Las recomendaciones para grabar la locución se sintetizan en:
- Perder el miedo y la vergüenza a escuchar la propia voz grabada. Lo más frecuente es que no nos guste como se oye nuestra voz, o que se perciba muy diferente a como creemos que suena cuando hablamos. Si a alguien le pasó esto, sepan que no están solos: es lo que experimentamos la mayoría de las personas.
- Realizar un casting de voces de todos los integrantes del grupo. Esto les servirá para consensuar quien (o quienes) graban finalmente el audio. Se buscan voces que sepan interpretar con naturalidad los contenidos: las voces demasiado moduladas como las de algunos locutores profesionales no sirven: suenan artificiales, opulentas, muy distantes y poco creíbles. Que la falta de un micrófono conectado a su computadora no sea un impedimento para realizar esta actividad: pueden registrar la locución con la grabadora de sonidos de su teléfono y luego transferirlo a la PC mediante un cable USB o grabar con el micrófono de una cámara web si usan notebooks o equipos similares.
- Descargar e instalar la última versión de Audacity, leer atentamente el tutorial (principalmente el módulo 1 y 3), repasar las consignas de la actividad prestando especial atención a las especificaciones técnicas relacionadas con la instalación del plugin de Lame para poder exportar archivos en formato mp3.
- Realizar varias pruebas de grabación a distinto volumen y distancia del micrófono, a distintas velocidades y siempre tratando de imaginar un oyente potencial que nos estimule a decir los contenidos con el énfasis más apropiado. Tengan en cuenta que por la mañana nuestra voz está más descansada y podemos obtener de ella un mejor rendimiento.
- Algunos guiones suelen contemplar montajes sonoros utilizando música de fondo. Si bien este no es un requisito de la práctica, recomiendo a los grupos que, si incorporan este recurso, traten de ser originales en la elección de estas melodías. Si utilizan una canción demasiado conocida o que remite a una serie de televisión, película o publicidad, corren el riesgo de distorsionar la producción de sentido de su mensaje. Son preferibles las melodías instrumentales y en segundo plano, es decir con un volumen bastante inferior al de la voz, para que no le quite protagonismo al discurso oral.
Es una práctica en la que tienen que usar la fantasía y romper la distancia temporal que los separa de futuros oyentes, hablándoles como si estuvieran físicamente presentes frente a ustedes en el momento de realizar la grabación.
¡Espero que disfruten esa experiencia!