Habitualmente, se acostumbra a relacionar las funciones explicativas o narrativas con el lenguaje verbal, pero estas funciones también pueden ser ejercidas por las imágenes o por una combinación integral de ambos códigos, que conjugan la rapidez con que se transmiten los mensajes visuales con la exactitud y profundidad de contenidos que aporta el anclaje del texto. Nos estamos refiriendo al lenguaje del cómic o historieta.
En muchos casos didácticos necesitamos aportar información mediante narraciones. Pensemos en los pasos secuenciales de un instructivo de software en los que se aíslan distintos instantes de una acción, cada uno con su comentario, o en la sensibilización que proveen las introducciones desde un punto de vista testimonial a las campañas educativas.
En estas narraciones se tienen en cuenta varios factores: el contenido, el medio, el contexto, la estructura de la historia, el desarrollo de las características de los personajes, su discurso y puntos de vista subjetivos y la emotividad que pudieran transmitir.
Además de su inclusión curricular en las materias de lengua y literatura, es un lenguaje ideal para realizar prácticas de idiomas, explicar determinados procedimientos laborales en cursos de capacitación y constituye una excelente fuente de elementos narrativos para materiales didácticos en general, además de fundar la base de algunos recursos expresivos indispensables en el diseño de infografías.
Características formales del lenguaje del cómic
El lenguaje verbo-icónico integra los recursos expresivos de ambos lenguajes (texto y tipografía, ritmos narrativos, puesta en página, líneas, rellenos, colores, perspectiva, encuadres, ángulos de cámara, insinuación de movimiento) y además dispone de algunos recursos exclusivos, como los globos de diálogo, onomatopeyas y el montaje de las viñetas.