"El sonido de la lluvia no necesita traducción"
Alan Watts
Los ruidos y demás efectos sonoros son formas inarticuladas que tienen carácter de signos puros: son autoreferenciales, significan y remiten a ellos mismos.
Todo comunica, y el efecto sonoro lo hace mediante connotaciones significativas que materializan referentes y dan anclaje a la imagen y a la trama textual. Otorga realidad al mensaje, ya sea de un modo objetivo o subjetivo, la representa, la describe, la imita; define el contexto inmediato del discurso, acerca la experiencia cotidiana y aporta credibilidad a las acciones de una historia.
Su rol puede ser expresivo (o connotativo), descriptivo (o denotativo), narrativo (o dramático) o simplemente ornamental (estético).
También funciona como alerta perceptual, atrae la atención dispersa del oyente y, como menciona Sanguineti (2001), “apela al receptor, lo ‘toca’ auditivamente, lo rescata, lo devuelve”.
Los ruidos y efectos sonoros pueden ser de origen natural o artificial.
Fuente de procedencia de los ruidos y efectos sonoros
Fuente natural: son los sonidos captados directamente del ambiente como, por ejemplo, los ruidos típicos de la naturaleza o las acciones producidas por las personas, los animales o las máquinas. Cada entorno se caracteriza por un repertorio sonoro particular y sus ruidos pueden registrarse en grabaciones de audio.
Origen artificial: se generan mediante técnicas de manipulación sonora, ya sea mediante montajes de yuxtaposición, imitando ruidos, aplicando filtros a las grabaciones originales (distorsión, reverberación, coloración, etcétera) o mediante la técnica de creación de sonidos de síntesis.