“No es lo mismo la forma material de un objeto (que sólo atañe al objeto y sus propiedades), que la forma que percibimos a través de nuestros sentidos (donde interviene la información parcial que nos llega del objeto, nuestros sistemas receptivos, el proceso de percepción y de interpretación).
La forma percibida por la vista es orientación espacial, límites, contexto y esqueleto de fuerzas visuales. Percibimos todo esto como un esquema total, no como una suma analítica de partes. Percibimos sobre todo los rasgos salientes de una forma (redondez, angulosidad, simetría, roja, apaisada, …). La percepción es una actividad activa y organizadora; no esperamos a que llegue al ojo, vamos a buscarlo y lo procesamos. A partir de la experiencia visual nuestro cerebro construye rápidamente conceptos perceptuales que nos permiten aprehender lo que vemos.
Según Rudolf Arnheim (1985) la forma perceptual es el resultado del juego recíproco entre:
- el objeto material
- el medio luminoso transmisor de información
- las condiciones reinantes en el sistema nervioso del observador.”
(Gómez i Fontanills, 2003)