Con el origen de la edición de sonido digital, cada modelo informático o fabricante de dispositivos de audio crearon sus propios formatos (wav de Microsoft - aiff de Apple - au de Sun - iff de Amiga - voc de Soundblaster) algunos de los cuales han perdurado y son de uso popular, pero luego surgieron otros formatos alternativos entre los cuales mp3 es el más difundido.
Cada formato dispone de su propio codec de sonido. Los codec (COdificador/ DECodificador) son programas de software que interpretan la señal analógica y la traducen a bits, y viceversa. Según el algoritmo utilizado en esos procesos, un archivo que se percibe de la misma calidad tendrá mayor o menor tamaño. Este fue durante mucho tiempo el principal motivo de éxito del formato mp3. Comparado con el formato wav, su compresor obtiene una reducción del 90% respecto del tamaño de archivo original.
Actualmente, hay nuevos formatos que igualan o mejoran esa capacidad –entre otros, vqf de NTT distribuido por Yamaha supera ampliamente la capacidad de compresión del mp3– pero el motivo actual del predominio del mp3 ya no es sólo el factor de compresión: la popularidad del formato, la facilidad de distribución de archivos entre dispositivos y, principalmente, la carencia de métodos para corroborar la licencia de reproducción de los clips de música hacen que éste sea el más utilizado.
Entre los demás formatos, el que se insinúa como su posible sucesor es el ogg vorbis, el primero sin patente y de licencia GNU. Habrá que esperar un tiempo para comprobar cómo evoluciona su uso y aceptación por parte del público.