desarrollo integral, la educación y la igualdad de oportunidades de niños, niñas y jóvenes

Marcela Czarny

Chicos.net es una asociación civil que desarrolla programas educativos, sociales y culturales maximizando el potencial de la tecnología para el desarrollo integral, la educación y la igualdad de oportunidades de niños, niñas y jóvenes.

Desde nuestro origen, que se constituyó con la creación del primer sitio web en español para niños y niñas, fuimos transitando un camino que nos encuentra ahora trabajando profundamente en optimizar la relación de los niños con las tecnologías , las precauciones y los problemas que podrían llegar a tener en entornos virtuales, además de la formación en cuestiones relacionadas a la alfabetización digital, es decir , a aprehender y a utilizar de un modo inteligente los dispositivos, entornos y softwares existentes.

Nuestros programas se basan en “evidencias”, es decir, en datos que fundamentan las acciones que luego se llevan a cabo. Por eso, desarrollamos año a año investigaciones en donde nuestras preguntas guía son las siguientes: ¿Cómo son los modos de interacción de las niñas y niños con la tecnología? ¿Qué hacen con los diferentes dispositivos, en distinta edad y contexto? ¿Cuál es el rol del adulto en esa relación niño-TIC? ¿Cómo se modificó el rol escolar con la inclusión de las TIC en la vida cotidiana y en la institución educativa?

Los proyectos que coordinamos se desarrollan bajo el enfoque de derechos de infancia y adolescencia, contemplando el cumplimiento de los mismos en todos los contenidos y abordaje, y entendiendo que los derechos de los niños son homologables tanto off como on-line. No se trata de generar derechos “digitales”, sino de reinterpretar los ya existentes para que incluyan a las TIC.

Trabajamos junto a organizaciones no gubernamentales de toda América Latina y entre todos nos proponemos desarrollar programas educativos e investigaciones vinculadas al uso responsable de la tecnología. Cuando empezamos a profundizar sobre los ejes de protección y prevención, desarrollamos un programa que denominamos “Internet segura”. El objetivo era muy claro: había que cuidar a los chicos de las amenazas a la que estaban expuestos mientras navegaban en Internet. Con el tiempo comprendimos que los riesgos y las amenazas a las que podían estar expuestos los chicos era sólo un aspecto de los que debíamos desarrollar, si nuestro objetivo era el ejercicio de los Derechos en entornos digitales.

Así surgió el concepto de “Ciudadanía Digital” como una forma de reflexionar sobre Internet como espacio donde habitan y conviven diversos actores, donde las niñas y niños son sujetos de derechos que deben ser ejercidos y respetados. Para lograr esto, es necesario empoderar a los niños y adolescentes para que participen en los temas que les conciernen, y supervisar a las personas e instituciones de que cumplan con la obligación de respetarlos y protegerlos.

La ciudadanía digital es un mundo, una nación en donde todos convivimos. Conviven las empresas, los niños, las escuelas, los padres, los gobiernos, los diputados, los senadores. Todos “estamos” en este mundo porque todos utilizamos las tecnologías de la información y de la comunicación. Y uno de los problemas a los que nos enfrentamos es el de la ausencia de límites geográficos que habiliten o limiten la vigencia de legislaciones que defiendan los derechos de los niños. Frente a este tema cabe preguntarse cuáles son estas leyes y los nuevos fundamentos para promover un desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes. Pero también, cómo cambia el rol de los adultos a cargo de la crianza.

Con todos estos interrogantes, llevamos a cabo una investigación en niños, niñas y preadolescentes de Argentina, México y Brasil en relación a su vínculo con la tecnología, lógicas de percepción y construcción de la realidad asociadas al mundo on y offline, y el impacto de la misma en su constitución como personas. También buscamos averiguar cómo actúan los padres y madres frente al uso de Internet en los hogares, cómo perciben el vínculo de sus hijos con la tecnología y qué nuevos desafíos y tensiones implica esto en la crianza.

Para recopilar información, integramos y analizamos fuentes secundarias, realizamos grupos etnográficos con padres, y grupos focales con chicos. Después, entrevistamos a expertos y académicos nacionales e internacionales y realizamos una encuesta online a 400 chicos de los 3 países.

Esta investigación arrojó hallazgos que, sin duda, servirán a familias e instituciones para comprender más el proceso de incorporación de TIC en la vida cotidiana, y constituirá un norte para próximos programas, estrategias y políticas en relación al mundo digital y los niños, y a los adultos a cargo de su crianza.

Análisis preliminar

A continuación, presentaremos un análisis preliminar de la investigación cualitativa llevada a cabo entre junio y agosto del 2014: “El Impacto de la Tecnología en niñas y niños de América Latina. Desafíos en la Crianza”.

Estamos transitando el camino hacia una nueva era de la civilización humana, en donde los dispositivos tecnológicos estarán cada vez más integrados a nuestro esquema corporal y mundo simbólico. Las niñas y niños necesitan adultos presentes, que los habiliten y los acompañen en experiencias creativas, sanas, desafiantes y sin riesgos. Necesitan padres que sigan siendo padres, aún si no tienen tanta habilidad como ellos para usar el celular, la tableta o la computadora. Necesitan docentes que acepten el nuevo paradigma que ya no los tiene como dueños del saber, sino como promotores de nuevos desafíos.

Con mayor capacidad de multitasking, una inteligencia visual más desarrollada, y con un procesamiento más rápido de la información –aunque tal vez menos crítico–, los niños de hoy parecen tener capacidades y características diferentes a las que tuvieron sus padres en la infancia. Dos generaciones distintas en convivencia. En el medio de ambas, el uso de las TIC resulta, en muchos casos, una fuente de tensión en la crianza.

La construcción del sujeto como persona se realiza en un ida y vuelta con su entorno, hoy cada vez más atravesado por la tecnología. Un mundo donde los niños parecen manejarse con mayor fluidez y naturalidad que sus padres. Los dispositivos tecnológicos son parte de la vida cotidiana de los niños y es necesario reflexionar acerca del papel de los adultos para promover un uso seguro de Internet que permita aprovechar sus beneficios y minimizar sus riesgos.

En un contexto cada vez más plural, incierto y ambiguo, el uso de las TIC encuentra a los adultos frecuentemente desdibujados en su rol. Su experiencia muchas veces no es tan útil para resolver los problemas que se les plantean con el uso de las tecnologías por parte de sus hijos. La perplejidad y preocupación de muchos padres respecto a este tema se ha transformado en cotidiana. Esta posición genera un doble riesgo: cuando los padres y las madres confunden su menor pericia tecnológica con menor autoridad, subestiman su poder para transmitir criterios de protección. Cuando tiende a confundirse dominio técnico con capacidad de cuidado, los niños pueden ser empujados de manera prematura a una “falsa autonomía” que los deje desprotegidos.

La investigación confirmó que los adultos suelen caer en distintos prejuicios con respecto a las tecnologías. Algunos de estos prejuicios se relacionan con el temor a la “pérdida” del tiempo de los hijos, el aislamiento, imitación de comportamientos violentos de los videojuegos o el “no jugar” usando la imaginación. Sin embargo, a través de las entrevistas con expertos y el propio relevamiento en niños, se pudo comprobar que, en primer lugar, el uso “compulsivo” no es exclusivo de las TIC, sino de todas las tramas atrapantes en la niñez (un juego, un cuento...) En segundo lugar, y en relación al aislamiento, el uso de las tecnologías puede permitir nuevas formas y ecosistemas donde generar vínculos sociales sin por eso sustituir al juego físico y el intercambio cara a cara. Por último, los niños no parecen confundir juego virtual con realidad: al momento, no existe evidencia científica concluyente que señale a los contenidos de los videojuegos como causantes de respuestas violentas.

En muchos casos, además de ser foco de prejuicios, las TIC funcionan para padres y madres como una suerte de “chivo expiatorio” al que culpan por su malestar. Por ejemplo, las acusan de generar distanciamiento con los niños, cuando lo cierto es que es parte del crecimiento, el que los hijos se vayan desprendiendo, emancipando, batallando por sus propios espacios y por su paulatina autonomía.

Procurando atenuar sus temores, la gran mayoría de los padres de los niños y niñas menores de 12 años, manifiesta que pauta con ellos reglas de acceso y uso de la tecnología. Sin embargo, como los adultos tienen que atender hoy a múltiples y complejas demandas, muchas veces flexibilizan las reglas en función de su propia necesidad de tener tiempo libre (generando así pautas arbitrarias y confusas).

Dado que en la infancia la construcción del yo se encuentra en proceso, el soporte y marco proveniente del adulto resulta crítico. Sobre todo porque, a pesar de saber manejarse con las plataformas digitales, los niños podrían no comprender cabalmente los alcances de sus actividades online (por ejemplo la distinción entre espacios de experiencia online públicos y privados).

Entre los riesgos más temidos por los niños se encuentran el cyberbullying y el ser abordados por desconocidos. En este sentido, si bien es cierto que las situaciones de vulneración y violencia de la infancia podían existir anteriormente, las TIC se presentan como nuevo medio para su propagación, lo que refuerza la necesidad de instalar conciencia de cuidado.

En un contexto donde mostrarse es condición para “existir”, las TIC son un medio privilegiado para que los niños, niñas y adolescentes puedan explorar, editar y difundir quiénes son. No participar en estos medios es, en algún sentido, “no existir”, pero participar sin los correspondientes recaudos puede ser riesgoso. En este contexto, el rol de los padres resulta clave en la transmisión de criterios de cuidado. Si los niños cuentan con criterios internos de cuidado y juicio crítico en la vida real, también los tendrán cuando estén online. Más aún considerando que para ellos no se trata de dos instancias separadas sino de la vida misma, de una continuidad. Lo que los protege online es lo mismo que los protege offline.

En cambio, si utilizan la tecnología sin suficientes referencias, experiencias y recursos internos (fortaleza, juicio crítico, autoestima, confianza, criterio de privacidad) en su vida offline, se puede dar una mayor propensión a que las situaciones de riesgo en las experiencias online, desborden su capacidad de afrontarlas y se conviertan en daño psíquico.

Cuando los niños, niñas y preadolescentes, mediados por la protección de sus padres y otros agentes sociales, pueden vincularse de manera segura con las tecnologías, tienden a devenir en sujetos curiosos, creativos, sociables, conectados, integrados y con recursos para manejarse como ciudadanos digitales cuidadosos y respetuosos a futuro.

Los expertos entrevistados recomiendan generar conciencia y poder ciberciudadano mediante estrategias que integren a todos los actores implicados en la protección de los niños y en la industria de las tecnologías. De esta forma, se logrará que puedan hacer un mejor uso de su interacción con Internet, favoreciendo su integración en la educación, su participación y compromiso cívico y, en definitiva, el cumplimiento de sus derechos.


Infografìas ilustrativas de los datos obtenidos en la investigación “Impacto de las tecnologías en niñas y niños de América Latina”.
Infografìa ilustrativa de los datos obtenidos en la investigación “Impacto de las tecnologías en niñas y niños de América Latina”
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Infografìa ilustrativa de los datos obtenidos en la investigación “Impacto de las tecnologías en niñas y niños de América Latina”
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