Los beneficios pedagógicos de incorporar interactividad en los materiales de estudio se vienen investigando desde mediados del siglo pasado, a partir del surgimiento de los primeros sistemas interactivos. Estos estudios se han profundizado luego de la popularidad de la informática, el crecimiento exponencial de la World Wide Web y la consecuente expansión del acceso a las TIC.
En un primer momento, estas investigaciones se enfocaron en el cambio de paradigma que introdujo el hipertexto al ampliar las posibilidades lingüísticas y permitir una práctica de comunicación asociativa, relacional, más dinámica y multilineal, en oposición a la tecnología estática y lineal que predomina en los medios tradicionales, aunque varias de esas características innovadoras ya estaban potencialmente contempladas en la comunicación impresa: