La integración de medios en sistemas audiovisuales difiere respecto a la combinación que hasta ahora hemos observado para otros lenguajes: por definición, en las técnicas audiovisuales los distintos códigos conviven indisolublemente, de modo que la integración de cada uno de estos elementos debe considerarse teniendo en cuenta la experiencia unificada que se obtendrá en este proceso de composición. En un mensaje de esta naturaleza, el receptor no se detiene a discriminar racionalmente lo que percibe por medio de la vista y el oído, sino que globaliza el mensaje. Por lo tanto, ya no se trata de una simple articulación de códigos unidos arbitrariamente como en el caso de la fusión entre texto e imagen estática (mensajes bimedia) o la adaptación de discursos escritos a locuciones.
Como se detalla en apartados anteriores, este fenómeno perceptivo de experiencia unificada se produce principalmente por la significación que le imprimen a los distintos códigos la edición y el montaje, pero si deconstruimos estos procesos podemos encontrarnos con cada uno de estos signos visuales y sonoros, que aislados de los demás pierden el sentido que generan en conjunto. Incluso podremos detectar la presencia de la idea previa: su guión.
Todo producto audiovisual se compone al menos de estos elementos: se planifica mediante un guión, y se combinan los códigos sonoros y visuales mediante la edición. En algunos casos se agrega un quinto componente: los recursos de los mensajes bimedia a través del grafismo, pero este elemento no es esencial, aunque aporta todas las ventajas didácticas que ya hemos destacado en este tipo de procesos de síntesis conceptual.