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3.3.1. Integración de sonido y texto

La integración del texto escrito con elementos sonoros se analiza con la finalidad de destacar una de las tareas fundamentales en la planificación de materiales didácticos: la producción de mensajes, concepto que es entendido desde el enfoque de la teoría de la comunicación como "una agrupación acabada, ordenada, de elementos concentrados en un repertorio, que constituyen una secuencia de signos reunidos según ciertas leyes" (Moles, 1967: 109). Específicamente, nos interesa realizar una conversión adecuada entre los códigos del discurso oral y escrito para aquellos mensajes que se escriben en forma de guiones y que se traducen luego en la grabación de locuciones didácticas y montajes sonoros.

Para reflexionar

La trama

Para que su horror sea perfecto, César, acosado al pie de la estatua por los impacientes puñales de sus amigos, descubre entre las caras y los aceros la de Marco Bruto, su protegido, acaso su hijo, y ya no se defiende y exclama: ¡Tú también, hijo mío! Shakespeare y Quevedo recogen el patético grito.

Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías; diecinueve siglos después, en el sur de la provincia de Buenos Aires, un gaucho es agredido por otros gauchos y, al caer, reconoce a un ahijado suyo y le dice con mansa reconvención y lenta sorpresa (estas palabras hay que oírlas, no leerlas): ¡Pero, che! Lo matan y no sabe que muere para que se repita una escena.”

(Borges,1960)

Cuando Jorge Luis Borges aclara que “estas palabras hay que oírlas, no leerlas” está evidenciando un fenómeno propio de las tensiones entre oralidad y escritura: son formas de comunicación destinadas a sentidos diferentes, sus signos están hechos de materias distintas por lo que requieren de una cuidadosa traducción entre ambos códigos para conservar el sentido original.

Pero además, esa aclaración pone de manifiesto que para determinados casos no existe traducción posible: reconocer esa imposibilidad es quizás la única manera elegante de resolver el significado de la expresión de sorpresa ¡Pero, che! que emite el protagonista antes de morir.

Lea nuevamente el cuento, pero esta vez omitiendo la frase que se encuentra destacada entre paréntesis.

¿Qué ocurre con el remate de la historia?

¿Se genera el mismo clímax narrativo?

Como acabamos de observar en el ejemplo anterior, la percepción auditiva de determinados contenidos le confiere un carácter único al mensaje, lleno de potencialidades expresivas que tal vez ningún otro medio igualaría, pero solamente si se ha realizado una conversión adecuada entre los códigos del discurso oral y escrito.

Recursos web

Ejemplo de tonos narrativos en la interpretación de textos literarios.

Colángelo, Mirta y de Armas, Ricardo (2012). El instante que viene, el instante que se va. Disponible en: <ricardodearmas.bandcamp.com/>. 

Así como el destino final de ciertos slogans publicitarios, discursos políticos o cuentos infantiles no son los ojos de alguien que lee para sí y en silencio, sino los oídos de su audiencia; las grabaciones de voz utilizadas en productos didácticos son registradas por locutores que actúan de intermediarios entre un guión sonoro (escrito y pronunciado en voz alta) y la audición que luego realizarán los estudiantes. Para ello se efectúa un procesamiento didáctico especial en el que además de dar coherencia y cohesión al contenido, se le explicitan indicaciones relativas al tono narrativo, el volumen, el acento, la velocidad de dicción y la duración deseada de cada locución.

Para ampliar

Sauras Matheu, Helena (s/f). El tono narrativo, en El meu món literari. Disponible en: <rodoreda.wordpress.com/>.

Se trata de dinamizar los textos, imaginando a un oyente potencial que -aunque disponga de los medios para repetir la audición- tal vez no nos brinde más que una sola oportunidad para captar nuestro discurso. Las frases deben ser simples, sintéticas y concretas. Se deben evitar los eufemismos, la solemnidad, la prisa, los silencios abruptos, los circunloquios y las cacofonías.

Cita

“El creador de mensajes debe revisar constantemente los pactos que determinan los acuerdos en las variaciones particulares de los códigos comunicativos para la producción de mensajes. Además, es imprescindible que conozca e incorpore a la producción los usos sociales y culturales del lenguaje de cada audiencia, en cada contexto en particular, para obtener un mayor grado de eficacia comunicativa.

Para la producción de mensajes sonoros hay que tener en cuenta:

  • Claridad. Predominio del sentido lógico. No usar abreviaturas. Utilizar frases cortas.
  • Valorar la reiteración y redundancia.
  • Utilizar un lenguaje usual, comprendido por la mayoría de las personas.
  • Evitar las oraciones subordinadas. Lo concreto en forma activa y presente.
  • Utilizar palabras descriptivas. Hiperrealismo.
  • Representar el ritmo del mensaje hablado. Valorar la espontaneidad y las frases populares.
  • Respetar la perspectiva del auditorio hablando a todos en términos genéricos o a cada persona si se quiere intimidar.
  • Procurar jugar con elementos que rompan la linealidad del mensaje.”

(Arraya, 2004:13)

Cuando se escribe “para hablar” hay que tener en cuenta el ritmo que imponen los períodos de respiración del locutor. Algunos escritores, como por ejemplo, Julio Cortázar, tienen una gran habilidad para escribir como si nos estuvieran hablando. Cuando leemos sus textos da la sensación de que el autor nos está relatando la historia personalmente y en voz alta. Esta particularidad en su forma de narrar le fue reconocida a una edad muy temprana, con mucha antelación a que se conociera públicamente su voz en la grabación Cortázar lee a Cortázar que data del año 1966.

Cortázar lee a Cortázar

Fuente: <www.youtube.com/>.

El efecto de proximidad e ilusión auditiva durante la lectura se debe en este caso a una construcción sintáctica muy cuidadosa en la que rara vez se superan las 14 sílabas (duración promedio de una “frase de aire” o ciclo respiratorio y que coincide con la extensión de los versos alejandrinos).

A menos que tengamos naturalmente un talento similar, lograr una buena adecuación del discurso es el resultado de una ardua tarea y de muchas pruebas y repeticiones ante el micrófono.

Cita

“Conviene redactar pensando que el locutor necesita respirar, pensando que la frase de aire es limitada. Se entiende por ésta el tiempo que se puede hablar entre una inhalación y otra. Que el locutor no pueda emitir un enunciado en una sola frase de aire es síntoma de que la oración que se ha redactado es demasiado larga. Leer el texto que se ha escrito en voz alta es una buena práctica para detectar aspectos que se consideraban expuestos con claridad, pero que se descubre que no era así. Una prosa que se creía maravillosa sobre el papel puede resultar impronunciable como diálogo o incomprensible como narración. Combinaciones de sonidos difíciles o de redactados poco claros, por complejos, dificultan la tarea del locutor.”

(Serra y Sanabre, 2000:11)

En la siguiente lectura se repasan las características de los elementos del lenguaje sonoro tratados en la sección 3.2. pero ahora enfocados específicamente en la producción de mensajes sonoros.

Lectura obligatoria

Arraya, Carolina (2004). Lenguaje sonoro, Taller de Producción de Mensajes, Universidad de La Plata. Disponible en: <www.perio.unlp.edu.ar/>.