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1.2. Fundamentos de tipografía

“La tipografía convierte al lenguaje en un artefacto visible y tangible, esto se logra en su doble propiedad de connotación y denotación.”
Cruz Esparza González, 2007.

La tipografía es la materia visual del texto. Esta ciencia se dedica al estudio de los elementos gráficos que utilizamos para representar a las letras y demás signos que empleamos en el lenguaje escrito. Las distintas tipografías confieren un especial carácter -y no sólo sus caracteres- al mensaje que transmitimos con ellas, como puede observarse en la siguiente personificación de famosas tipografías en un debate para decidir si aceptan a la inefable Zapf Dingbats como una fuente legítima:

Para reflexionar

A lo largo de esta sección notaremos que esta "personificación" no es una metáfora casual: el glosario tipográfico está repleto de palabras que comparan a las partes de las tipografías con miembros anatómicos de la figura humana: cuellos, brazos, colas, lóbulos, ojos, uñas ¡y hasta lágrimas! También encontraremos que las letras tienen un “cuerpo” definido por la zona fisonómica.

Logo de wallpaper
Letra "A" dibujada con figuras antropomorfas. Variación del logotipo de la revista digital Wallpaper en su edición de julio de 2009.

No is my type (1999)

Not my type
 Animación de formas humanas realizadas con caracteres tipográficos. Exhibida en el Flash Film Festival de 2003 (actualmente off-line).
Fuente: <www.berlinflashfilmfestival.com/>. Clic sobre la imagen para reproducir la animación.

Cita

Nombres decorados
Nombres decorados. Fuente: <www.pinterest.com/>

"...muchas veces en la escuela pude ver sobre hojas de carpeta unos carteles que las alumnas hacían por aburrimiento o por simple disfrute. Sus propios nombres, el de su compañera de banco o el de sus novios potenciales aparecían escritos en unas letras mullidas y regordetas, casi globos turgentes que, solapándose unas con otras mostraban solo lo suficiente para reconocer de cuál se trataba, exhibiendo una combinación de indefinido erotismo en el roce de sus cuerpos y la estética naïf como la de hellow kitty o sarah kay, puros mofletes que inclinan solo para acercarnos a unas flores en el jardincito de cuentos infantiles o para dar el mítico primer beso, poderosamente oculto bajo los frunces de una capelina del siglo diecinueve. Es posible también que a esas mismas letras las pintasen con un tramado a cuadros de distintos colores. Y entonces se convertían en una serie de almohadones hechos con retazos, un patchwork como el de esos arlequines que se cuelgan junto a una repisa. En determinadas circunstancias pueden brotarles antenitas, colas de gato, orejas de oso. Una vez mis hijas me mostraron unas que habían adquirido rostro. Dibujaron dos ojitos y entre medio la J descendía como una nariz ganchuda, la O, la D y otras similares encerraban caritas sorprendidas, completamente felices. Todas las nenas llegan de un modo intuitivo a las mismas hipótesis de Barthes, se niegan a aceptar que la letra sea la mera transcripción insignficante del sonido..."

(Ortiz, 2013).