Los formatos de tipografía digital se agrupan y clasifican por su tecnología en:
- PostScript (archivos de extensión .pfb o .pss para la tipografía de impresora y .pfm o .mmm para la de pantalla)
- TrueType (archivos de extensión .ttf)
- OpenType (archivos de extensión .otf)
PostScript: en esta clase de fuentes, el archivo tipográfico contiene la información que describe a cada glifo y la información vectorial que lo dibuja. Administrar fuentes PostScript requiere contar con los dos archivos relacionados: la tipografía de impresora (archivos de extensión .pfb o .pss) y los de pantalla (.pfm o .mmm). Para reproducir un trabajo que utiliza fuentes PostScript hay que tener instalados ambos tipos de archivos.
Las fuentes TrueType funcionan de manera similar a los archivos tipográficos de formato PostScript a excepción de que integra a los archivos de tipografía de impresora y los de pantalla en un solo archivo y esto origina la necesidad de aplicar algoritmos matemáticos diferentes. Esta característica le brinda simplicidad al usuario pero le agrega complejidad y mayor tiempo de cálculo a las computadoras e impresoras: en tamaños demasiados pequeños puede presentar problemas de calidad de impresión respecto de las fuentes PostScript.
OpenType es la evolución de las fuentes TrueType: mejoran la mayoría de sus deficiencias y puede contener a un número mayor de caracteres disponibles para cada archivo tipográfico. Esto permite aglutinar todos los signos necesarios para distintos idiomas en una sola fuente (en otros formatos se creaba un archivo tipográfico para cada idioma con signos especiales). Pero la principal ventaja de este formato es su característica multiplataforma: en una computadora de sistema operativo OS-X (Apple Macintosh) o Linux podemos abrir un archivo editado en Windows, y viceversa, utilizando el mismo archivo de fuente en los tres sistemas operativos.